La paleta de colores usada en los iconos de Instagram, Twitter o Snapchat no es accidental. Ha sido elegida con toda la intencionalidad, para estimular el cerebro del usuario, atraer la mirada del consumidor y conseguir un clic. Por eso, cambiar la pantalla a escala de grises contribuye a reducir la adicción que generan los teléfonos móviles, según explica la periodista Nellie Bowles en .
Expertos del mundo de la psicología confirman esta teoría. El ex-empleado de Google y especialista en ética de la tecnología Tristan Harris, asegura que una determinada elección de colores puede hacer que mantengamos la atención hacia el dispositivo durante más rato y aumenta la dependencia hacia el smartphone.