Belén Hostalet ha construido un universo donde la estética, los viajes y el arte conviven en armonía. En el 2014, con 22 años, cuando Instagram aún era incipiente en Europa, empezó a cultivar una comunidad fiel atraída por la belleza y por la calma que transmite. Madre de un hijo de 2 años y apasionada del deporte, Belén representa una generación de mujeres que redefinen el lujo desde la cercanía y la sensibilidad. Paseamos con ella por la hermosa casa del interiorista Raúl Martins cercana a la madrileña plaza de la Villa de París mientras nos desvela su mundo interior.
Usted iba para economista...
Lo mío iba a ser la banca privada, ni por asomo pensaba que me iba a dedicar a mi hobby. Hacía fotos por el mundo y las publicaba. Una de las primeras fue de Hawaii, donde viví con mi pareja, Alejandro Porras. Llegó un momento que ya tenía una gran base de seguidores, pero me daba apuro el momento de poner la mano para ganar dinero.
¿Y sus padres, qué pensaron?
Mi padre es ingeniero de caminos. Yo sacaba buenas notas en matemáticas, pero me quería dedicar a algo supervolátil que no existía en ese momento. Lo primero que me preguntaron fue ¿cuándo va a terminar?

Pantalón crudo y camisa de Elisabetta Franchi, stilettos Aquazzura y mix de joyas de la colección Bee de Chaumet
¿Y lo siguen preguntando?
Yo creo que no va a terminar nunca, sino que va evolucionando.
¿Cuál fue el punto de inflexión?
Vi que no llevaba bien ni mi carrera ni sacaba rendimiento a algo a lo que dedicaba mucho tiempo. Rechacé propuestas de contrato de dos bancos y me tiré a la piscina.
En el 2022 tuvo un buen susto...
Tuve un accidente de avión. Iba a un desfile de Louis Vuitton desde Lima a San Diego y volaba sola. Era un vuelo nocturno. Despegamos y a los diez minutos explotó el motor. Envié mensajes de despedida a mi familia. Por suerte pudimos dar la vuelta.
¿Le cambiaron las prioridades?
Sí, cuando paso por malas épocas, me viene el pensamiento de que yo realmente no tendría que estar por aquí, es duro.
Es tiempo de descuento, un regalo.
Ya te digo, a la semana me quedé embarazada sin esperarlo.

Vestido negro de Juan Vidal y joyas con carácter de la colección Joséphine de Chaumet en oro blanco y diamantes engastados y en talla grande en forma de pera
¿Cómo es Andrea?
Una bomba de alegría, un niño que desde que era pequeño sonreía y saluda a todo el mundo, es muy expresivo, muy alegre.
¿Qué es lo que más le cuesta?
No sentirme culpable como madre. Por estar fuera unos días o por estar muy cansada y no dar el 100% bajo los estándares que tú tenías en tu cabeza.
¿Con quién lo habla?
Con mi terapeuta. Y con otras mamis, las amigas que sienten lo mismo que tú. Reconforta mucho ver que hay gente en tu misma situación que te dice oye, yo me he sentido igual, y vas a ver que no era para tanto.
¿Cómo le gustaría definirse?
Trabajo con la alta gama, pero si me ves por la calle, mi perfil se reduce a algo sencillo, como unos jeans blancos y unas sneakers clásicas. Es una mezcla entre el mundo del lujo y una experiencia más allá de la moda. Y la conexión entre moda, arte y viajes siempre está presente. Quienes me siguen también saben que soy una gran fan del deporte.
Llegué a sentir repudio hacia Instagram porque lo que me gustaba de ella ya no estaba… Ese momento más calmado”
¿Se siente identificada con el término “influencer”?
Empezamos siendo instagramers, hemos pasado por tantas etiquetas… ¿Puedo influir en la gente? Claro que sí, pero también me siento influenciada por la gente común, y ellos no se llaman influencers. Me gusta más el término “creadora de contenido”. No soy una celebridad, porque mi vida privada la tengo muy al margen.
¿Cómo mantiene el equilibrio entre lo estético y lo auténtico?
Eso me ha creado mucha confusión. Instagram empezó sin tener reels ni stories… era una plataforma muy visual, cronológica, no tenías los dolores de cabeza de los algoritmos. Mi perfil es una experiencia visual que quiere transmitir calma. Pero hoy todo es swipe, swipe, swipe… todo va muy rápido.

