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Los dilemas de Teo Lucadamo

Haciendo su camino

El artista, hijo de la actriz Aitana Sánchez-Gijón, se abre camino en el mundo de la música apostando por el rap y el hip hop

El cantante Teo Lucadamo

El cantante Teo Lucadamo

Adrián Cuerdo

Cada día se suben unas 120.000 canciones a Spotify. Destacar en este mar de propuestas es difícil, más bien casi imposible. Cuando un artista del perfil de Teo Lucadamo (Alicante, 2001) lo hace, lo fácil es atribuir el mérito a las condiciones externas a su arte: ser “hijo de”. Porque sí, este joven de situación acomodada y con una formación excelente, que se evidencia con solo escucharle hablar, ha tenido la fortuna de ser fruto del matrimonio entre la actriz Aitana Sánchez-Gijón y el artista plástico Guillermo Papin Luccadane. Y eso, obviamente, tiene sus ventajas. “Por supuesto que lo he tenido muy fácil porque tengo acceso a una educación y a una cultura, y eso te abre muchísimas puertas”, responde en conversación con bet365 y añade que “esa conciencia también me da conciencia de clases para defender que lo que necesita la gente es igualdad de oportunidades”.

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MADRID, 24/03/2025.- “¿Qué es este rollo de querer ser rapero?”, se pregunta Teo Lucadamo en el disco de debut que acaba de publicar.)

Adrián Cuerdo / EFE

Vista la parte buena, pasemos a la que no lo es tanto. “¿Qué yo tengo un complejo que me hace querer demostrar el doble? Sí, es así, y eso ha sido un motor que me ha llevado al lugar donde estoy ahora, que es un lugar muy bueno. No me pesa más de la cuenta, aunque me lo tomo muy bien”, admite, aunque también reconoce que ser tildado de ‘nepobaby’ “sí que molesta, pero es lo que hay. Si ese es el mayor hándicap, pues de puta madre”.

Lucadamo está en plena promoción de uno de los cortes incluidos en su primer trabajo discográfico, “El dilema del rapero blanco”, una canción que lleva por título “Te vas a curar”, en la que se abre de forma asombrosa: “El tema habla sobre la sexualidad y cómo me he relacionado con mis parejas sexuales en los últimos años, de ese sufrimiento. Hay una forma de salir de ciertos bucles y patrones”.

A priori, sorprende que haya optado por el rap como identidad musical, un género tradicionalmente asociado a la cultura afroamericana y/o a la población de extrarradio. “El estilo de música y mi apariencia no casan, y eso es a lo que hago referencia con el título del disco. Yo no formo parte de esa cultura, no coincido ni en el tema de la raza ni en el de las condiciones sociales”, admite. ¿Por qué este sonido, entonces? “El rap es una emoción, una forma de expresión que intenta transmitir una realidad con frases de tono monótono y base repetitiva. Me parece algo maravilloso y muy bonito que yo he querido imitar a mi manera”, explica.

Teo Lucadamo se adentra en este estilo desde el respeto y la óptica del fan que quiere rendirle tributo, definiéndose como un “outsider”. Es consciente de que “hay un punto de apropiación cultural que hay que vigilar. Está bien hacer un examen individual de cómo estás cogiendo las cosas y para qué. Si realmente estás usando unos recursos estéticos que tienen un peso cultural mucho mayor del que tú te crees y lo estás utilizando solo para divertirte o ganar exposición, sí que me parece un punto de vista egoísta e ignorante”.

Por lo general, los artistas de este universo usan la lírica “para contar su realidad y hacer una movida más política”, como el propio cantante reflexiona, pero ese no es su caso. “En el disco no me quejo de gran cosa. ¿De qué me puedo quejar? Sí que tengo indignación con temas políticos, con realidades sociales, pero tampoco me salpican a mí directamente. Mi música es más personal, habla más de mí, de mis sentimientos, de mi familia”, comenta, aunque promete que “a medida que se vayan complicando los tiempos y las cosas se pongan crudas, mi discurso se encrudecerá, pero ahora mismo estoy viviendo una época muy placentera, muy tranquila e introspectiva, y eso es lo que plasmo en mis letras”.

En el pasado, colaboró con su hermana Bruna, que se dedicó al trap y que ahora está más centrada en su carrera como actriz. “Mi hermana tiene muchísimo flow y mola un huevo. Seguramente hagamos muchas más cosas juntos, pero está muy bien que cada uno haga su camino”, aclara. Lucadamo alterna la promoción de sus temas con presentaciones en directo y la creación de nuevas canciones, invirtiendo horas de trabajo en cada una de las áreas, pero sin estresarse por sobresalir entre la competencia: “Hay que ser uno mismo y dejar de luchar tanto, encontrar una lucha más personal, más artística, porque si uno se toma muy en serio la lucha por destacar se pierde en cosas que quitan tiempo en mejorar como artista”. Su máxima es que “el secreto sería invertir tiempo en el arte”. Una reflexión muy cierta, pero algo utópica para los jóvenes que ansían hacer carrera en la música, como él, sin tener esos privilegios dados de los que habla con tanta conciencia. Aunque esa ya es otra historia.

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MADRID, 24/03/2025.- Teo Lucadamo evidencia privilegios desde los que llega a esta música: hombre, blanco, de clase acomodada y con una madre que resulta ser la actriz Aitana Sánchez-Gijón. )

Adrián Cuerdo / EFE
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