Alejandro Davidovich (25) se cubre la cabeza con la gorra y la capucha, como los raperos, como Eminem, y sorbe de un botellín y me siento a su lado y le pregunto:
–¿Qué bebe usted?
– Recovery.
En un automatismo, apunto su respuesta en la libreta y me observa y me dice:
–¿Apunta eso?
–Yo lo apunto todo. Dice usted que es recovery (líquido recuperador). Pero, ¿qué hay en el botellín?
–¿Y yo qué sé? A mí mi nutricionista me dice que me lo tome y yo me lo tomo.
(...)
La conversación se produce el martes, tras la victoria de Davidovich sobre Wawrinka (“¿qué edad tiene Wawrinka, cuarenta...? Un poco mayor. Lo que intenta hacer es muy difícil”, me dice sobre el suizo), y en los días sucesivos ha tumbado a Andrey Rublev, una china en su zapato (7-5 y 6-4 en 1h54m), y ahora ya está en cuartos, donde le espera otro ruso sin bandera, Karen Khachanov.