Un menor de edad ha sido condenado acuatro años y tres meses de internamiento en régimen cerrado por agredir sexualmente a su pareja, también adolescente. Lo ha decidido laAudiencia de Lleida, que ha confirmado una condena previa del Juzgado de Menores 1 de Lleida a este menor.Así se desprende de la información publicada por .
Además del internamiento, el menor, ya hallado culpable, deberá permanecer tres años de libertad vigilada con asistencia educativa. Los magistrados también le han impuesto unaorden de alejamiento respecto a la víctima, con quien tampoco podrá comunicarse a través de cualquier medio durante seis años.
El condenado deberá indemnizar a la menor, solidariamente con sus padres, con 7.000 euros. Por último, el joven agresor sexual también tendrá que participar en un programa formativo de educación sexual y de educación en igualdad.
Condena
El agresor sexual, menor de edad, también deberá realizar un curso formativo de educación sexual e igualdad
En el auto, al que ha tenido acceso el citado medio, el tribunal confirma la sentencia dictada en primera instancia, afirmando que la declaración de la víctima es contundente y coherente, mantenida en el tiempo y corroborada por el resto de pruebas, como testigos e informes forenses. La menor ha mantenido siempre la misma versión de los hechos desde que denunció al joven en diciembre del 2023 hasta el segundo juicio. Explicó que el día de los hechos la menor había quedado con el que entonces era su novio para romper la relación y que él la había agredido sexualmente.
La sentencia destaca que los informes forenses constatan que había lesiones “perfectamente compatibles con haber sido tomada fuertemente tal y como ésta refirió que hizo el acusado”. Las profesionales del centro en el que residía en ese momento la víctima pudieron ver las marcas del forcejeo. Además, las pruebas médicas han confirmado también la versión de la víctima, que aseguraba sentir molestias y sangrados desde que sufrió la agresión.
El tribunal ha rechazado el alegato de la defensa, que al principio negó las relaciones sexuales y después dijo haber sido consentidas pero unos días antes. El ADN del agresor se halló en las partes íntimas de la víctima.
Respecto al hecho de que la menor no denunciara la agresión hasta días después de haberse producido, la Audiencia Provincial asegura “no merma la credibilidad de su relato”. Expresan que “es plenamente comprensible en estos casos, y por desgracia altamente frecuente, la reticencia inicial de las víctimas a explicar la experiencia traumática y humillante a la que se han visto sometidas”.
El tribunal también ha destacado la importancia de las declaraciones de los testigos. Y es que las amigas de la menor contaron que, cuando la vieron después del encuentro con el condenado, ella misma les explicó que le había violado. Las trabajadoras del centro pudieron verle las marcas en brazos, que la chica intentaba ocultar con su jersey.