El primer discurso de Aitor Esteban como nuevo líder del PNV, una cuidada intervención de media hora plagada de referencias a la genealogía e identidad del partido, dejó una muestra impagable de las convicciones y principios que guiarán su acción política. El nuevo presidente jeltzale citó al lehendakari Agirre, Manuel de Irujo o Juan Ajuriagerra, reivindicó con fervor el europeísmo de su formación e insistió en una posición de partida: “Nacionalistas sí, pero primero demócratas humanistas”. Entre todas esas referencias, también dejó una reflexión metafórica que va a tener recorrido: “De nada sirve una bonita cáscara sin nuez dentro”.
El nuevo líder jeltzale ha venido repitiendo esta referencia en los días posteriores. La cáscara y la nuez. Oskola eta intxaurra . Y ha dejado claro a qué se refiere. La cáscara es el marco político y, en este momento, un eventual autogobierno renovado para Euskadi. Se trata para Esteban de una cuestión “importante” que no tiene intención de desatender “si encuentra algún resquicio para avanzar en autogobierno”.
Sin embargo, en un momento en el que la actualidad política en el País Vasco comenzaba a centrarse en la posibilidad de que en lo que queda de legislatura pueda alumbrarse un nuevo Estatuto, Esteban ha quiero enfriar esta cuestión. “¿Puede haber una oportunidad? Quizá sí, pero no olvidemos que Madrid tiene unas mayorías volátiles”, ha indicado.
Bien conectado con Catalunya, el PNV conoce las críticas de parte del catalanismo en el plano nacional
El nuevo presidente del EBB relativiza la importancia de la cáscara y, en paralelo, ha puesto encima de la mesa la necesidad de atender a “lo nuclear”: la nuez. Así lo analiza Iñaki Galdos, exparlamentario vasco y analista político: “Ha hecho un ejercicio de realismo. Estamos ante una paradoja. El nacionalismo vasco, en sus dos expresiones, el PNV y la izquierda abertzale, ha alcanzado cotas de apoyo electoral y representación que nunca había alcanzado. Y, sin embargo, aunque la sociedad es más abertzale que nunca en voto, el proyecto nacional ofrece síntomas de languidecimiento. Se percibe mucha quietud, y en ciertos sectores existe preocupación por el hecho de que quizá seamos menos nación y menos comunidad. Es un toque de atención”.
¿Qué es la nuez para Esteban? Atendiendo a lo expresado en su primer discurso y también en intervenciones posteriores, se refiere a los elementos que, desde su prisma, configuran y cohesionan a la sociedad vasca como una comunidad nacional. Se refiere a la lengua, que pese a los evidentes avances registrados en las últimas décadas y a contar con una pirámide de hablantes muy joven, se enfrenta a retos como el de la digitalización y su incorporación a la inteligencia artificial, la integración de los migrantes o su uso social en las zonas de predominio castellanohablante, que en general son las más pobladas.
El líder jeltzale también apunta a la cuestión de la territorialidad: a las relaciones con Navarra e Iparralde, el País Vasco francés. En ambos territorios, el vasquismo y, en general, el nacionalismo vasco ha ganado peso, aunque lo ha hecho sobre todo a través de las marcas de la izquierda abertzale, mientras que Geroa Bai, coalición en la que participa el PNV, ha perdido empuje.
Iñaki Galdos advierte de una “paradoja“” en el nacionalismo vasco pese a su fortaleza electoral
Esteban, finalmente, piensa en cuestiones de cariz simbólico que puedan contribuir a “hacer comunidad”, desde el plano deportivo al cultural, y, frente a la atomización social, plantea cohesionar a la sociedad sobre una visión compartida de justicia social y mirando a Europa.
El PNV está bien conectado con Catalunya y conoce las críticas de una parte del catalanismo. “Queriendo construir un Estado, hemos perdido la nación”, censuran. La advertencia de Esteban va exactamente de eso, en opinión de Iñaki Galdos: “Lo que viene a decir es ‘a ver si centrados en nuestra pelea por los marcos y las competencias estamos perdiendo comunidad’. La sociedad ha cambiado, y existen nuevas realidades sociodemográficas. No lo enfoco como un problema, pero sí como un reto que no se debe obviar por buenismo. Y exige atención para implementar estrategias eficaces. Creo que ha hecho una advertencia pertinente”.