Según la Asociación Española de Urología, uno de cada cuatro hombres mayores de 40 años padece incontinencia urinaria y, sin embargo, sigue siendo un tema silenciado. Lo he vivido de cerca con un familiar que, tras una intervención quirúrgica por cáncer de próstata, ha quedado afectado por esta secuela. Sorprende el silencio social que acompaña a este problema. Este tipo de incontinencia debe ser tratada con la visibilidad que requiere.
Existen tratamientos efectivos que pueden mejorar la calidad de vida, pero para acceder a ellos es crucial hablar del problema sin tabúes ni prejuicios. Quisiera, además, hacer una petición sencilla pero significativa: los hombres que conviven con esta condición también utilizan compresas. Incluir papeleras en los baños públicos masculinos no es un capricho, sino una necesidad. Más de uno lo agradecerá.
Pablo de Amos Cobo
Terrassa