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¿Por qué escribir tus memorias ayuda a alcanzar la serenidad? “He aceptado que soy el resultado de todo lo que he vivido”

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La autoexploración y autoexpresión se revelan como unos de los caminos más acertados para alcanzar la serenidad y compartir las experiencias e historias personales con las generaciones siguientes

En los últimos años han surgido medios para guiar a los mayores en el proceso de dejar su legado vital por escrito.

En los últimos años han surgido medios para guiar a los mayores en el proceso de dejar su legado vital por escrito.

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Cuando se alcanza cierta edad, todos hemos experimentado algún tipo de agravios y duelos a lo largo de la vida. El consejo tradicional para superar estos conflictos y lograr cierta tranquilidad era pasar página y cumplir años. Ahora, en un mundo cada vez más digital y mediático que se trasforma sin cesar, la autoexploración y autoexpresión, procesos necesarios para plasmar tus memorias en unas páginas, se revelan como unos de los caminos más acertados para alcanzar la serenidad. Al mismo tiempo, se confecciona un valioso legado para compartir las experiencias e historias personales con las generaciones siguientes.

“He pasado dos años recordando y escribiendo mi vida con toda la ilusión del mundo para dejárselo a mi nieta, con la intención de que ella, que tiene ahora 12 años, sepa cómo era la vida en aquellos tiempos”, explica Amelia Capdepón, de Zaragoza, con 80 años y orgullosa portadora de una cabellera azul y morada.A Amelia escribir sus memorias no solo le ha permitido crear un legado muy personal para su nieta, sino también le ha servido para validar sus vivencias y “aceptar que yo soy el resultado de todo lo que he vivido y me gusta la persona que soy ahora.”

He pasado dos años recordando y escribiendo mi vida con toda la ilusión del mundo para dejárselo a mi nieta

Amelia Capdepón80 años
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Capdepón reconoce que, aunque revivir el pasado obliga a recordar vivencias dolorosas, “el proceso de escribirlo tiene efecto terapéutico, ya que ves las cosas desde la distancia y te obliga a reflexionar sobre lo vivido liberándote de problemas y sentimientos que creías insuperables”, afirma. “Y cuando digo escribir, me refiero a escribir a mano con lápiz, borrar, corregir y volver a escribir. Mis manuscritos al final parecen jeroglíficos”, puntualiza. “A veces, al pasarlo a limpio en la computadora, me sorprendo yo misma de lo que he escrito”.

La neuropsicóloga Esther Sierra constata la opinión de Amelia al declarar a bet365que la escritura autobiográfica produce efectos terapéuticos en aquellos que la practican, resaltando que estos beneficios se producen no solo a nivel psicológico sino también en un plano neurológico.“Al escribir se activan diferentes regiones cerebrales que permiten estimular las funciones cognitivas como la atención, la memoria y las funciones ejecutivas necesarias para recordar episodios vitales, la organización y planificación de ideas y el mantenimiento atencional”, señala.

Al escribir se activan diferentes regiones cerebrales que permiten estimular las funciones cognitivas

Esther SierraܰDZóDz

Por si esto fuera poco, Sierra añade que, a nivel psicológico, escribir las memorias de uno “ayuda a la gestión y el procesamiento emocional, a tomar conciencia de las experiencias vividas, comprendiéndolas, integrándolas e incluso ayudando a la resolución de viejos conflictos, desde la distancia y mediante la reformulación de estos”. Escribir “desde la cicatriz, no desde la herida” —parafraseando a la autora mexicana María García Zarranz— resumiría los consejos de la Sierra.

No es por tanto sorprendente que en los últimos años hayan surgido numerosos medios para facilitar y guiar a los mayores en el proceso de dejar su legado vital por escrito; desde cursos en línea, a escuelas privadas de escritura especializada o talleres destinados a babyboomers financiados con fondos públicos, incluyendo a voluntarios que ayudan a los mayores a documentar sus vidas para luchar contra la soledad y validar su trayectoria vital.

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La idea de crear el taller de escritura de memoriassurgió como respuesta a la necesidad que existía entre los mayores

Antonia MolineroDirectora de la Escuela Literaria La Laguna

“La idea de crear el taller de escritura de memoriasRelatos de mi vida, surgió hace 20 años en la escuela, como respuesta a la necesidad que existía entre los mayores de dejar constancia de lo que habían vivido, de empoderar su trayectoria vital”, cuenta Antonia Molinero, directora de la Escuela Literaria La Laguna en Tenerife, y profesora del taller escritura de memorias para mayores desde su inicio. “Nosotros fuimos pioneros a la hora de crear este proyecto y para mí, que no tengo abuelos que me pudieran contar como era la vida antes, fue también una forma de cubrir ese vacío. Ahora tengo miles de abuelos”.

