A 1 de enero había más de tres millones de personas con nacionalidad española viviendo en el extranjero, un 4,7% más que un año antes. De ellas, sólo el 28,2% había nacido en España.
Los datos del Padrón de Españoles Residentes en el Extranjero (PERE) que hoy ha difundido el INE constatan la mayor movilidad de los ciudadanos españoles -entre ellos muchos jóvenes que se marchan a estudiar o a trabajar a otros países- pero, sobre todo, el retorno a sus países de origen de muchas de las personas que llegaron a España en las primeras oleadas de inmigración y ya disponen de nacionalidad española, sobre todo los de origen latinoamericano.
De hecho, cuatro de cada cinco de las inscripciones realizadas el año pasado en el PERE correspondían a nacidos fuera de España. Casi 2,2 millones de los 3,04 millones españoles que residen en el extranjero nacieron en otro país y 1,8 millones (el 59,5% del total) lo hizo en el que vive ahora. Es decir, que ha regresado a su país natal.
Por continentes, seis de cada diez inscritos en el PERE tiene fijada su residencia en América, el 37% en Europa y un 3,6% en el resto del mundo. Los países donde residían más personas de nacionalidad española a 1 de enero pasado eran Argentina (donde por primera vez en la serie estadísticas del INE residen más de medio millón de españoles), Francia (320.749) y Estados Unidos (220.715).
Pero si el foco se pone en quienes se incorporaron al padrón de residentes en el extranjero el año pasado, los mayores crecimientos se produjeron en Argentina, México y Estados Unidos. Ahora bien, en el caso de los nacidos en España, el 62% de quienes se inscribieron como emigrantes españoles lo hicieron en algún país europeo, el 26% en uno americano, y el 6,5% en uno asiático.
Por edades, dos de cada tres nacidos en España que trasladó su residencia al extranjero tenía entre 16 y 64 años, un 25% menos de 16 y un 6% pasaba de los 65.