“El Cantar de los Cantares del marxismoâ€. Asà definio Iósif Stalin elÌýManifiesto del Partido Comunista, no en vano una de las obras más traducidas y editadas de la historia junto a la Biblia y, como ésta, uno de los grandes referentes de la tradición occidental que han trascendido épocas y culturas.
Firmado por Karl Marx y Friedrich Engels, aunque escrito prácticamente en su totalidad por el primero, el manifiesto fue un encargo de la Liga Comunista tras el congreso que habÃa celebrado en Londres en 1847. HabÃan sido ellos quienes sugirieron un significativo cambio de nombre a esta organización obrera internacional, hasta ese momento la Liga de los Justos, para distanciarse del socialismo utópico y asumir elÌý³¦¾±±ð²Ô³Ùôھ±³¦´Ç. Engels, de hecho, ya habÃa publicado Catecismo de los comunistasÌýyÌýPrincipios del comunismo.
El texto, un opúsculo de apenas 23 páginas en su primera edición en alemán de 1848, no era sin embargo tanto un tratado teórico como un argumentario práctico, un manual formulado en buena medida a partir de preguntas genéricas y un contexto muy concreto en sus referencias a los movimientos socialistas de la época que pronto le hizo envejecer mal.
Sin embargo, su significado y la publicación de obras de calado teórico comoÌýEl CapitalÌý–ya firmado exclusivamente por Marx, aunque también editado por Engels– llevó a sus autores a no variar su contenido en posteriores ediciones y traducciones, dejando de manifiesto el contexto del primer texto en sus posteriores y sucesivos prólogos, acumulados edición tras edición.
El manifiesto fue un encargo de la Liga de los Justos, reconvertida en Liga Comunista tras su congreso de 1847
De hecho, elÌýManifiesto comunista, como pronto se dio a conocer, no tuvo recorrido hasta la constitución de la Asociación Internacional de Trabajadores, la Primera Internacional, en 1864. Y, especialmente, tras la eclosión de la Comuna de ParÃs de 1871. Para entonces, los movimientos revolucionarios de 1848 en Francia y Alemania que alentaron su publicación quedaban ya lejos, como reconocÃa el propio Engels en la edición de 1872.
Sus principios aún quedaban más desfasados tras la Revolución de Octubre de 1917. Pese a que el nacimiento de los soviets se produjo en un contexto que poco tenÃa de obrero y se apoyó en un conflicto de la dimensión de la Primera Guerra Mundial, la Unión Soviética asumió el texto de Marx y Engel como principio fundacional y se convirtió en su gran impulsora a lo largo de todo el siglo XX junto a los textos teóricos de Lenin para dar nacimiento al marxismo-leninismo.

Primera edición del 'Manifiesto del Partido Comunista' de 1848
Simple y desfasado, pero práctico en la definición de conceptos como la lucha de clases, el materialismo dialéctico, la propiedad, los medios de producción, el capitalismo, la burguesÃa, la alineación de la clase obrera, la dictadura del proletariado o el internacionalismo, elÌýManifiesto comunistaÌýse impuso como manual fundamental del movimiento socialista internacional.
“En esta obra se traza, con claridad y brillantez geniales, una nueva concepción del mundo: el materialismo consecuente, aplicado también al campo de la vida social; la dialéctica como la doctrina más completa y profunda del desarrollo; la teorÃa de la lucha de clases y de la histórica misión revolucionaria universal del proletariado como creador de una nueva sociedad, la sociedad comunistaâ€, señaló Lenin en sus escritos sobre Marx.
El manifiesto (extracto)
“Un espectro se cierne sobre Europa: el espectro del comunismo. Contra este espectro se han conjurado en santa jaurÃa todas las potencias de la vieja Europa, el papa y el zar, Metternich y Guizot, los radicales franceses y los polizontes alemanes.
â€No hay un solo partido de oposición a quien los adversarios gobernantes no motejen de comunista, ni un solo partido de oposición que no lance al rostro de las oposiciones más avanzadas, lo mismo que a los enemigos reaccionarios, la acusación estigmatizante de comunismo.
â€De este hecho se desprenden dos consecuencias:
â€La primera es que el comunismo se halla ya reconocido como una potencia por todas las potencias europeas.
