Las llamas consumieron las fallas en Valencia, donde la tradición y la sátira política se entrelazaron con la quema de figuras como Pedro Sánchez y Donald Trump. Mientras, en Madrid, el debate sobre el lobo ibérico enfrentó a ganaderos y conservacionistas. Lejos de allí, el buque escuela Juan Sebastián de Elcano navegaba, un símbolo de tradición marítima, en contraste con la represión policial a estudiantes en Turquía y las protestas en Venezuela.
En el ámbito cultural, el MNAC exhibió las versiones de “San Francisco de Asís” de Zurbarán, mientras que en las calles de Taipéi un tiburón pintado sorprendía a los transeúntes. El mundo del deporte también fue escenario de contrastes, con la revisión de neumáticos en Shanghái y las manifestaciones contra el seguro de vehículos en Guatemala. Las protestas se hicieron sentir en Estambul, Filipinas y Venezuela, donde manifestantes con disfraces de medusa y flashes de teléfonos móviles alzaron sus voces contra la injusticia.