Jessica Da Silva ha querido establecer diferencias a la hora de alimentar a tu perro con una dieta cruda o bien, con una cocida. La especialista respondió con claridad: “Una dieta cruda aporta muchos beneficios que no encontramos en otras, pero es cierto que no todos los perros van bien con una”.
Según explicó, el alimento crudo, al ser un “alimento vivo”, contiene bacterias y enzimas beneficiosas que ayudan a la digestión y refuerzan la microbiota intestinal, un pilar clave del sistema inmunológico canino.
Sin embargo, subrayó que esta opción no es adecuada para todos los perros. “A algunos no les gusta, otros no la toleran bien, otros dejan de tolerarla cuando entran en su etapa senior y, en esos casos, la dieta cocinada es una excelente opción”.
Por ello, insiste en que la elección no debe basarse en modas, sino en la adaptación a las necesidades individuales del animal. “La mejor dieta es la que se adapta a los gustos, circunstancias y características específicas del animal y, en algunos casos, la dieta cruda no es la que mejor se adapta”.
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Entre los casos donde se prefiere la dieta cocida, la nutricionista canina menciona perros mayores de siete años, razas mini que pesan menos de cuatro kilos, y aquellos con problemas digestivos o patologías como úlceras estomacales.

El aspecto de la comida de perro no siempre es apetitoso
También señala que la comida cocinada puede ser la mejor opción si hay personas inmunodeprimidas o en tratamiento con quimioterapia en el entorno, para evitar riesgos con bacterias presentes en alimentos crudos. Además, destaca su alta palatabilidad: “es una excelente opción para perros que son muy selectivos a la hora de comer”.
Sin embargo,la experta advierte que esta dieta también tiene sus desafíos: “Aunque tiene sus ventajas, también es más compleja de balancear debido a la falta de huesos carnosos y a la pérdida de nutrientes y enzimas que ocurre con la cocción de los alimentos”.