Estás en el año 2048, en una distopía que recuerda al mundo presentado por George Orwell en la novela 1984. En este caso, el hermano mayor que controla la sociedad es RegnantCorp, una empresa dedicada al entretenimiento que ha ocupado todos los espacios de poder. Los ciudadanos trabajan para esta única corporación, que les mantiene enganchados a sus juegos gratuitos para que no tengan tiempo de pensar.
“Trabaja. Juega. Gasta.” Este es el lema y patrón de conducta impuesto por RegnantCorp, hasta que el protagonista de esta aventura, un mapache montado en una llama, decide pararle los pies.
Por encima de todo, SuperEpic: The Entertainment War es una crítica a la industria de los videojuegos, a los micropagos abusivos, a los free-to-play extremadamente adictivos y a las conductas tóxicas de las empresas de entretenimiento. Esta crítica, para nada sutil, impregna todo el título, que toma forma de metroidvania clásico.
El objetivo del mapache protagonista es infiltrarse en las oficinas de RegnantCorp, que resultan ser un palacio gigante con catacumbas y hasta niveles acuáticos. Muchas zonas son inaccesibles en un principio y el jugador debe ir desbloqueando habilidades para visitar todas las instalaciones de la empresa.