Se avecina tormenta en casa de Laura Cuevas y Carlos Calderón. Tras 53 días separados porSupervivientes 2025, lo que debería haber sido una celebración por volverse a ver ha dejado al descubierto una grieta que lleva tiempo abierta. La pareja ya había reconocido su crisis y el reencuentro allí, lejos de arreglar las cosas, terminó a gritos. Ahora, mientras Carlos pide “sentarnos y hablarlo”, el regreso de Laura a casa amenaza con reactivar todos esos reproches pendientes.
Antes de esa incómoda situación en el plató de TardeAR, Laura había disfrutado de uno de los momentos más esperados para cualquier expulsado del concurso. Frente al espejo, al ver cómo la tela subía y dejaba ver su nueva imagen, soltó: “Me he quedado sin culo”.

El comentario de Laura sobre su nuevo aspecto físico tras el reality no solo reflejaba su cambio exterior, sino también un punto de inflexión personal
Más tarde, comprobando que su barriga había perdido volumen, no dudaba en describir su nueva silueta: “Yo creía que no tenía cintura. Estoy feliz, feliz”. Su entusiasmo era claro mientras se observaba de arriba abajo y soltaba: “¡Me veo espectacular!”.
Regreso a casa
El conflicto venía de antes aunque se haya hecho visible ahora
Carlos intentaba valorar el cambio físico de su todavía mujer con una frase que parecía amable, aunque no despejaba las dudas sobre su situación sentimental: “La veo divina, encantadora, que siga así”.
A la hora de abordar directamente el estado de su relación, su respuesta dejaba clara la necesidad de abordar los problemas que arrastran: “Evidentemente tenemos que hablarlo, tenemos que sentarnos, tener una conversación. Que coja el camino ella está feo. Después de 10 años tenemos que hablarlo digo yo”.

Carlos Calderón quiere hablar con su mujer cuando llegue a España
Durante el paso de Laura porSupervivientes, llegó a expresar sus deseos de cambiar de vida tras escuchar los testimonios de sus compañeros. Al otro lado del Atlántico, Carlos asistía a varios programas para exponer que se sentía apartado de los planes de su esposa. El viaje a los Cayos Cochinos no hizo más que agudizar el problema, con un reencuentro cargado de reproches que terminó en una discusión acalorada.
Ahora, con Laura a punto de regresar a casa, lo que debería haber ser un reencuentro feliz se presenta como el momento definitivo para aclarar si su historia sigue adelante o no.