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El Renacimiento y el 'look' de los Reyes Magos

Tradiciones

El Nuevo Testamento no menciona que los Magos de Oriente fueran tres, que uno fuese negro o siquiera que fueran reyes. El arte renacentista oficializó tendencias de diverso origen

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Adoración de los Magos, de Durero, 1504

Adoración de los Magos, de Durero, 1504

Dominio público

Aunque ninguna cabalgata es igual, en todas los Reyes Magos responden a un patrón similar. Melchor tiene que ser blanco y barbudo; Gaspar, pelirrojo; y Baltasar, negro. En cuanto a la vestimenta, puede ser orientalizante, como si se tratara de los sultanes de algún reino asiático, o, semejante a la que lucían los monarcas medievales.

Sin embargo, hasta la llegada del Renacimiento no hubo consenso en que tenían que ser así. Los primeros cristianos los habían imaginado de un modo muy distinto. Sirva como ejemplo el mosaico del siglo VI que hay en la antiquísima basílica de San Apolinar el Nuevo, en áԲ (Italia), que es célebre por ser la primera representación de los Reyes con sus respectivos nombres. Si no fuera por esto, alguien profano en iconografía histórica jamás los reconocería.

Mosaico de los Reyes Magos en la basílica de Sant’Apollinare Nuovo, áԲ

Mosaico de los Reyes Magos en la basílica de Sant’Apollinare Nuovo, áԲ

Tommaso Trombetta / CC BY-SA 4.0

Para empezar, porque los tres parecen ser blancos. Además, visten túnicas cortas, pantalones ajustados y gorro frigio, que es el modo en que los clásicos representaban a los sacerdotes de Mitra, un dios de origen persa que luego fue asimilado por los romanos. Lo más arquetípico de este tipo de iconografía es el gorro frigio. Aparece en otras epifanías (adoraciones de los Reyes) como el Sarcófago de Aurelio (siglo IV), actualmente en los Museos Vaticanos, o las pinturas de la iglesia de Santa María foris portas (Italia, siglos VIII-IX).

Es conocido porque los revolucionarios franceseslo adoptaron como un símbolo de la libertad, pero en el arte del período helenístico ese tocado servía para identificar a cualquier sacerdote de origen oriental. Porque, según el Evangelio de Mateo –el único de los canónicos que habla de los Magos–, es lo que eran aquellos tres individuos.

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'La Adoración de los Reyes Magos', por El Greco, 1568.

Utilizan la expresión “magos”, pero las Sagradas Escrituras no se refieren a hechiceros, la práctica de la magia era algo severamente condenado por la ley mosaica. Por eso, varias veces en el texto el término viene acompañado de “Oriente”. Puesto que en la cultura hebrea Babilonia se tenía por una región fértil en sabios, con ese matiz se quería especificar que se trataba de filósofos u “hombres de ciencia” venidos del este.

De ahí, los primeros cristianos interpretaron que los Magos solo podían ser alguna clase de sacerdotes orientales. Quizá unos 徱Ჹ’e, que eran los doctores babilónicos de la tradición oral, o quizá unos eruditos del zoroastrismo, la religión de la antigua Persia.