Blusa de gasa de Giorgio Armani y mix de joyas en oro rosa y con diamantes de la colección Bee de Chaumet

Mix de joyas doradas de la colección Bee de Chaumet y cartera dorada de Aquazzura
¿Se planteó dejarlo?
Llegué a sentir repudio hacia la plataforma porque lo que me gustaba de ella ya no estaba… Ese momento auténtico cuando los que empezamos éramos gente normal. Entre el 2023 y el 2024 me sentía perdida a nivel creativo, no sabía ni lo que funcionaba ni lo que tenía que hacer.
¿Cómo definiría su estética?
No me gusta el maquillaje ni verme demasiado producida. Por mucho que tú veas una estética superbonita y que todo parezca perfecto, hay una vida detrás.
Hace poco volvió a pintar…
Durantes la covid hacía lives pintando acuarelas, para pasar tiempo con mis seguidores con algo bonito, pero había gente que te demandaba demasiado. No estaba preparada mentalmente y me afectó. Dejé de pintar y luego fui mami y el tiempo se te hace muy corto. Este año ha sido el regreso a mi contenido más slow, más puro y he vuelto a pintar.
Si su vida fuera una serie, ¿cómo se titularía el capítulo que vive ahora?
El renacer de la mariposa, porque están en su nidito de gusano, pero cuando despliegan las alas...

Collar asimétrico, anillo de aro en oro rosa y pulsera de oro rosa con pavé de diamantes, de la colección Bee de Chaumet y cartera de Carolina Herrera

Minivestido de punto de Alex Riviere Studio y pendientes, earcuffs, colgantes y anillos en oro rosa y diamantes de la colección Bee de Chaumet
¿Algún lema que le guíe?
Vive y deja vivir, soy superfácil y quiero ponérselo fácil a todo el mundo, ser cariñosa y educada con cualquiera, sea quien sea.
¿Alguna manía o hábito que la gente no esperaría de usted?
Eso es muy personal, pero... me tira para atrás la gente que utiliza mal el imperativo, me vuelve un poco loca y me dan ganas de corregirlos. Y me gusta dormir por la noche con todo cerrado, todo oscuro, pero la siesta quiero que esté todo abierto.
¿Qué le hace desconectar por completo, incluso del móvil?
Me encanta el deporte, me encanta correr. Yo es que lo vivo, lo doy todo.

Pijama de encaje de Intimissimi. Mix de anillos, colgantes y pulseras en oro blanco y diamantes de talla brillante y en oro rosa y con forma de abeja, de la colección de joyas Bee de Chaumet
¿Y es más de tacones o de zapato plano?
Zapato plano. Me gusta como un poquito, a lo mejor como un kitten heel o una cuña, me gusta mucho porque te sube y te hace... no sé, te estiliza mucho.
Lo digo porque claro, tiene también en la familia a un zapatero.
Sí que es verdad que a él siempre le ha gustado más que llevara zapatos planos. Pero como ahora, además, están muy enfocados en sneakers, todo plano en mi casa.
¿Cómo es su casa?
Vivo en un piso modernista de Barcelona. Tiene unos techos maravillosos, unas cristaleras increíbles. Es muy luminoso y en cuanto a decoración, intentamos mantenerlo muy minimalista. También fue cuando aún no teníamos a Andrea, entonces todos los muebles, los sofás claritos... que ahora, están un poco así como así. Compramos una casa hace unos meses y queremos mudarnoscuando la arreglemos.
Cada vez que hemos cambiado hemos intentado como crear nuevos espacios, pero los cuadros siempre han venido conmigo”
¿Cuál sería su rincón favorito?
Hay muchos. Tenemos una galería increíble donde ahora están todas las cocinitas, los juguetes de Andrea. También tengo un rincón de pintar donde recibo todo el sol de tarde. Así que ese rincón es muy especial.
¿Algún objeto, alguna pieza que siempre haya llevado con usted?
Cada vez que hemos cambiado hemos intentado como crear nuevos espacios, pero los cuadros siempre han venido conmigo. Si algo me gusta mucho de las mudanzas es poder empezar de nuevo y decorar espacios nuevos.
Su ropero debe de ser maravilloso....
Tenía un vestidor, pero ahora es la habitación de Andrea... Ahora mismo mi vestidor está por toda la casa.
¿Cuál es la pieza favorita de su armario?
Me encantan los bolsos y los zapatos. Tengo una bolsa maravillosa vintage de Louis Vuitton. Mi mi primer bolso Chanel, o también uno de los primeros regalos que me hizo Dior, un Saddle. Les tengo mucho cariño.
¿Y qué pieza no entrará nunca?
Pues la última vez que me hicieron esta pregunta fue en un shooting con Dior que llevaba unos pantalones baggy y dije que nunca me pondría unos pantalones baggy. Y me encantaron. Así que nunca digas nunca porque nunca se sabe. Yo creo que nunca entrarían unas bambas con plataforma.

