Lo que parecía una procesión tradicional de Semana Santa en Jumilla (Murcia) se convirtió, de repente, en un momento de “pura fantasía”, como muchos lo han descrito en redes. En plena marcha procesional, una joven integrante de la banda entregó su trompeta a un compañero, se adelantó unos pasos, se colocó delante de la Virgen del Primer Dolor… y se puso a bailar. Sin previo aviso. Sin partitura. Solo con arte.
La escena, difundida por una televisión local jerezana, ha corrido como la pólvora por redes sociales. Hay quien no da crédito, y hay quien ya la llama “la saetera del siglo XXI”. Porque sí, la joven no cantó, pero se marcó unos movimientos que, aunque no son parte del protocolo oficial, arrancaron una ovación virtual de proporciones bíblicas.