El perfil de las personas que emprenden este proyecto, o como los denomina Molinero “los influencers de la vida”, es muy variado, “desde amas de casas, hasta catedráticos y profesores jubilados, sin excluir a personas que por circunstancias sociales no tuvieron la oportunidad de acceder a una formación académica cuando eran jóvenes”, asegura la directora.

Amelia Capdepón, de 80 años y de Zaragoza, escribe sus memorias para su nieta

Amelia Capdepón, de 80 años y de Zaragoza, escribe sus memorias para su nieta.

Cedida

El proceso a veces no es bonito. Muchos de nuestros participantes han vivido historias complicadas, dolorosas

Antonia MolineroDirectora de la Escuela Literaria La Laguna

En estos talleres, los autores noveles reciben la ayuda y las herramientas estilistas necesarias para describir y escribir los momentos más significativos de sus vidas en historias cortas, en forma de relatos. “El proceso a veces no es bonito. Muchos de nuestros participantes han vivido historias complicadas, dolorosas incluso, y tienen que revivir muchas vivencias duras; la perdida de seres queridos; enfermedades; épocas de la posguerra, entre otras, pero no cabe duda de que el hecho de escribirlas y compartirlas tiene un componente terapéutico extraordinario”, certifica la profesora.

Este proyecto ha brindado beneficios tanto a los participantes de los cursos —a nivel de bienestar personal— como a la comunidad de la Laguna, “gracias al importantísimo legado cultural que supone la recopilación de todas estas memorias, donde se muestra de una forma muy personal como era el mundo antes”. Desde hace cuatro años, la Consejería de Bienestar Social del Ayuntamiento de La Laguna financia los cursos, que se ofrecen gratuitamente a todos los residentes del municipio mayores de 60 años.

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Olga Pérez Herrero, doctora en estudios Literarios y profesora de escritura creativa en la Comunidad de Madrid, coincide con su colega canaria al afirmar que existe una gran demanda para este tipo de talleres, ya que redactar las memorias de uno mismo tiene efectos positivos entre los mayores.“Te obliga a hacer un análisis, una autorreflexión de algunas vivencias que necesitas expresar. Cuando uno pone por escrito sus experiencias, busca sacar de dentro algo que no se ha sabido elaborar y que con la escritura se elabora y se comparte”.

Pérez Herrero relata como ella ha comprobado en sus talleres que, incluso entre los mayores que nunca se han acercado a la escritura autobiográfica, “al estar jubilados, o tener hijos ya mayores, cuentan con el tiempo para dedicarse a ello”, y se despierta en ellos una necesidad de registrar por escrito sus vivencias. “Necesidad de la que no es consciente en un principio, pero que va surgiendo y les obliga a ahondar en estas experiencias”.

Escribir las propias memorias te obliga a hacer un análisis, una autorreflexión

Olga Pérez HerreroProfesora de Escritura Creativa

Del relato corto, al relato autobiográfico y de este a las memorias, son los pasos más habituales que siguen, en opinión de Pérez Herrero, la mayoría de los protagonistas. Muchos de los participantes, “al escribir un relato, descubren temas y asuntos que guardaban en su interior y que el propio proceso de la escritura les evoca, recuerdos de vivencias y objetos que les impulsan a indagar en ellos. Precisamente por ello, los talleres de escritura producen un doble efecto en sus participantes; el primero, íntimo, se produce cuando tras un proceso de reflexión e indagación personal, revives por escrito tus vivencias y eliges lo que quieres contar. El segundo, cuando lees y compartes lo escrito con tus compañeros en clase. La combinación de ambos resulta muy emotiva y liberadora.”

“Es muy habitual que después de completar un taller de relatos, varios de los participantes me cuenten que quieren escribir sus memorias o la historia de su familia”, explica la profesora. Sobre todo, este fenómeno se da entre las mujeres alrededor de los 60 años, que quieren recuperar sus historias y las de su familia para dejar un testimonio a sus descendientes, precisa. “Es un acto intergeneracional”.

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Incluso entre los que no tienen descendientes propios, surge la necesidad de escribir para compartir lo vivido. “Yo lo hago porque espero que mis vivencias sirvan para ayudar a otros”, afirma a bet365 Coral González, aragonesa de 68 años. Para ella, que ha superado varios problemas de salud muy graves —como un cáncer y dos infartos—, escribir ha sido desde muy joven un escape y un valioso recurso para expresarse. “Yo era muy introvertida y siempre he escrito lo que me brotaba. Ahora —continúa— quiero hacerlo para ayudar a los que están pasando por lo mismo que yo he vivido. No por notoriedad, sino por solidaridad”.

Para Coral, el reto de completar sus memorias no reside en dificultad de escribir, sino en el proceso previo. “Yo soy muy poco organizada. Escribo de forma deshilvanada y siempre a mano. Tengo que ordenar mis pensamientos para reflejar mis experiencias de la forma más precisa. Y esto me exige un esfuerzo de autodisciplina que hago porque quiero compartir mis vivencias”.

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