La desigualdad y la discriminación de género son una constante en el deporte. También en algunos países de Oriente Medio y Norte de África, en los que las mujeres tienen un acceso muy restringido, cuando no se les prohíbe, la práctica de cualquier tipo de actividad física.
Aunque el deporte y la educación física son considerados según la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), muchas mujeres y niñas ven truncado su sueño de ser deportistas profesionales debido a la legislación y costumbres de sus países.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU), a través del Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) número 5, trabaja para eliminar todas las formas de discriminación y violencia contra las mujeres y las niñas. Y el deporte es un buen mecanismo para conseguirlo. Así lo defiende Khalida Popal , la primera mujer capitana de la selección nacional de fútbol de Afganistán en 2007. Su activismo por los derechos de las mujeres le costó el exilio a Dinamarca, donde reside desde 2011.
La Federación Internacional de Asociaciones de Fútbol (FIFA) acepta el uso del hijab o velo en las competiciones oficiales desde junio de 2012. No es un detalle trivial, porque permite que mujeres musulmanas puedan participar de acuerdo a sus costumbres. Hay futbolistas que deciden llevar la cabeza cubierta, pero otras se ven obligadas por las leyes de sus países.
Marruecos, Egipto, Argelia, Jordania y los Territorios Palestinos cuentan con equipos de fútbol femeninos. Pero, ¿cuál es la situación en otros países de la región?
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No llega a los 30 años, pero la sudanesa Salma al-Majidi se convirtió en la primera mujer en entrenar a un equipo de fútbol masculino en un país árabe en 2018. Se trata del club Al Ahly Al Gadaref, al este de Jartum, la capital del país.
En ܻá, el 70% de la población es sunita y el gobierno se rige por la ley islámica desde 1983. Aunque no hay una norma que prohíba a las mujeres jugar al fútbol, la realidad es que solo existen dos equipos de fútbol femenino: The Challenge, que no cuenta con la financiación ni el reconocimiento de la FIFA, y el equipo de la universidad de Al-Ahfad, exclusiva para mujeres y situada en Omdurman.