Lo mejor que te puede pasar hoy en día es que te consideren “raro”. Y, aún mejor, “rarísimo”. Así que, por favor, hágame caso, si quiere triunfar, compórtense como el más raro de los raros, el rey de los raros, el Gran Raro. Sean raros, muy raros, cúbranse de rarezas por dentro y por fuera. No solo deben aparentar ser raros, sino que deben ejercer con total orgullo sus rarezas, mostrarlas sin pudor, de forma pornográfica. Y, si puede ser, rodéense de gente rara, cuanto más rara, mejor. No lo duden ni un segundo, si se topan con una persona rara, agárrense a él o a ella, no la dejen ir, que no se les escape y hagan suyas sus rarezas.
Este sistema es el que ha llevado a triunfar a Donald Trump, considerado por muchos el mayor raro del siglo XXI, quien tiene el don de juntarse (y atraer) a los raros más raros de este mundo construido para disfrute y éxito de los raros, como han demostrado el más rico de los raros, Elon Musk, o el más raro de los que quieren ser ricos, Javier Milei, el presidente argentino, quien porta una motosierra para exhibir sus rarezas convirtiéndolas en un espectáculo para disfrute de los aprendices de raros.
Hay quien puede pensar que ser raro es algo malo, pero nada más lejos de la verdad. En nuestro tiempo, esta palabra y sus sinónimos ya no suenan a algo peyorativo, sino muy, muy positivo. Hoy en día hay que comportarse de un modo inhabitual, sorprender, imponer seduciendo. Veamos algunos sinónimos de raro: Extraño, infrecuente, original, peculiar, curioso, insólito, desusado, inusitado, inusual, excepcional, atípico, extraordinario. También se ha considerado que raro es algo “escaso, contado”, pero estos sinónimos están perdiendo cada vez más sentido porque cada vez hay más gente rara y, lo que es más importante, que quiere ser rara. Porque, ser raro hoy se asocia con Trump y con Musk, es decir, con la riqueza y con el éxito, con el poder de decidir sobre la vida de los demás.

Las Tres Tietes de Susi Chin fotografiando la simbólica ola de rarezas de este mundo en e siglo XXI.
En este contexto es fácil entender que el rarísimo presidente de los USA quiera quedarse con la riqueza de las llamadas "tierras raras" de Ucrania. Este es el nombre común de 17 elementos químicos: escandio, itrio y los 15 del grupo de los lantánidos (lantano, cerio, praseodimio, neodimio, prometio, samario, europio, gadolinio, terbio, disprosio, holmio, erbio, tulio, iterbio y lutecio). Todos estos nombres, que parecen salidos de una tragedia griega (o romana), son, en realidad, las claves para entender por qué lo raro es hoy más valioso que el oro. Quien se convierte en raro es, en sí mismo, un tesoro.
Resulta que, en 1787, un teniente de artillería llamado Carl Axel Arrheniu encontró un extraño mineral negro en la villa de Ytterby, a unos 30 km de Estocolmo. Fue la primera vez que se empezó a hablar de “tierras raras”, aunque personas “raras” siempre ha habido, incluso antes de la era Trump. Aquel teniente, que no tenía ni idea de lo que había descubierto, le puso un nombre a aquel pedrusco: “piedra pesada de Ytterby”. Años después, en 1792, cayó en manos de Johan Gadolin (1760-1852), un químico finlandés, una muestra de aquel mineral, que acabó llamándose Gadolinita. Es decir, lo descubrióArrheniu y se llevó la famaGadolin. ¿Raro? Sí, y, por eso, todo muy normal.
Las “tierras raras” son hoy muy codiciadas. Ucrania tiene la mala suerte de tener una buena muestra, de la misma manera que Irak fue un objetivo en su momento porque tenía petróleo. Hay quien piensa que es “raro” que Estados Unidos y Rusia se quieran repartir ahora el pastel de las riquezas ucranianas como excusa para acabar con la guerra, pero ya hemos visto que hoy en día lo “raro” es cada vez más lo habitual, mientras que lo que antes se consideraba “normal”, “corriente”, “coherente”, “razonable”, “lógico”... ahora ya no se lleva y se ve como algo negativo que hay que desterrar, como un corsé que impide el triunfo de las rarezas de raros como Trump o Putin.
Pero, lo más súper súper raro que ha pasado esta semana es comprobar cómo el expresidente español, Mariano Rajoy, considerado raro por algunos, ha inspirado al mismísimo emperador de los raros, Donald Trump.
¿Se acuerdan de aquella Golden Visa que el Gobierno de Rajoy implantó para atraer a España a extranjeros no residentes en la Unión Europea que invirtieran más de 500.000 euros en una casa? Aquella medida que promovió que los ricos rusos, chinos y demás pudieran establecerse en nuestro país ahora la quieren aplicar en Estados Unidos. Es decir, mientras que con una mano Trump expulsa a los inmigrantes pobres, con la otra da la bienvenida a los más pudientes. A cambio de cinco millones de dólares, los forasteros podrán obtener el permiso de residencia y optar a la nacionalidad estadounidense. ¿Quién dijo que América no era una nación grande y acogedora... y cada vez más llena de raros?

Dibujo inspirado en el concepto de paz.
