Barcelona aspira a ser una ciudad donde la distribución urbana de mercancías (DUM) se desarrolle de la forma más eficiente, segura y sostenible posible. Y en eso la tecnología puede ayudar, como muestra MWCapital en su estand en la presente edición del MWC.
Todos esperamos que los productos y servicios que contratamos lleguen a nuestra puerta en perfecto estado y a tiempo. Es la tarea de la logística urbana, la etapa final de unos procesos de transporte y distribución que se pueden originar en cualquier rincón del planeta. Una etapa, la llamada última milla, que tiene lugar en espacios tensionados por la elevada densidad y castigados por la contaminación, la siniestralidad y otras externalidades negativas.
En este contexto, toda decisión importa. Lo muestra de modo interactivo la experiencia Mind Your Delivery (Cuida tu entrega), diseñada junto a EIT Urban Mobility, que permite a los visitantes explorar los efectos de distintos modelos de logística de última milla a través de un mapa de la ciudad proyectado sobre una pantalla interactiva.
Al mover la pantalla sobre diferentes áreas urbanas, los usuarios pueden visualizar en tiempo real cómo los distintos modelos de distribución afectan a factores clave como el tráfico, la contaminación y la eficiencia logística. Mediante gráficos dinámicos y animaciones, la experiencia ilustra el impacto de diversas soluciones tecnológicas, desde centros logísticos urbanos y microplataformas hasta el uso de vehículos eléctricos y bicicletas de carga para su reparto en zonas pacificadas.
Sostén de la economía local y el empleo
En Barcelona, uno de los principales nodos logísticos del Mediterráneo y del sur de Europa, se estima que el sector logístico genera aproximadamente unos 50.000 puestos de trabajo y aporta hasta un 12,7% del PIB. Los procesos de transporte, manipulación, almacenamiento, gestión de residuos, devoluciones y servicios a domicilio resultan vitales para el desarrollo de la economía urbana y cubren necesidades tan básicas de la población como la alimentación y la salud, entre otras.
Cada opción tiene sus consecuencias: la furgoneta de motor de combustión dispone de la capacidad y rapidez máximas, pero sus emisiones también son las más elevadas. En el polo opuesto, la bici - cleta asume menos peso, pero sus emisiones son cero.
Además, los visitantes pueden interactuar con puntos de interés específicos, como las zonas de bajas emisiones y los centros de distribución urbana de mercancías (CDUMs), para comprender mejor las estrategias de sostenibilidad aplicadas en la ciudad. La plataforma también permite comparar distintos modelos de reparto, mostrando sus ventajas y desventajas en términos de eficiencia y sostenibilidad.
Esta experiencia tiene por objetivo concienciar sobre la importancia de optimizar la logística urbana, mostrar el potencial de tecnologías como la computación de datos para avanzar hacia modelos más eficientes y fomentar un modelo de movilidad profesional más respetuoso con el medio ambiente y la calidad de vida en Barcelona.
En este sentido, el Plan de Movilidad Urbana 2025-2030 de la capital catalana plantea como objetivo conseguir que el 33% de las entregas a domicilios y oficinas se canalice a través de los centros de CDUMs y que el 40% de las compras online se dirijan a puntos de recogida en lugar de ir directamente a los domicilios (actualmente no llega al 15%).
Una logística urbana más limpia y segura
Cada día se realizan unas 287.000 entregas de mercancías en Barcelona. Una cifra llamativa y que, con el crecimiento del e-commerce y de los negocios, puede ir a más en los próximos años. Actualmente, el transporte profesional ocasiona el 23% del total de emisiones de gases de efecto invernadero en la ciudad, lo que evidencia la necesidad de optimizar las entregas, especialmente en las zonas más congestionadas.
Empresas y administraciones colaboran para encontrar soluciones capaces de transformar el modelo actual de DUM y hacerlo compatible con los objetivos de sostenibilidad. Barcelona, por ejemplo, se marca como meta reducir en un 50% las emisiones vinculadas a la movilidad. Una reducción que solo es posible con la aplicación de tecnologías como la computación de datos o la inteligencia, que juegan un papel fundamental a la hora simular escenarios, tomar decisiones fundamentadas y, finalmente, generar innovaciones capaces de minimizar las externalidades de la logística urbana.