bet365ナ篦ハ

"La delicia culinaria no es hija del lujo, sino de la necesidad"

Tengo 37 aテアos: empiezo a estar maduro. Nacido en Sevilla, pero crecido en Cテ。diz y El Puerto de Santa Marテュa. Soy de espテュritu mudable, como el mar, pero tengo una mujer, Marta, que sabe aguantarme. Experimento y cocino en mi molino de El Puerto de Santa Marテュa y en el Mandarテュn de Barcelona.

テ]gel Leテウn,chef oceテ。nico; creador de exquisiteces marinas; dos estrellas Michelin

Quテゥ delicado y esponjoso bocado...

Tiene su punto carnal, ツソverdad? Es ortiguilla o anテゥmona de mar rebozada, una deliciosa fritura marina ya incorporada a nuestra gastronomテュa oceテ。nica. Es interesante, porque mete a la anテゥmona en la sartテゥn.

Pero a usted le gusta arriesgar mテ。s.

Aprendo del pueblo, que es ingenioso por necesidad. Se suele creer que la excelencia en la innovaciテウn gastronテウmica es un invento de ricos, porque sテウlo ellos se pueden permitir lo delicioso, que es escaso y caro...

El paradigma serテュa la langosta o el caviar.

ツ。Pues es al revテゥs! La delicia gastronテウmica no es hija del lujo, sino de la necesidad. Y el mar constituye un inacabable banco de pruebas que lo demuestra. Fテュjese en esta parpatana...

Jugosa y con un deje untoso, pero sin que la grasa llegue a empalagar.

Pues los gaditanos empezaron a cocinarla porque los japoneses la tiraban: abandonaban en nuestras lonjas toneladas de lo que consideraban desechos del atテコn y, entre ellos, esta delicia que estテ。 en el cogote, justo debajo de lo que los vascos denominan la kokotxa.

Un error cultural.

Nosotros cometemos errores como ese continuamente. Nos perdemos a diario toneladas de delicioso pescado, con el estテコpido descarte que arroja por la borda las especies que no consideramos gastronテウmicas, pero le aseguro que 窶田ocinadas con acierto窶 resultan mテ。s nutritivas, gustosas y sabrosas que las mテ。s preciadas.

Necesitamos flexibilidad cognitiva para ensanchar los lテュmites de nuestro paladar.

Si lo abriテゥramos y enseテアテ。ramos a abrirlo, acabarテュamos con el hambre en el mundo.

No des peces al hambriento, ensテゥテアale a pescar y a cocinar todo cuanto el mar ofrece.

La barrera para mejorar la nutriciテウn de la humanidad no es material, sino cultural. Si vencemos los prejuicios, tendremos la llave de la ilimitada despensa marina. Sテウlo hay que convertir los experimentos en menテコs y luego en rentable industria agroalimentaria.

No puede haber empresa mテ。s nutritiva.

Ahora los mejores empiezan a verlo conmigo, pero le aseguro que antes me he quedado a menudo solo ante las mesas vacテュas o frente a clientes indignados al ver en su plato especies 窶彙aratas窶 o que consideraban incomestibles.

Y usted, dテ。ndoles el sermテウn de los mares.

Ahora sテゥ que debo apelar a su curiosidad para ir ganテ。ndomelos. No es fテ。cil pasar del miedo al mar a querer devorarlo. Fテュjese en este sapo.

ツ。Quテゥ susto! Pero el pez feo da buena sopa.

Nada de sopas, ツ。mejor un filete! Es mi surimi de sapo, especie que se descarta tras la pesca de arrastre para conseguir otras culturalmente bendecidas: gamba, cigala, bogavante, langosta, rape, lenguado, merluza, bacalao...

...Atテコn rojo, mero...

Esos dos a lo mejor los ve en algテコn documental de Cousteau, porque en el mar apenas quedan. ツソLo ve? La sobrexplotaciテウn los condena. En cambio, abundan otros tテコnidos deliciosos como la albacora y los menores, que no tienen nada que envidiarles, pero se menosprecian.

La lubina, la dorada o el salmテウn, antaテアo delicias, son hoy vulgares bichos de granja.

Yo ya estoy investigando con la lisa, para convertirla en el cerdo del mar.

ツソLa lisa? Pero si es la rata del puerto.

Como al cerdo, tratamos de alimentarlo bien para que sepa mejor. En esa lテュnea desarrollamos embutidos de mar a partir de pescados azules. A la sardina y la caballa les aテアado cilantro, pimentテウn dulce, ajo... porque combinan perfectamente con especias terrestres. Mire este lomo marテュtimo embuchado sin colesterol.

Proteテュnas sabrosas y sostenibles.

Otro gran reto culinario lo plantea un eslabテウn primario de la cadena alimentaria en el planeta: el plancton puede ser un manjar delicioso.

Heyerdahl cruzテウ el Pacテュfico en su balsa, la Kon Tiki, filtrando plancton en un colador.

Sabe bien y aテコn sienta mejor, porque tiene carotenos, radicales libres y sesenta veces mテ。s omega tres que el aceite de oliva. Si podemos respirar en la Tierra, es gracias al plancton. Yo les propongo degustarlo. Pruテゥbelo.

Sabe a fino patテゥ, pero mテ。s sutil, no causa empacho: aroma yodado... ツソY esta lechuga?

Son algas: las llamo lechugas de mar, pero tambiテゥn sirvo otras especies de alga en emulsiテウn con un guiso de lentejas, por ejemplo, y otras las sirvo en gran variedad de ensaladas.

Crujen en boca y mantienen el deje salado.

Pues, ademテ。s, los polisacテ。ridos del plancton proporcionan azテコcares sanos y equilibrados. Nos abren infinitas posibilidades en pastelerテュa y todo tipo de postres.

Se trata de abrir el cerebro al mar y el paladar le seguirテ。.

En eso andamos en el molino de sal de El Puerto de Santa Marテュa, que he rehabilitado como restaurante en pos de la tercera estrella Michelin. Aunque, le serテゥ sincero: me hace mテ。s ilusiテウn descubrir un nuevo alimento que la nueva preparaciテウn de un plato.

Ya lo habテュa notado.

Ahora acテ。bese mis chicharrones de morena, estos calamares transmutados en guindillas y las chuletillas de corvina como de cordero lechal con sus huesecillos de espinas.

Deme un consejo para cocinar pescado.

No cometa el error del principiante: comprarlo 窶吐resco o congelado窶 y al llegar a casa limpiarlo con agua del grifo, porque le quita sabor y nutrientes: ツ。pテ。sele un paテアo y basta!

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