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'Una nueva jugada' es un (simpático) desastre de serie

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¿Cómo puede ser tan anticlimático y forzado el final de temporada de esta comedia de Netflix?

Imagen de la primera temporada de 'Una nueva jugada' de Netflix.

Imagen de la primera temporada de 'Una nueva jugada' de Netflix.

Courtesy of Netflix

El día que Netflix estrenó Una nueva jugada había podido ver cinco capítulos. Era la mitad de la temporada, suficiente para emitir una primera crítica, donde enumeraba todo lo que no funcionaba en la comedia de Kate Hudson. Demasiados personajes, demasiados lugares comunes y demasiadas prisas en una serie que se presentaba como Ted Lasso en el piloto para después destaparse como una comedia familiar en el mundo de la NBA con un equipo que no disimula ser los Lakers.

La prisa se veía en el desarrollo de las tramas y de un elenco coral sin apenas interés al experimentar en las dinámicas de los actores. Cuando hablamos de comedia televisiva, es tan importante contratar buenos actores como buscar la forma de engrasar la combinación de las interpretaciones. Con el tiempo, al ver los resultados, incluso se pueden potenciar aquellas dinámicas que mejor funcionan y descartar aquello que sobre el papel no acaba de encajar.

Imagen de la primera temporada de 'Una nueva jugada' de Netflix.

Chet Hanks está... ¿bien?

Katrina Marcinowski

Sin embargo, en Una nueva jugada solo se puede ver la rabiosa desesperación de Mindy Kaling, la creadora más reconocible de un cuarteto que completan Elaine Ko, Ike Barinholtz y David Stassen, para trasladar a la pantalla todos y cada uno de los elementos que tenía en su cabeza. El problema es que la ficción televisiva no da resultados automáticos: cada trama debe trabajarse para que pueda funcionar y aquí no se hicieron los deberes.

Sé que esta opinión no importa. La comedia va de maravilla en el catálogo, así que Netflix solo ha tardado una semana en dar luz verde a una segunda temporada, sin necesidad de esperar a ver los datos de consumo de las cuatro semanas iniciales como es costumbre para decidirse sobre una renovación o una cancelación. Pero debo reconocer que es frustrante ver tanto potencial desperdiciado. A partir de aquí, tendremos spoilers.

Esta opinión no importa: la comedia funciona de maravilla y ha sido renovada después de una sola semana

Más allá de la premisa feminista tan extremadamente simplista, donde colocas a una mujer inteligente teniendo empatía e ideas brillantes entre un trío de hermanos caracterizados por sus defectos (que podríamos describir como el tonto, el rastrero y la peor persona viva), tenemos un alud de ideas a medio desarrollar pero que, como si el espectador fuera necio, Kaling y compañía se comportan como si hubieran completado el trabajo.

No hay ejemplo más claro que llegar al final de temporada, encontrarnos de repente ante la final de la NBA y darnos cuenta de la tomadura de pelo que son estos diez episodios. ¿Por qué la dirección y el guion se comportan como si fuera el momento cumbre de la temporada cuando el aspecto deportivo de Una nueva jugada se pasó por alto? No vimos a los jugadores en la cancha y, de repente, se supone que tenemos que invertir en las jugadas y en el resultado. No pases del deporte y, de repente, te comportes como Friday Night Lights.

Imagen de la primera temporada de 'Una nueva jugada' de Netflix.

Una dinámica romántica acelerada.

Courtesy of Netflix

Y, hablando de la vertiente deportiva, después de terminar la primera temporada todavía estoy esperando a saber por qué, si los Waves están tan mal y en peligro de no clasificarse para los playoffs por primera vez en su historia, nadie (NADIE) hace responsable al entrenador. Es como si el equipo de guionistas estuviera escrito por alguien que directamente no es de este planeta y, al empezar a escribir el primer episodio, tuvo que consultar si en el baloncesto la pelota se pasaba con las manos o con rastrillos metálicos.

Isla, hasta arriba de presión, coincide todo el rato con Jay, el entrenador, que se mueve como si los resultados no tuvieran que ver con su trabajo. Es más, nadie le tiene en cuenta las derrotas. Él pasaba por allí, la mayor parte del tiempo sin camiseta. Porque, en otro movimiento de cobardía argumental, la serie se asegura de presentarlo como el verdadero interés romántico de la protagonista. Así pierde cualquier interés cualquier escena de Isla con su prometido, un Max Greenfield desaprovechadísimo, y sobre todo tiene un dramatismo absolutamente estéril la ruptura. ¿Por qué tanto rímel corrido si solo esperamos que se bese con el entrenador?

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Y, en este contexto, se amontonan los despropósitos. El Jackie de Fabrizio Guido, que se presenta como el detonante sorpresa del primer capítulo, tiene un arco forzado en el último par de capítulos después de ser una pieza prescindible durante la temporada, salvo por la clamidia. El vestuario de los jugadores está desdibujado, con los pocos personajes reconocibles rezando por más minutos. Y Brenda Song, casi omnipresente en el metraje, pide a gritos ser alguien.

Es curioso que, respecto a casi todas estas críticas, hay una solución en apariencia sencilla: tiempo. Una nueva jugada es una temporada de las de antes, de 22 capítulos, estrujada en 10 entregas. Pero, si sabes que entre manos tienes esta cantidad de metraje, debes escribir algo adecuado al formato. Renuncia a algún personaje. Asegúrate de encajar la identidad deportiva en las situaciones. Deja algún desarrollo de la trama para la próxima temporada (haz que el clímax sea la entrada a los play-offs o haz que el entrenador se posicione como galán con el tiempo).

Imagen de la primera temporada de 'Una nueva jugada' de Netflix.

Fabrizio Guido transmite humanidad e ingenuidad, pero es un añadido que no acaban de integrar.

Courtesy of Netflix

Como en ningún momento es transgresora y es una serie reconocible, no le cuesta ser agradable de ver. Kate Hudson hace un buen trabajo (incluso con el irritante gag recurrente del trompazo con el cristal) y Fabrizio Guido, Brenda Song, Chet Banks y Drew Tarver son unos secundarios fantásticos. Pero esto no puede disimular que, como serie de televisión, Una nueva jugada es un desastre.

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