La Alemania que el conservador Friedrich Merz empezará a gobernar en coalición con los socialdemócratas dentro de un mes arrastra problemas propios que el nuevo Ejecutivo aspira a solventar, que unidos a la incertidumbre geopolítica y económica en Europa y en el mundo generada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y a la persistencia de la amenaza rusa por la guerra en Ucrania, auguran una monumental tarea.
El acuerdo de coalición alcanzado el miércoles por el bloque conservador CDU/CSU de Merz y el Partido Socialdemócrata (SPD), titulado Responsabilidad para Alemania, dibuja en sus 144 páginas un plan de gobierno de cuatro años con gran énfasis en defensa, economía y migración. Al tiempo, se detecta una voluntad de que Alemania vuelva a influir más en el concierto de las naciones después de los tres años y medio de Gobierno del socialdemócrata Olaf Scholz, un canciller esquivo ante las crisis internacionales.
Plan de modernización
Conservadores y socialdemócratas quieren mejorar la digitalización, renovar infraestructuras y reducir la burocracia
El futuro canciller Merz –lo será a inicios de mayo– ha prometido incrementar “de modo significativo y riguroso” el gasto en defensa, actualmente equivalente al 2% del PIB anual, y el miércoles aseguró que “Europa puede contar con Alemania”. Berlín proclama la intención de seguir proporcionando a Ucrania “pleno apoyo”, tanto militar como diplomático, en su guerra contra la agresión de Rusia.
El programa de la coalición prevé la creación de un Consejo de Seguridad Nacional dentro de la Cancillería. Merz dispondrá de recursos tras haber logrado a mediados de marzo, con apoyo parlamentario del SPD y de los Verdes, una flexibilización del freno a la deuda para gasto militar en determinados supuestos. Este mecanismo constitucional limita el endeudamiento público al 0,35% del PIB anual.
CalendarioEl horizonte hacia un nuevo Gobierno
1Consulta a las bases socialdemócratas. Entre el 15 y el 29 de abril, el SPD someterá el acuerdo de coalición a la ratificación de sus 357.115 afiliados, que podrán votar por correo postal o por vía digital. El 30 de abril se hará público el resultado.
2Minicongreso de la democristiana CDU. El partido de Friedrich Merz celebrará el 28 de abril en Berlín un congreso reducido para aprobar el contrato. El comité ejecutivo de su partido hermano, la socialcristiana CSU de Baviera, lo ratificó el jueves 10 de abril.
3Firma del contrato de coalición. Los tres partidos implicados (el bloque conservador de CDU y CSU y el socialdemócrata SPD) escenificarán la firma solemne del contrato de coalición, probablemente el 30 de abril.
4Elección del canciller en el Bundestag. A propuesta del presidente federal, Frank-Walter Steinmeier, la cámara baja del Parlamento elegirá canciller a Friedrich Merz. Se precisa mayoría absoluta (316 diputados de los 630 escaños) y es una sesión sin debate. No hay fecha oficial; primero se habló del 7 de mayo y ahora se habla del 6 de mayo.
5Toma de posesión del nuevo gabinete. El nuevo canciller y los ministros -estos a propuesta de canciller- son nombrados por el presidente federal. Suele hacerse el mismo día de la elección del canciller por el Bundestag.
Con ese capital, el futuro Gobierno planea modernizar las fuerzas armadas (Bundeswehr) –se prevé además introducir un servicio militar voluntario– y elevar su contribución a la OTAN. Pese a la poca fiabilidad de Washington desde el regreso de Trump, “las relaciones con Estados Unidos siguen siendo de importancia primordial –se lee en el acuerdo de coalición–, pero por primera vez desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, Alemania y Europa deben ser capaces en mucha mayor medida de garantizar su propia seguridad”.
La reactivación económica es un pilar del acuerdo de coalición. El jueves mismo, los institutos económicos pronosticaron un parco crecimiento del 0,1% este año, cuando en septiembre habían previsto el 0,8%. Objetivo del programa de Merz: relanzar la industria alemana, que está perdiendo competitividad, castigada por los precios de la energía y la caída de la demanda –este es un país de exportaciones-, pero también culpable de no haber invertido más en sí misma.

El socialcristiano bávaro Markus Söder; el democristiano Friedrich Merz; y los colíderes socialdemócratas Lars Klingbeil y Saskia Esken, el 9 de abril al presentar el acuerdo de coalición en Berlín
CDU/CSU y SPD han pactado rebajar el impuesto de electricidad y las tarifas de red a las empresas. A partir del 2028, el impuesto de sociedades se reducirá gradualmente, un punto por año, del 15% al 10%. Por iniciativa del SPD, el año que viene el salario mínimo subirá a 15 euros la hora; actualmente es de 12,82 euros.
En los planes de relanzamiento económico es clave el fondo extraordinario de 500.000 millones de euros para infraestructuras a lo largo de doce años que Friedrich Merz y el SPD consiguieron consensuar con los verdes en el Bundestag a mediados de marzo. Para lograr el voto ecologista, Merz aceptó trasvasar 100.000 millones de ese presupuesto extraordinario a un fondo para la lucha contra la crisis climática, que forma así parte del plan de gobierno.
Para facilitar la financiación
El nuevo Gobierno designará una comisión de expertos que elabore una propuesta de reforma del freno a la deuda, a abordar a finales de este 2025
El acuerdo dedica un amplio capítulo a la reducción de los trámites burocráticos, de los que las empresas se quejan amargamente, y que es una insistencia de Merz. Se creará así el nuevo Ministerio de Digitalización y Modernización del Estado, que proyecta suprimir paulatinamente el 8% de los puestos de la administración federal, si bien la promesa es que será “socialmente aceptable”, evitando métodos expeditivos de ahorro como los de Elon Musk en el erario estadounidense.
El nuevo Gobierno designará una comisión de expertos con participación del Bundestag y los 16 länder (estados federados) que elaboren una propuesta de reforma del freno a la deuda, a abordar a finales de este 2025.
El endurecimiento de la política migratoria es una de las banderas de CDU/CSU. Así, se mantendrán los controles en las fronteras alemanas “hasta que funcione la protección europea de las fronteras”; y se prevé devolver en la frontera a los extranjeros sin documentación de entrada válida, incluidos solicitantes de asilo, “en concertación con nuestros vecinos europeos”. Alemania deportará a sus países de origen a afganos y sirios condenados por delitos, y restringirá la reagrupación familiar en algunos casos.
Entre otras medidas, se modificará la posibilidad, introducida por el Gobierno de Scholz, de que “una persona excepcionalmente bien integrada” tenga la nacionalidad tras tres años en Alemania; ahora serán cinco años. Pese a todo, el acuerdo dice que Alemania seguirá siendo “un país abierto” que respetará el derecho de asilo y acogerá a trabajadores cualificados.