Seis semanas después del inicio de la guerra en Ucrania, siguen llegando noticias sobre los efectos devastadores del conflicto. Las tropas rusas han bombardeado puentes, carreteras y centrales energéticas, pero también edificios de viviendas, hospitales y escuelas. Un total de 1.417 civiles han muerto, según el del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
A finales de marzo, Rusia anunció que la primera parte de su “operación militar especial” había terminado y que a partir de ahora se centraría en el Donbass, una región en el este de Ucrania donde la mayoría de la población es de origen ruso. El objetivo final del presidente ruso, Vladímir Putin, es anexionar esta región dentro de Rusia.
La retirada de las tropas rusas del centro y el norte de Ucrania ha permitido liberar algunas ciudades que habían sido ocupadas durante la invasión. Es el caso de Bucha, un municipio de cerca de 30.000 personas a las afueras de Kyiv, que ha sido recuperado por el ejército ucraniano este fin de semana.
Al llegar allí, los soldados encontraron decenas de cuerpos de personas asesinadas en medio de la calle o en los patios traseros de las casas. Algunos de los cadáveres tenían los pies y manos atados, lo que parece indicar que fueron ejecutados.
Las autoridades locales de Bucha aseguran que los soldados rusos mataron a más de 400 personas, incluyendo familias enteras, ancianos y niños. Durante la ocupación, los vecinos intentaban recuperar los cuerpos a escondidas de las tropas rusas, que patrullaban las calles, para enterrarlos en fosas comunes.
La comunidad internacional y las organizaciones humanitarias han calificado los hechos como “crímenes de guerra”. El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, considera que la matanza de civiles de Bucha representa un genocidio que debe ser investigado por la Corte Penal Internacional de la Haya.
El gobierno ucraniano teme que en los próximos días se revelen nuevos casos como la masacre de Bucha. Hasta ahora, se han documentado 1.200 crímenes de guerras.
Por su parte, el Ministerio de Defensa de Rusia niega las acusaciones y asegura que son informaciones falsas divulgadas por el gobierno de Ucrania. Sin embargo, periodistas y medios de comunicación de todo el mundo que se han trasladado hasta Bucha corroboran los hechos.