bet365

La vanguardista Tarsila do Amaral y el fotógrafo de moda Irving Penn, dos de las exposiciones que hay que ver en abril en Madrid, Barcelona y otras ciudades

De arte

Exotismo brasileño, aguafuertes españoles, fotografía de moda estadounidense, bodegones y mujeres con planteamientos artísticos radicales forman parte de nuestra agenda de exposiciones para estas semanas

Detalle de 'Vendedor de frutas', de Tarsila do Amaral, 1925. Museo de Arte Moderno, Colección Chateaubriand, Río de Janeiro.

Detalle de 'Vendedor de frutas', de Tarsila do Amaral, 1925. Museo de Arte Moderno, Colección Chateaubriand, Río de Janeiro.

© Tarsila do Amaral. Licenciamento e Empreendimentos S. A. Foto: © Gilberto Chateaubriand MAM Río de Janeiro / Romulo Fialdini & Valentino Fialdini.

Encontrar la propia voz es fundamental para un artista, pero no siempre resulta fácil. En ocasiones, porque nadie parece interesado en escucharla o porque algunos prejuicios enturbian la comunicación, tal como sucedió con numerosas artistas a lo largo de la historia. En nuestra selección hay dos exposiciones que nos permitirán conocer mejor a las pioneras de las vanguardias.

También puede suceder que el mercado nos marque una dirección y nuestros intereses, otra, pero eso no siempre es obstáculo para desarrollar el propio talento.Las fotografías que Irving Penn hizo por encargo, para pagar sus facturas, no son menos extraordinarias que las que tomaba en sus ratos libres, siguiendo sus propios intereses e inclinaciones.

Las convenciones de una tradición artística, incluso si son tan rígidas como las de las naturalezas muertas, pueden disparar la creatividad.Innovar dentro de un marco preestablecido siempre es un reto. Lo mismo sucede con las limitaciones técnicas. Hay aguafuertes que demuestran que todo es posible con un buril y una mano experta, incluso en un medio que cuenta con la línea monocroma como único recurso.

'Autorretrato', Tarsila do Amaral, 1923. Museo Nacional de Belas Artes / Ibram, Río de Janeiro.

'Autorretrato', Tarsila do Amaral, 1923. Museo Nacional de Belas Artes / Ibram, Río de Janeiro.

© Tarsila do Amaral. Licenciamento e Empreendimentos S. A. Foto: © Museo Nacional de Belas Artes / Jaime Acioli.

Rostro ovalado, moño oscuro y tirante, labios rojo carmín, ropa excéntrica. Tarsila do Amaral (São Paulo, 1886-1973) no pasaba desapercibida en el París de hace cien años. Siendo mujer y extranjera, el estereotipo estaba servido. Lejos de luchar contra él, la artista brasileña hizo de sus autorretratos un emblema icónico, a base de simplificar sus rasgos y geometrizar su figura. De este modo se hacía respetar como artista, sin defraudar a quienes esperaban de ella una especie de vibrante exuberancia selvática.

Ya de regreso América, su obra mantuvo cierta tensión entre lo tópico y lo vanguardista, entre el colorido primitivismo que ella misma atribuía al arte popular de Brasil y los experimentos propios del arte europeo de principios del siglo XX. Una tensión que la pintora supo resolver con maestría, sintetizando lo autóctono y lo cosmopolita en luminosas composiciones.

'Catedral de Salamanca', aguafuerte de José Pedraza Ostos.

'Catedral de Salamanca', aguafuerte de José Pedraza Ostos.

© Calcografía Nacional, Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.

El grabado fue, durante siglos, la única técnica de difusión masiva de obras de arte, aunque las estampas raramente hacían justicia al original, y el color solo podía sugerirse a través de líneas y texturas. A mediados del siglo XIX, la fotografía permitió difundir copias más fieles. Esto liberó a las estampas de su función reproductora y permitió a los artistas crear con mayor libertad, siguiendo la estela de Théophile Gautier. Ricardo de los Ríos, Bartolomé Maura, Mariano Fortuny (padre e hijo) o Ricardo Baroja son algunos aguafortistas que ilustran, nunca mejor dicho, esta revolución en las artes gráficas.

'After-Dinner Games', Irving Penn, 1947

'After-Dinner Games', Irving Penn, 1947

© Condé Nast

A los veinticuatro años, Irving Penn (Nueva Jersey, 1917-Nueva York, 2009) emprendió un viaje por América Central y Sudamérica, en busca de inspiración pictórica. A su regreso, insatisfecho, destruyó los cuadros, pero conservó las fotografías del viaje. Ya había trabajado como ayudante en Harper’s Bazaar y no tardaron en ficharle en la revista Vogue. Su camino profesional estaba claro: la fotografía de moda, a la que dedicaría seis décadas de imaginación visual y elegancia compositiva. En privado, no obstante, siguió cultivando otros géneros: naturalezas muertas, desnudos, paisajes. En todos ellos destacó por su sofisticado minimalismo.

'Bodegón de flores y frutas' (c. 1640-1650), por Antonio Ponce

'Bodegón de flores y frutas' (c. 1640-1650), por Antonio Ponce

© Fundación María Cristina Masaveu Peterson. Foto: Marcos Morilla.

Flores, frutas, verduras, reses o pescado, jarros y platos. Los bodegones remiten a la vida cotidiana, pero su sencillez es engañosa: surgieron, en realidad, en los círculos eruditos, como lección sobre la fugacidad de la vida, y pronto se convirtieron, por su realismo, en un pasatiempo palaciego, que invitaba a reflexionar sobre los límites entre realidad y representación. Juan van der Hamen, Alejandro de Loarte, Juan de Zurbarán, Juan de Arellano o Luis Meléndez son algunos de los maestros de la naturaleza muerta que se dan cita en la muestra. Sus obras proceden de la colección privada Masaveu, que destaca por sus bodegones.

'Baños', c. 1910, obra de Natalia Goncharova.

'Baños', c. 1910, obra de Natalia Goncharova.

© VG Bild-Kunst, Bonn 2025.Foto: Bernd Fickert.

Las aportaciones femeninas a las vanguardias de principios del siglo XX se están recuperando en los últimos años. Los roles de musa, artesana de géneros menores o esposa y colaboradora se quedan muy cortos para describir el papel de las mujeres en la revolución de los lenguajes artísticos, si bien es cierto que muchas optaron por la fotografía, la joyería o los textiles como vía de expresión, ante la dificultad de acceder a la pintura o la escultura. Creadoras ya célebres como Sonia Delaunay, Natalia Goncharova, Alice Neel o Sophie Taeuber-Arp comparten espacio con otras no tan conocidas, como Zubeida Agha o Giovanna Klien.

Etiquetas
Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...