鈥淧rimero mirar, despu茅s cruzar鈥�. El mensaje, tan directo como simple, perdi贸 su sentido cuando la educaci贸n vial se convirti贸 en un aspecto indisociable del d铆a a d铆a que se adquiere desde la ni帽ez. Sin embargo, las cosas no eran as铆 cuando el tr谩fico invadi贸 las ciudades espa帽olas desde finales de la d茅cada de los 50 del siglo pasado. Una nueva realidad que trajo consigo el nacimiento de la Jefatura Central de Tr谩fico, actual Direcci贸n General de Tr谩fico, que integr贸 las competencias sobre la gesti贸n de la movilidad en las v铆as p煤blicas desde 1959.
M谩s all谩 de la centralizaci贸n de tr谩mites administrativos y su implantaci贸n territorial en toda 贰蝉辫补帽补, una de las primeras misiones de este nuevo organismo, en sinton铆a con lo que ya se desarrollaba en otros pa铆ses, fue el lanzamiento de las primeras campa帽as de sensibilizaci贸n y seguridad vial, dirigidas tanto a los conductores, para alertar del riesgo que comportaba la velocidad excesiva, los adelantamientos, el consumo de alcohol y la gravedad de los accidentes en moto si se viajaba sin casco, aunque no fuese obligatorio.
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Sin embargo, la que acab贸 teniendo un mayor impacto al dirigirse al conjunto a la ciudadan铆a urbana fue la Campa帽a del Peat贸n. Se lanz贸 en septiembre de 1963 a trav茅s de la prensa, la radio, el cine y la televisi贸n y se focaliz贸 en Madrid con una amplia distribuci贸n de publicidad est谩tica en vallas, bandas adhesivas en los bordillos del centro urbano, octavillas, pegatinas en los autobuses metropolitanos y mensajes en la megafon铆a de las principales estaciones antes de que se conociesen como intercambiadores.
A su 茅xito contribuyeron las ilustraciones que la Jefatura encarg贸 al popular Chumy Ch煤mez para incidir en esa obligada convivencia que veh铆culos y personas deb铆an tener en la ciudad cuando empezaban a generalizarse los sem谩foros y los pasos de peatones. Era la primera campa帽a de educaci贸n vial, y no estaba ni mucho menos dirigida a menores, aunque 茅stos eran buena parte de la atenci贸n y en los carteles aparec铆an cruzando las calles con seguridad.
Unos ni帽os cruzan un paso de peatones ante uno de los carteles de la Campa帽a Peat贸n听
La campa帽a ten铆a todo el sentido, ya que las cifras no enga帽aban: el parque automovil铆stico de 贰蝉辫补帽补 estaba a punto de alcanzar los dos millones de veh铆culos y en el a帽o anterior, en 1962, se hab铆an producido 54.154 accidentes, m谩s de la mitad en zonas urbanas, tanto por colisiones entre veh铆culos en la mayor铆a de los casos sin gravedad, como por atropellos, en este caso s铆 que habitualmente con consecuencias graves.
La Jefatura Central de Tr谩fico necesitaba conocer la acogida de la campa帽a, y de ah铆 que encargase a otro organismo p煤blico que en aquel entonces daba sus primeros pasos, el Instituto de la 翱辫颈苍颈贸苍 P煤blica 鈥揳ntecedente del actual Centro de Investigaciones Sociol贸gicas (CIS) 鈥�, uno de sus primeros estudios. De hecho, el que lleva el n煤mero 1 de su larga serie, si bien ya hab铆a realizado uno anterior con motivo de la feria Expotur que acab贸 presentando unos meses m谩s tarde.
Un 26% consideraba que en la mayor铆a de ocasiones el culpable de los atropellos era el peat贸n y un 12%, el conductor
La encuesta se realiz贸 s贸lo en Madrid. En concreto, en el distrito de Chamber铆 y en la prolongaci贸n de la calle General Mola (actual Pr铆ncipe de Vergara), en el de Salamanca. Se envi贸 por correo ese mes de septiembre y a finales de octubre se hab铆an recibido y gestionado 4.342 respuestas que inclu铆an el perfil autocompletado de los entrevistados.
El cuestionario conten铆a 22 preguntas sobre la tenencia de veh铆culo, la posibilidad de conducir, el conocimiento de la campa帽a, los medios de informaci贸n al respecto, la actitud hacia la colaboraci贸n personal solicitada, la opini贸n sobre la necesidad de educaci贸n viaria del peat贸n, la valoraci贸n de la eficacia de la campa帽a, el nivel de cumplimiento de las normas de tr谩fico por parte del peat贸n y la percepci贸n de culpabilidad en los accidentes.
Los datos recogidos resultan reveladores, ya que pese a residir en un barrio acomodado de la capital, en el que la mayor铆a de los entrevistados dec铆a tener estudios superiores (28%) y ser 鈥渢rabajadores profesionales o t茅cnicos鈥� (24%), poco m谩s de una cuarta parte (27%) ten铆a coche propio. Es decir, la mayor铆a se declaraba peat贸n.
Una de las ilustraciones de Chumy Ch煤mez para la Campa帽a Peat贸n de 1963听
Un rotundo 96% conoc铆a la campa帽a, la mayor铆a por los paneles en la v铆a p煤blica (67%), las se帽alizaciones en los bordillos de las aceras (57%) y los anuncios en la prensa (50%). Y un no menos llamativo 95% aseguraba haberse interesado y considerarla 煤til, por m谩s que la respuesta a la encuesta fuese voluntaria y existiese una predisposici贸n positiva. De la misma forma, un 97% cre铆a necesaria la educaci贸n de los peatones en cuanto a la prudencia y a la atenci贸n de las normas de tr谩fico.
Las opiniones ajenas tambi茅n eran, para los encuestados, mayoritariamente favorables (53%) y su utilidad resultaba, a su entender, clara: un 33% afirmaba que har铆a disminuir los accidentes causados por la imprudencia de los peatones, en tanto que un 45% consideraba que podr铆a hacerlo.
Una campa帽a ya de la DGT de los a帽os 70 que hoy ser铆a pol铆ticamente incorrecta听
Sobre las propias actitudes como peat贸n, si bien la mayor铆a aseguraba que al cruzar la calle miraba a izquierda y derecha para ver si viene alg煤n veh铆culo (72%), s贸lo una clara minor铆a (6%) reconoc铆a cruzar exclusivamente por los pasos de peatones. Frecuentemente dec铆a hacerlo un 21%; alguna vez, un 49%, y nunca, un 22%. Cuando el sem谩foro de peatones se encontraba en rojo, la mayor铆a dec铆a no cruzar la calzada (50%), aunque reconoc铆a hacerlo 鈥渟i no viene ning煤n veh铆culo鈥� un 33% y 鈥渟i vienen a lo lejos鈥�, un 11%.
M谩s llamativa resultaba la respuesta a la 煤ltima cuesti贸n planteada: 鈥溌縌ui茅n cree usted que suele ser el culpable de los accidentes?鈥�. Para la mayor铆a, era a partes iguales conductor y peat贸n (53%), si bien un elevado porcentaje consideraba que en la mayor铆a de las ocasiones el culpable era el peat贸n (26%). El conductor s贸lo era considerado el responsable 鈥渓a mayor铆a de las veces鈥� para el 12%.
脷ltimas entregasEsta pieza forma parte de una serie de contenidos que recupera algunos estudios demosc贸picos que el Centro de Investigaciones Sociol贸gicas (CIS) ha hecho p煤blicos con motivo de su 60.潞 aniversario desde una perspectiva hist贸rica y con 谩nimo divulgativo.
