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El anhelo de construir otra España desde Catalunya

Cambiando el mundo

La ‘Oda a Espanya’ de Joan Maragall se convirtió en la proclama de un catalanismo político comprometido con la construcción de un nuevo modelo de Estado en plena crisis colonial

Retrato al carbón de Joan Maragall realizado por Ramon Casas

Retrato al carbón de Joan Maragall realizado por Ramon Casas

“¿Españoles? ¡Sí! ¡Más que vosotros! ¡Viva España! Pero, ¿cómo debe vivir España? No arrastrándose por las callejuelas provinciales del caciquismo; no agarrotada, como hasta ahora, en las ataduras de un uniformismo que es contrario a su naturaleza; no en el vacío sentido de los partidos viejos ni en el aire corrompido de un centralismo cerrado a todo influjo del aura popular... sino que debe vivir en los cuatro vientos de los mares que la rodean; debe vivir en la libertad de sus pueblos; cada uno libre en sí, sacando del terruño propio el alma propia, y del alma propia el gobierno propio, para rehacer todos juntos una España viva, gobernándose libremente por sí misma. Así debe vivir España. ¡Viva España!”.

Con estas palabras reivindicaba Joan Maragall un nuevo modo de entender España desde Catalunya en un artículo que apareció en mayo de 1907 enEl Poble Català, órgano del Centre Nacionalista Republicà, pero que tuvo un largo y controvertido recorrido. Una década antes, el ya reconocido poeta había escrito su célebreOda a Espanya, en la que se dolía por una España caduca y humillada tras la pérdida de sus territorios de ultramar y alzaba una nueva voz y un nuevo espíritu de regeneración, de la misma forma que hacían otros intelectuales, aunque desde Barcelona y con voz e idioma propios.

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Si las Bases de Manresa se consideran el documento fundacional del catalanismo en 1982 al establecer las competencias del poder central y el “regional” y un nuevo marco de relación entre España y Catalunya (o cualquier otra nacionalidad), la coalición Solidaritat Catalana pasa por ser su articulación política en las elecciones de 1907 y la Mancomunitat de 1914 supone la consolidación del autogobierno catalán, laOda a Espanyabien puede considerarse el himno de un pueblo liderado por una dinámica burguesía que exigía un nuevo modelo de Estado.

Esa voz del catalanismo se hizo sentir a medias en una España que no dejaba de ser Madrid, y que siempre optó por resolver, a las buenas o a las malas, el “problema catalán” en lugar de preguntarse por la existencia del “problema español”. Figuras del catalanismo Valentí Almirall, Enric Prat de la Riba, Francesc Cambó tuvieron su tribuna. Ni qué decir de Francesc Pi i Margall o Joan Prim, que alcanzaron ni más ni menos que la presidencia del Consejo de Ministros. Como también se pueden considerar voces catalanas en el Estado las de Alejandro Lerroux, que también alcanzó décadas después la presidencia, y hasta la de Miguel Primo de Rivera en tanto que capitán general de Catalunya que instauró una dictadura para acabar con cualquier sueño federalista.

Ampliar El Poble Català

Pirmera página de 'El Poble Català' del 5 de mayo de 1907 con el artículo de Joan maragall 'Visca Espanya!'

Ese anhelo de transformación política, cultural y administrativa nunca llegó. Ni lo hizo en la República ni cuando el carlismo, defensor de las Españas, ganó la Guerra Civil junto a los sublevados. Dejando hasta fechas recientes una España incompleta, como el propio Maragall replicaba a José Ortega y Gasset por un artículo publicado enEl Imparcialen 1910: “No me habléis más de si Solidaridad Catalana está viva o está muerta; no me habléis más de civilización ni de cultura, ni de ideales comunes superiores, ni me habléis, en una palabra, de España, si antes no habéis encontrado la manera de dármela toda, íntegra, natural, alma y cuerpo, trina y una, como su lengua... como su espíritu que quiere volar libre del Mediterráneo al Atlántico, sin obstáculos, sin fronteras, pero también –entendedlo− batiendo todas, todas, todas sus alas”.

El manifiesto

Escolta, Espanya, / la veu d’un fill / que et parla en llengua / no castellana; / parlo en la llengua / que m'ha donat / la terra aspra: / en’questa llengua pocs t’han parlat; / en l’ altra, massa. / T’han parlat massa dels saguntins / i dels que per la pàtria moren: / les teves glòries i els teus records, / records i glòries només de morts: / has viscut trista.

Jo vui parlar-te molt altrament. / Per què vessar la sang inútil? / Dins de les venes vida és la sang, / vida pels d’ara i pels que vindran: / vessada és morta. / Massa pensaves en ton honor / i massa poc en el teu viure: / tràgica duies a morts els fills, / te satisfeies d’honres mortals, / i eren tes festes els funerals, / oh trista Espanya! / Jo he vist els barcos marxar replens / dels fills que duies a que morissin: / somrients marxaven cap a l’atzar; / i tu cantaves vora del mar / com una folla.

On són els barcos? On són els fills? / Pregunta-ho al Ponent i a l’ona brava: / tot ho perderes, no tens ningú. / Espanya, Espanya, retorna en tu, / arrenca el plor de mare! / Salva’t, oh!, salva’t de tant de mal; / que el plor et torni feconda, alegre i viva; / pensa en la vida que tens entorn: / aixeca el front, / somriu als set colors que hi ha en els núvols.

On ets, Espanya? no et veig enlloc, / No sents la meva veu atronadora? / No entens aquesta llengua que et parla entre perills? / Has desaprès d'entendre an els teus fills? / Adéu, Espanya!

Escolta, Espanya, / la veu d’un fill / que et parla en llengua / no castellana

Escucha, España, / la voz de un hijo / que te habla en lengua / no castellana: / hablo en la lengua / que me ha dado / la tierra áspera: / en esta lengua / pocos te han hablado; / en la otra, demasiados. / Te han hablado demasiado / de los saguntinos / y de los que por la patria mueren: / tus glorias y tus recuerdos, / recuerdos y glorias sólo de muertos: / has vivido triste.

Yo quiero hablarte de forma muy distinta. / ¿Por qué verter la sangre inútilmente? / En las venas vida es la sangre, / vida para los de ahora y para los que vendrán; / vertida, está muerta. / Demasiado pensabas en tu honor / y demasiado poco en tu vivir: / trágica llevabas a la muerte a tus hijos, / te satisfacías de honras mortales, / y eran tus fiestas los funerales, / ¡oh triste España! / Yo he visto los barcos partir llenos / de los hijos que llevabas a que muriesen: / sonrientes marchaban hacia el azar; / y tú cantabas cerca del mar / como una loca.

¿Dónde están los barcos? ¿Dónde los hijos? / Pregúntalo al Poniente y a la ola brava: / todo lo perdiste, no tienes a nadie. / ¡España, España, vuelve en ti, / arranca el lloro de madre! / Sálvate, oh!, sálvate de tanto daño; / que el llanto te vuelva fecunda, alegre y viva; / piensa en la vida que tienes en derredor: / levanta la frente, / sonríe a los siete colores que hay en las nubes.

¿Dónde estás, España? No te veo en ninguna parte. / ¿No oyes mi voz atronadora? / ¿No entiendes esta lengua que te habla entre peligros? / ¿Has desaprendido a entender a tus hijos? / ¡Adiós, España!

(Traducción recogida de las ‘Obras completas de Joan Maragall’, Barcelona, 1929)

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