Aterrizamos en Muscat, o Mascate, la capital a orillas del golfo de á y puerta de entrada a este sugerente país, oficialmente Sultanato de á. Un enclave estratégico de la península Arábiga que fue gran potencia marítima y comercial en el pasado como cruce en las rutas de caravanas entre Asia, Áڰ, el Antiguo Egipto o Roma, la lejana Jerusalén.
Un lugar remoto hasta no hace muchos años que despertó de su silencio y aislamiento con la llegada al poder del sultán Qaboos quien apostó por la cultura y la modernización en 1970. Y la estela sigue el actual sultán Haitham. Pese a ejercer poder absoluto como jefes de estado y de gobierno, está considerado uno de los países más desarrollados, estables y neutrales del mundo árabe.
Desde el aeropuerto, una amplia avenida flanqueada por árboles lleva al centro de esta ciudad que se extiende en la línea de costa y sus arenales. En un país donde el 82% de su territorio es puro desierto, la calima forma parte del ambiente y cubre frecuentemente esta urbe más austera y vivible en comparación con otras de países vecinos también ricos en petróleo y gas, como Dubái o Doha.
Sin rascacielos ni muchos coches de alta gama, donde la especulación urbanística es más calma y alimenta en buena parte la demanda residencial de la diáspora omaní que supone nada menos que el 40% de su población emigrada. El sultanato se mantiene firme en preservar su identidad frente al modernismo extremo y por ley no se pueden construir grandes alturas, lo que la imprime más autenticidad.

Interior de la Gran Mezquita Sultan Qaboos,de su espectacular cúpula cuelga una gran lámpara de araña de 14 metros de altura
En el trayecto, llama la atención la silueta de la Gran Mezquita del Sultán Qaboos con su cúpula y cinco minaretes que simbolizan los cinco pilares del Islam. Uno de los principales atractivos del país, y nuestra primera parada. El templo más grande de á con capacidad para 20.000 personas, rodeado por un pulmón verde de jardines y fuentes, se inauguró en 2001 para celebrar los 30 años de reinado del sultán. Belleza y refinamiento sin aparentes ostentaciones, la riqueza queda patente a cada paso y en cada dato que atestiguan con orgullo.
Se levantó con 300.000 toneladas de arenisca india, pavimentados en mármol proceden de Italia, España, India y la propia á, mosaicos italianos y egipcios, maderas nobles africanas. Su gran joya es la musalla de oración reservada a los hombres (puede albergar 6.500 fieles mientras la musalla de mujeres… a 750) de su espectacular cúpula cuelga una gran lámpara de araña de 14 metros de altura y 8 toneladas de peso en oro de 24 quilates y 600.000 cristales Swarovski. La alfombra es de una sola pieza de 70x60 metros (4.263 m2), pesa 21 toneladas y su elaboración supuso 4 años del trabajo de 600 mujeres iraníes. Por apuntar parte.

Interior del Oman Across Ages Museum en las proximidades de la ciudad de Nizwa, la segunda del país. Evoca las formas geométricas de las montañas circundantes
La capital se divide en zonas según las bahías, separadas naturalmente por montañas. La más antigua Old Muscat, rodeada de una batería militar entre torres y los fuertes portugueses Al Jalali y Al Miran. Cerca, el Museo Nacional y el llamativo palacio presidencial Al Alam, con funciones de despacho ya que el sultán reside en La Corniche. Otro barrio histórico es Mutrah, o Matrah, carismático por su malecón con terrazas donde tomar el típico café árabe especiado qahwa o una limonada con menta. Frente al mar, su zoco donde entre todos los productos destacamos el olíbano, ese incienso en perlas de resina y el sudor de los dioses para los antiguos egipcios, la penicilina de la época y la fragancia por excelencia de á.
En la moderna Muscat, la Royal Opera House deslumbra literalmente revestida en mármol blanco italiano. Mantiene una activa programación clásica en colaboración con las óperas europeas ya desde su inauguración en 2011 con Plácido Domingo en Turandot de Puccini.

La teatral plaza de la Royal Opera House de Muscat y su característico suelo especular bajo la luna llena
Siguiendo la costa, el sibaritismo oriental del The Chedi Muscat, exclusivo complejo hotelero entre jardines y piscinas a pie de la playa privada, con restaurantes y bares frecuentados no solo por huéspedes. Más cosmopolita y concurrido el nuevo y lujoso barrio residencial y financiero Al Mouj, La Marina, donde la vida confluye en la plaza Al Marsa con locales de tendencia y buena gastronomía como el Huqqa sobre el puerto deportivo, donde ver y dejarse ver.
Desde aquí parten las embarcaciones a las diversas excursiones. Tras navegar media hora por el mar de Arabia llegamos al archipiélago Daymaniyat, 9 islotes deshabitados de piedra rojiza y negra con playas de arena blanca. Una reserva natural protegida (1996) donde zambullirse en aguas cristalinas y ricos fondos marinos rodeados de peces de colores y, con suerte, tortugas. Son el hogar de muchas aves, y el reino de las gaviotas.

Pozas naturales de Wadi Bani Khalid, uno de los oasis en las Green Mountains, sus aguas están llenas de pececillos que mordisquean su manjar cual sesión de pedicura
Dejamos Muscat para adentrarnos en sus escarpadas y áridas montañas de Jebel Akhdar o Green Mountains, que esconden cañones y los wadis, oasis naturales y alma de estas tierras. Estos manantiales siguen alimentando el sistema de riego de terrazas de cultivo y palmerales por antiguas canalizaciones o aflaj reconocidas patrimonio de la humanidad de la Unesco 2020. Uno de los más conocidos el Wadi Bani Khalid, por méritos propios y por ser el más accesible y cercano a la capital. Tras la primera laguna de este vergel, merece la pena seguir el sendero junto a cascadas y pozas naturales turquesas que contrastan con las formaciones rocosas ocres, rosadas, blancas.
Sabiendo cercano el desierto, imprescindible impregnarse de él. De camino, atravesamos la llanura de Nizwa la antigua capital en medio de un gran palmar. La tacita de plata de á con imponente fortaleza y medina, y su núcleo más religioso y conservador. Como contrapunto, a 20 km, el Oman Across Ages Museum considerado uno de los museos más bellos del mundo. Impactante proyecto del estudio australiano Cox Architecture inspirado en el paisaje circundante con los angulosos perfiles de las montañas, los reflejos del agua de los oasis o de los espejismos del desierto. Otra iniciativa de Qaboos que abrió sus puertas en 2023 para hacer viajar por la historia de sus civilizaciones, su patrimonio natural y cultural, y una oda a sus dinastías.
La tierra se va entremezclando con arena hasta adentrarnos en el gran mar de dunas de Wahiba Sands, territorio beduino
La tierra se va entremezclando con arena hasta adentrarnos en el gran mar de dunas de Wahiba Sands, territorio beduino. En un 4x4 con nuestro insustituible Salim, guía y conductor donde la pericia no está solo en sortear los bancos de arena, sino también los rebaños de cabras y camellos que despuntan hasta llegar al Wahiba Sands Camp. Justo a tiempo para disfrutar del atardecer y refrescarnos con una limonada, antesala de la travesía gastronómica por los sabores del desierto y del Líbano, marca del chef de la casa. Luna llena, perfecta noche para caminar bajo las estrellas y sentir la magia del desierto. á, un auténtico viaje a la belleza.