Ramón Mendoza llamaba a Leo Benhakker, el quesero. Nacido en Rotterdam en plena guerra mundial, en agosto del 1942, Benhakker no destacó como futbolista porque una lesión le retiró muy pronto pero se hizo cargo de la dirección técnica del Ajax en 1979, cargo que ostentó durante dos temporadas, ganando la Liga en la primera de ellas. En 1981 firmó por el Zaragoza, donde estaría tres temporadas que le catapultaron para dirigir el Real Madrid tras un paso efímero por el modesto Volendam.
El Madrid había ganado la Liga 1984-85 con un grupo de jóvenes jugadores que iban a pasar a la historia del fútbol español con el nombre de la Quinta del Buitre, talentos que respondían a los nombres de Sanchis, Míchel, Martín Vázquez, Pardeza y Butragueño. Mendoza se encontró con algo inusual en un equipo que acababa de ganar la Liga. El técnico, Luis Molowny, se veía mayor y no quería seguir. Y entonces Mendoza fichó a Leo Benhakker sin saber mucho de cómo era el holandés. Simplemente le gustaba lo que había visto en el Zaragoza. Benhakker ya sabía español y enseguida se enamoró de Madrid y del Madrid. Con los blancos ganó tres Ligas seguidas y una Copa, pero se vio truncado en Europa por la aparición del gran Milan de Arrigo Sacchi.
Sin la Copa de Europa
La Quinta perdió dos semifinales
La vez que estuvo más cerca de levantar la Orejona fue una semifnal en la que perdió con el PSV de Ronald Koeman con dos empates (1-1 en Madrid y 0-0 en Eindhoven). La temporada siguiente el Milan le arrasó en San Siro (5-0) con un gol de Ancelotti. Aquella final se jugaba en el Camp Nou y Mendoza no llevó bien la paliza y fulminó al entrenador. La Quinta ganaría una Liga más al año siguiente, pero ya con Toschack en el banquillo.
En Concha Espina recuerdan a Benhakker como un buen tipo. El equipo volvía a Madrid siempre que podía tras el partido y el entrenador tenía reserva en restaurantes de postín. El Amparo era su preferido. Las malas lenguas decían que los jugadores aprovechaban para irse de juerga esa misma noche.
Leo Benhakker tuvo una regreso al Real Madrid mucho más triste. En la temporada 1991-92 Mendoza tuvo la ocurrencia de despedir al técnico, Radomir Antic, con el equipo líder. Estaba harto del serbio. Se acordó del quesero y lo contrató. El equipo se presentó en el Heliodoro de Tenerife en la última jornada con un punto de ventaja sobre el Barcelona. Con 1-2 en el marcador y un calor de perros Gica Hagi se acercó a la banda y pidió agua. Le dieron una botella desde el banquillo. “Puajj, está caliente” fue la respuesta del rumano, que tiró la botella a la cabeza del entrenador. Benhakker le ordenó salir del campo inmediatamente. El resto de la historia es sabida.
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Benhakker entrenó a la selección de Países bajos
Benhakker volvió a ganar otra Liga con el Ajax y otra con el Feyenoord. Entrenó en México. Dirigió a la selección de Países Bajos, entre otras. Benhakker murió ayer con 82 años. En el Madrid y en Madrid lloran su muerte y le recuerdan con cariño.