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Las aerolíneas urgen a decidir el plan de ampliación de El Prat

Transportes

El aeropuerto necesita una solución “pragmática y factible” para crecer en largo radio

Pasajeros en el aeropuerto de Barcelona

Pasajeros en el aeropuerto de Barcelona

Mane Espinosa

La llegada de los socialistas catalanes al gobierno de la Generalitat y al del Ayuntamiento de Barcelona generó expectativas entre las aerolíneas dado su apoyo a la ampliación de El Prat. Pero, más allá de las intenciones anunciadas ya hace meses, las compañías piden que se concrete cuanto antes mejor un plan para el aeropuerto. “El tiempo va pasando”, subrayó Javier Gándara, presidente de ALA, la asociación que aglutina 71 compañías con actividad en España, ayer durante la presentación de la campaña de verano aérea.

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Foto Marti Gelabert 09/07/2024 Pasajeros en el tunel de acceso a la terminal 2 del aeropuerto del Prat Josep Tarradellas desde la Renfe.

Salvador Illa afirmó tan pronto fue investido que presentaría un proyecto para incrementar la capacidad del aeropuerto este enero a más tardar, aunque la publicación se ha ido retrasando por diversos motivos. Por su parte, el Ayuntamiento dio a conocer esta semana el dictamen de su comité de expertos, donde apuesta por ampliar y alargar la polémica tercera pista sin llegar a tocar la laguna la Ricarda.

Las inversiones de una futura extensión se han de empezar a discutir ya

Estos movimientos han despertado el optimismo de las compañías aéreas, afirmó Gándara, tras cuatro años de debate político y técnico sobre el futuro del aeropuerto. Aún así, recordó que el calendario aprieta. El próximo documento de regulación aeroportuaria (DORA III), donde se incluyen las inversiones previstas para quinquenio que arranca en el 2027, se tendrá que empezar a diseñar en breve. Su aprobación está fijada para septiembre del año que viene y es aquí donde debería incluirse la actuación y su presupuesto.

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Un avión en el aeropuerto de Josep Tarradellas Barcelona-El Prat, cerca del espacio protegido natural de La Ricarda, a 9 de junio de 2021, en El Prat de Llobregat, Barcelona, Cataluña (España). La Ricarda es un espacio protegido de 800 metros de longitud y 100 de altura que consiste en un antiguo brazo de río abandonado. Está situado en el municipio de El Prat de Llobregat, junto al aeropuerto Josep Tarradellas Barcelona-El Prat.

Aena calculó 1.700 millones en su última propuesta, que no logró sacar adelante por la falta de acuerdo entre los partidos catalanes. Por ello, las aerolíneas consideran que ahora es el momento “de tomar decisiones” y encontrar una solución “pragmática y factible”, que tenga sentido técnico y también comercial.

Verano récord sin impacto de Trump

Para las aerolíneas, esto significa mantener los derechos de vuelo (conocidos como slots) y descartar que se pueda derivar a las low cost a los aeropuertos de Girona o Reus, como se ha sugerido desde algunos ámbitos. Las compañías, que son las que usan la infraestructura, apuestan por alargar la tercera pista y construir una terminal satélite, la manera –insisten– de mantener el uso segregado de las pistas y solucionar los problemas de operativa.

“Ya está muy congestionado y no va a poder seguir creciendo, sobre todo en el largo radio”, destacó el presidente de ALA.

El año pasado, el aeropuerto ya supero su límite técnico de capacidad, con 55 millones de viajeros y las previsiones apuntan a un nuevo récord de pasajeros este 2025. Para esta temporada de verano (de finales de marzo a octubre) las compañías han programado 43 millones de asientos en Barcelona, un 7,3% más que en la temporada anterior. La campaña, de hecho, se prevé “récord” en toda España, con 246 millones plazas programadas, un 6% más que la pasada, que ya fue histórica.

En el largo radio, las conexiones con el continente americano siguen avanzando. Gándara descartó de momento que la política de hostilidad hacia Europa desplegada por Donal Trump esté afectando la demanda para volar entre ambos territorios. Sí se mostró más preocupado por los aranceles al aluminio y al acero. Podría tener consecuencias sobre la red de proveedores tanto de Airbus como de Boeing, retrasando aún más la entregas de nuevos aviones.

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