Esta noche ha sido dura para Twitter y el Chief Twit. El ultimátum de Elon Musk a sus empleados, en el que les ofrecía una indemnización por dimitir o agarrarse los machos para trabajar duro, ha provocado un nuevo éxodo de trabajadores. Esta vez por voluntad propia: no quieren ayudar al hombre más rico del mundo a ser más rico aún a cambio de sacrificar su propia salud mental.
Al parecer, como cuenta la CNN, el dueño de Twitter ha hecho un mal cálculo y muchos más empleados de los que creía han preferido el dinero que trabajar con él. Ha sido un sálvese quien pueda y, según medios estadounidenses especializados, solamente quedan entre 240 y 1000 empleados preparados para el 'modo hardcore'. Los que han renunciado se han ido dejando el emoji del saludo u otras despedidas en el canal de Slack.
Tras estas salidas y por precaución, se decidió cerrar las oficinas de Twitter y restringir el acceso a las tarjetas de identificación hasta el próximo lunes. Hay cierto miedo a que los ya exempleados saboteen la compañía. Esta medida también se tomó en los recientes despidos masivos que se llevaron por delante alrededor de 3.700 empleados y otros tantos subcontratados.
En la fachada
Proyecciones riéndose de Musk
Aunque algo parecido ha ocurrido en las oficinas de Twitter en San Francisco. Ha sido más bien un trolleo al magnate por parte de alguien que no ha sido identificado. Podría ser un exempleado, algún trabajador descontento o un ciudadano de a pie. Desde la NBC Bay Arena afirman que el autor es un "activista de las proyecciones" llamado Alan Marling, que ya habría hecho lo mismo el 7 de noviembre. Pero no hay confirmación.