Muchos de los grandes documentales sobre la vida de las ballenas incluyen imágenes espectaculares de ejemplares de algunas de las 15 especies de estos cetáceos misticetos (ballenas barbadas) abriendo sus enormes bocas para ingerir toneladas de kril (y otros pequeños crustáceos y peces). En esta singular acción de pesca, las ballenas se llevan a la boca, además del alimento, una gran cantidad de agua.
Aunque parezca extraño, hasta ahora no se han conocido algunos de los detalles fisiológicos que hacen más eficiente este método de alimentación y, si permite una licencia, explican por qué las ballenas no se ahogan al meterse tanta agua en la boca de forma repentina.
Los resultados de esta curiosa investigación han sido publicados en un artículo en la revista , con un titular bastante claro "Mecanismo anatómico para proteger las vías respiratorias en los animales más grandes del planeta".