â€La segunda, que es ya hora de que los comunistas expresen a la luz del dÃa y ante el mundo entero sus ideas, sus tendencias, sus aspiraciones, saliendo asà al paso de esa leyenda del espectro comunista con un manifiesto de su partido.
Toda la historia de la sociedad humana, hasta la actualidad, es una historia de luchas de clases
â€Con este fin se han congregado en Londres los representantes comunistas de diferentes paÃses y redactado el siguiente manifiesto, que aparecerá en lengua inglesa, francesa, alemana, italiana, flamenca y danesa.
â€I. Burgueses y proletarios
â€Toda la historia de la sociedad humana, hasta la actualidad, es una historia de luchas de clases.
â€Libres y esclavos, patricios y plebeyos, barones y siervos de la gleba, maestros y oficiales; en una palabra, opresores y oprimidos, frente a frente siempre, empeñados en una lucha ininterrumpida, velada unas veces, y otras franca y abierta, en una lucha que conduce en cada etapa a la transformación revolucionaria de todo el régimen social o al exterminio de ambas clases beligerantes.
(…)
â€Sin embargo, nuestra época, la época de la burguesÃa, se caracteriza por haber simplificado estos antagonismos de clase. Hoy, toda la sociedad tiende a separarse, cada vez más abiertamente, en dos grandes campos enemigos, en dos grandes clases antagónicas: la burguesÃa y el proletariado.
Toda la sociedad tiende a separarse en dos grandes clases antagónicas: la burguesÃa y el proletariado
â€El proletariado recorre diversas etapas antes de fortificarse y consolidarse. Pero su lucha contra la burguesÃa data del instante mismo de su existencia.
(…)
â€En esta primera etapa, los obreros forman una masa diseminada por todo el paÃs y desunida por la concurrencia. Las concentraciones de masas de obreros no son todavÃa fruto de su propia unión, sino fruto de la unión de la burguesÃa, que para alcanzar sus fines polÃticos propios tiene que poner en movimiento –cosa que todavÃa logra– a todo el proletariado. En esta etapa, los proletarios no combaten contra sus enemigos, sino contra los enemigos de sus enemigos, contra los vestigios de la monarquÃa absoluta, los grandes señores de la tierra, los burgueses no industriales, los pequeños burgueses. La marcha de la historia está toda concentrada en manos de la burguesÃa, y cada triunfo asà alcanzado es un triunfo de la clase burguesa.
â€Sin embargo, el desarrollo de la industria no sólo nutre las filas del proletariado, sino que las aprieta y concentra; sus fuerzas crecen, y crece también la conciencia de ellas. Y al paso que la maquinaria va borrando las diferencias y categorÃas en el trabajo y reduciendo los salarios casi en todas partes a un nivel bajÃsimo y uniforme, van nivelándose también los intereses y las condiciones de vida dentro del proletariado.
â€La competencia, cada vez más aguda, desatada entre la burguesÃa, y las crisis comerciales que desencadena, hacen cada vez más inseguro el salario del obrero; los progresos incesantes y cada dÃa más veloces del maquinismo aumentan gradualmente la inseguridad de su existencia; las colisiones entre obreros y burgueses aislados van tomando el carácter, cada vez más señalado, de colisiones entre dos clases.
El objetivo inmediato de los comunistas es llevar al proletariado a la conquista del poder
â€Los obreros empiezan a coaligarse contra los burgueses, se asocian y unen para la defensa de sus salarios. Crean organizaciones permanentes para pertrecharse en previsión de posibles batallas. De vez en cuando estallan revueltas y sublevaciones.
â€II. Proletarios y comunistas
â€Â¿Qué relación guardan los comunistas con los proletarios en general?
â€Los comunistas no forman un partido aparte de los demás partidos obreros.
â€No tienen intereses propios que se distingan de los intereses generales del proletariado. No profesan principios especiales con los que aspiren a modelar el movimiento proletario.
â€Los comunistas no se distinguen de los demás partidos proletarios más que en esto: en que destacan y reivindican siempre, en todas y cada una de las acciones nacionales proletarias, los intereses comunes y peculiares de todo el proletariado, independientes de su nacionalidad, y en que, cualquiera que sea la etapa histórica en que se mueva la lucha entre el proletariado y la burguesÃa, mantienen siempre el interés del movimiento enfocado en su conjunto.
