El largo río de las almas, que Movistar Plus+ estrena el próximo miércoles 30 de abril, parece pensada para huérfanos de Mare of Easttown, la miniserie de Kate Winslet. El drama policíaco con mujeres inteligentes, obstinadas y de familias trabajadoras ya existía antes pero hay algo en esta producción que obliga a establecer paralelismos.
Tenemos a Amanda Seyfried, nominada al Oscar por Mank, como protagonista y productora ejecutiva. Otra vez Filadelfia está en el centro de la historia: el barrio de Kensington, que ha visto transformadas sus calles, ahora ocupadas por víctimas de la epidemia de la droga. Y, en vez de tener a una madre adolescente asesinada, aquí aparece el cadáver de una joven adicta que se prostituía para financiarse la siguiente dosis.

La protagonista tiene una hermana drogadicta (Ashleigh Cummings).
Seyfried tiene entre manos un personaje redondo, el de Mickey Fitzpatrick, una agente que patrulla las calles con el temor de encontrarse a su hermana muerta, que vive bajo las vías. Su infancia fue lo contrario de la felicidad: tiene un gran sentido de la responsabilidad fruto de haber sido hija de adictos y haberse tenido que hacer cargo siempre de Kacey (Ashleigh Cummings).
Decide investigar el caso por su cuenta al ver que su jefe no tiene ningún interés en resolver la muerte de yonquis. Además, el padre de su hijo no le paga la pensión, tiene pagos atrasados en la escuela y el niño de ocho años cada vez le hace preguntas más incómodas sobre su familia.

La miniserie consta de ocho episodios (y es una lástima porque uno querría ver una segunda temporada).
Nikki Toscano y Liz Moore, que adaptan juntas la novela de Moore, tienen oficio al presentar esta Filadelfia afectada por la droga, verosímil, con la familia y la comunidad en el centro, tanto como trampa como salvación.