Riudecanyes sigue con camiones cisterna a pesar de tener el pantano al 42%
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La mala calidad del agua tras tres años de sequía alarga la agonía del municipio
Las últimas lluvias de marzo han duplicado el porcentaje de agua almacenada en el pantano de Riudecanyes en apenas 15 días
Riudecanyes, municipio de tradición agrícola con 1.300 vecinos (Baix Camp), con un pantano ahora con 2,2 hm3de agua almacenada (42,6%) gracias sobre todo a las lluvias de marzo, está desde la semana pasada fuera de la fase de emergencia después de dos años y medio, pero sigue en manos de los camiones cisterna: cuatro al día. La calidad del agua del embalse, que hace más de dos años que no se puede utilizar tampoco para el riego agrícola, empeoró sobremanera tras tres años de histórica sequía. El pantano se llegó casi a vaciar (1,6%) y los lodos acumulados enturbiaron el agua, con un exceso de materia orgánica.
A pesar de las últimas borrascas, la calidad del agua no ha mejorado lo suficiente. “Es un problema de calidad, evidentemente, no de cantidad”, destaca Ernest Roigé (ERC), alcalde de Riudecanyes. A pesar de que el panorama es mucho más optimista, especialmente si siguen las lluvias, no hay una previsión de cuándo el agua del pantano volverá a ser apta para el consumo humano. “El sentimiento es agridulce porque seguimos con las cisternas y los payeses hace dos años que no riegan. Esperamos que haya cambios bien pronto, pero debemos esperar, revertir la situación no es instantáneo”, advierte el alcalde.
El Ayuntamiento vive con preocupación el final de la emergencia aprobado por el Govern hace seis días
La situación es paradójica, también para el pueblo de Duesaigües (244 vecinos), que depende del mismo pantano. Dejar de estar en emergencia y que la Generalitat haya levantado en los dos municipios las restricciones preocupa porque temen que se incrementarán los consumos de agua por una falsa sensación de normalidad.
“Queremos lanzar un mensaje de prudencia, debemos ser todos los vecinos cuidadosos, seguimos con las cisternas a diario”, añade el alcalde. El gobierno local se plantea mantener incluso algunas restricciones al consumo de agua potable. “No tendría demasiado sentir llevar cisternas por un lado y llenar piscinas o lavar los coches por el otro”, añade Roigé.
La falta de agua se ha convertido desde hace casi tres años en una pesadilla para los vecinos y el Ayuntamiento de Riudecanyes, que ha probado sin éxito perforar varios pozos. La situación más crítica se produjo después del verano, cuando la calidad del agua del pantano empeoró tanto que obligó al gobierno local, con los informes de la Agència Catalana de l’Aigua (ACA), a pedir a los vecinos que incluso acortasen el tiempo de las duchas. La magnitud del problema forzó en septiembre al Ayuntamiento a contratar camiones cisterna a diario para poder mezclar el agua del pantano en la estación potabilizadora local.
Riudecanyes empezó a explorar el jueves otras soluciones para intentar mejorar la calidad con un proceso de ósmosis. Los técnicos siguen con sorpresa la situación y confían que mejore cuando deje de llover y la materia orgánica se estabilice en el fondo del pantano.
Se trata de una situación sin precedentes en Riudecanyes y con pocas experiencias similares en otros embalses. La Comunitat de Regants del Pantà de Riudecanyes depende del agua del embalse para poder regar 4.000 hectáreas de cultivos, la mayoría olivos y avellanos. Muchos de los avellanos murieron porque se pasaron dos años sin riego ni lluvias.
A pesar de que ya no están en fase de emergencia, siguen sin poder regar y no saben cuándo podrán hacerlo. Para una campaña completa de riego necesitan 4 hm3, casi el doble del agua almacenada en la actualidad. Confían que en junio, cuando debería empezar la nueva campaña de riego, ya podrán volver a hacerlo. “Lo que no sabemos es cuántos payeses querrán regar porque muchos árboles ya se han muerto”, advierte Miquel Àngel Prats, secretario y administrador de la Comunitat de Regants del Pantà de Riudecanyes. “Pero ahora vemos el futuro de otro color”, añade Prats.
El embalse forma parte de lo que se conoce como sistema Riudecanyes-Siurana, ya que Riudecanyes en una situación normal, sin emergencia, tiene una concesión histórica que le permite trasvasar agua de otro pantano, el de Siurana, en otra comarca, en el Priorat, y en otra cuenca hidrográfica, la del Ebro.
El trasvase desde Siurana hasta Riudecanyes, origen de una guerra histórica del agua, quedó paralizado por orden del Govern hace dos años porque la sequía vació Siurana, al 0,8% hace seis meses. Este embalse, el doble de grande que Riudecanyes (12,2 hm3) está al 19,1% y también sigue recibiendo agua de las últimas lluvias.