​Los trabajadores no tienen patria: mal se les puede quitar lo que no tienen
â€Los comunistas son, pues, prácticamente, la parte más decidida, el acicate siempre en tensión de todos los partidos obreros del mundo; teóricamente, llevan de ventaja a las grandes masas del proletariado su clara visión de las condiciones, los derroteros y los resultados generales a que ha de abocar el movimiento proletario.
â€El objetivo inmediato de los comunistas es idéntico al que persiguen los demás partidos proletarios en general: formar la conciencia de clase del proletariado, derrocar el régimen de la burguesÃa, llevar al proletariado a la conquista del poder.
(...)
â€En la sociedad burguesa es, pues, el pasado el que impera sobre el presente; en la comunista, imperará el presente sobre el pasado. En la sociedad burguesa se reserva al capital toda personalidad e iniciativa; el individuo trabajador carece de iniciativa y personalidad.
(...)
â€A los comunistas se nos reprocha también que queramos abolir la patria, la nacionalidad.
​El proletariado se valdrá del poder para ir despojando paulatinamente a la burguesÃa de todo el capital
â€Los trabajadores no tienen patria. Mal se les puede quitar lo que no tienen. No obstante, siendo la mira inmediata del proletariado la conquista del poder polÃtico, su exaltación a clase nacional, a nación, es evidente que también en él reside un sentido nacional, aunque ese sentido no coincida ni mucho menos con el de la burguesÃa.
(...)
â€El proletariado se valdrá del poder para ir despojando paulatinamente a la burguesÃa de todo el capital, de todos los instrumentos de la producción, centralizándolos en manos del Estado, es decir, del proletariado organizado como clase gobernante, y procurando fomentar por todos los medios y con la mayor rapidez posible las energÃas productivas.
â€Claro está que, al principio, esto sólo podrá llevarse a cabo mediante una acción despótica sobre la propiedad y el régimen burgués de producción, por medio de medidas que, aunque de momento parezcan económicamente insuficientes e insostenibles, en el transcurso del movimiento serán un gran resorte propulsor y de las que no puede prescindiese como medio para transformar todo el régimen de producción vigente.
â€Estas medidas no podrán ser las mismas, naturalmente, en todos los paÃses.
Tan pronto como hayan desaparecido las diferencias de clase, el Estado perderá todo carácter polÃtico
â€Para los más progresivos mencionaremos unas cuantas, susceptibles, sin duda, de ser aplicadas con carácter más o menos general, según los casos .
â€1. Expropiación de la propiedad inmueble y aplicación de la renta del suelo a los gastos públicos.
â€2. Fuerte impuesto progresivo.
â€3. Abolición del derecho de herencia.
â€4. Confiscación de la fortuna de los emigrados y rebeldes.
â€5. Centralización del crédito en el Estado por medio de un Banco nacional con capital del Estado y régimen de monopolio.
â€6. Nacionalización de los transportes.
â€7. Multiplicación de las fábricas nacionales y de los medios de producción, roturación y mejora de terrenos con arreglo a un plan colectivo.
â€8. Proclamación del deber general de trabajar; creación de ejércitos industriales, principalmente en el campo.
â€9. Articulación de las explotaciones agrÃcolas e industriales; tendencia a ir borrando gradualmente las diferencias entre el campo y la ciudad.
â€10. Educación pública y gratuita de todos los niños. Prohibición del trabajo infantil en las fábricas bajo su forma actual. Régimen combinado de la educación con la producción material, etc.
â€Tan pronto como, en el transcurso del tiempo, hayan desaparecido las diferencias de clase y toda la producción esté concentrada en manos de la sociedad, el Estado perderá todo carácter polÃtico.
(…)
â€Â¡Proletarios de todos los paÃses, unÃos!â€.
Cambiando el mundo
Esta pieza forma parte de una serie de contenidos que recupera los manifiestos polÃticos, artÃsticos y sociales de la época contemporánea para contextualizarlos desde una perspectiva histórica y con ánimo divulgativo.