Raúl Martins acompaña a Belén, vestida con pantalón, body y chaqueta de Dior y pendientes, colgantes, pulseras y anillos en oro rosa y blanco con diamantes de la colección Bee de Chaumet
Raúl Martins
El interiorista que cambia toda la casa una vez al año
Detrás de una fachada clásica frente al Tribunal Supremo, junto a la plaza Villa de París, se esconde un universo estético en constante evolución. Es la casa-estudio de Raúl Martins, interiorista de referencia y alquimista del espacio, quien ha hecho de este piso madrileño un campo de experimentación. Ubicada en un edificio de 1920, la vivienda ocupa una remonta añadida tras la desaparición de las Salesas, porque en la época una ley impedía levantar viviendas más altas que los muros del convento. “En este edificio, cuanto más alto subes, más trabajada es la arquitectura. Aquí añadieron bow windows, balcones más grandes, más historia”, explica Martins, que, como Belén Hostalet, cambió su destino: en su caso desde las Ciencias ʴDZíپs a la creación de interiores. Comenzó con Pascua Ortega, de quien aprendió a manejar el color, las luces y las sombras y a introducir elementos discordantes en espacios elaborados.
Su casa, donde antaño se ubicó la embajada alemana, es una coreografía de cambios sutiles y escenografías renovadas. “Una vez al año cambio toda la casa. Papeles pintados, mobiliario, textiles... es mi forma de experimentar, de probar nuevas combinaciones, de jugar”, confiesa. Y es que, más que una vivienda, su casa es un showroom vivo. Cada objeto, cada obra de arte, cada espejo tiene un porqué. Algunas piezas son de autor, otras vintage, y muchas las ha diseñado él mismo: “La mesa del comedor, la banqueta, las peanas, los sofás... Me gusta mezclar lo que creo con lo que descubro”, explica mientras la recorremos. Nada escapa a su ojo meticuloso. Desde columnas rescatadas de una vieja chimenea gallega hasta radiadores de los años cuarenta, todo se integra con una precisión que roza lo teatral. El arte ocupa un lugar central. “Nunca me deshago del arte. Si no encaja, lo guardo en el almacén o lo llevo a mi casa en Asturias”, comenta.
Una de sus últimas obsesiones: un minucioso empapelado hecho con guardas de libros viejos. “Estuvimos tres meses colocando los papeles uno a uno, en el suelo, midiendo cada recorte. El empapelador me dijo que no volvería a hacerlo en su vida”, cuenta riendo.
La casa no solo refleja su talento de interiorista, sino también su filosofía vital: el diseño debe tener alma, memoria y, sobre todo, armonía. “Mi casa cambia, pero siempre tiene algo que permanece: la calma, la luz, el interés. No me vale el armónico aburrido. Quiero que quien entre sienta, que se quede un rato más mirando”.
Y dos consejos de experto para cambiar una casa con poco esfuerzo: “El primero es pintar. Cuando no tienes mucho dinero, un color con personalidad te cambia un espacio, y un azul bonito cuesta lo mismo que un blanco feo. La otra clave es iluminar bien. Recomiendo una luz general, amable, no muy intensa, y luego luz puntual a algunos sitios concretos y siempre regulada”.
¿Qué foto jamás compartiría en redes pero guarda con muchísimo cariño?
Pues muchas con mi hijo, muchos momentos en familia que guardo para mí porque son dulces para nosotros
Pero sí que muestra a Andrea en redes.
Sí, lo muestro a veces porque Andrea ahora forma parte de mi vida. Pero yo no quiero ser una mami Instagram. Quiero que la red siga centrada en mi trabajo, mis viajes, mis proyectos...
¿Y qué lugar le da paz?
Barcelona, me da mucha paz, me da paz volver a casa. Es una ciudad para mí muy bonita, muy completa. Tienes el mar, la montaña, toda la oferta gastronómica que quieras, oferta hotelera, servicios, lugares para hacer deporte.
¿Cuál es el mejor cumplido que ha recibido?
Hace muy poco que yo estaba saliendo del supermercado con Andrea, íbamos los dos solos y le había comprado palitos y quesitos. Estaba caprichoso y yo estaba ahí abriéndole todo muerta de la risa. Entonces un señor me dijo que transmitía una energía de madre muy guay y eso me encantó.
¿Si pudiera, viajaría hacia el pasado o al futuro?
A mí me encantaría vivir los años setenta y ochenta, esa época divertida, loca también, de la moda.
Entonces no había redes...
Mejor, mejor.
dzٴDzí: Ricardo Labougle. Estilismo: Blanca Unzueta. Maquillaje y peluquería: Jen Barreiro. Asistente de fotografía: Gustavo Peruyera. Producción: Emma Monreal