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Rafael Puyol, doctor en geografía especialista en longevidad: “Hoy en día jubilar a una persona a los 60 y pocos no tiene ningún sentido”

Longevity

Puyol, doctor en geografía y autor de decenas de libros y cientos de artículos sobre demografía y envejecimiento de la población, acaba de publicar el libro ‘¿Un mundo sin personas?’

“El número de supercentenarios está aumentando, alguno de ellos en poco tiempo llegará a superar ese récord de 122 años de vida”, afirma Puyol

Rafael Puyol, doctor en geografía especialista en demografía y envejecimiento de la población

Rafael Puyol, doctor en geografía especialista en demografía y envejecimiento de la población.

Jpeg Estrudio

Rafael Puyol Antolín (Gijón, 1945) es doctor y catedrático emérito de Geografía Humana de la Universidad Complutense de Madrid, de la que fue rector. Está especializado en demografía, ciencia a la que ha dedicado su actividad en los últimos 50 años, y sus líneas de investigación son las migraciones y el envejecimiento. Ahora publica el libro ¿Un mundo sin personas? (Almuzara), donde reflexiona sobre, entre otras cuestiones, el reto demográfico.

¿Es un problema o una oportunidad, la era de los séniors? ¿El envejecimiento es rejuvenecimiento? ¿Por qué ó es el país más envejecido del mundo? Son algunos de los interrogantes a los que intenta responder en esta nueva obra Puyol, que es presidente de la Real Sociedad Geográfica, doctor honoris causa por siete universidades extranjeras, expresidente de SECOT (Séniors Españoles para la Cooperación Técnica) y académico de la Real Academia de Doctores y de la Academy of Sciences and Arts de Salzburgo.

Lo que se está produciendo realmente es un proceso de rejuvenecimiento de la población

Rafael Puyol

Cada vez hay más personas muy longevas, y el récord de 122 años se superará, según usted.

El récord está establecido exactamente en 122 años, 5 meses y 10 días, eso es el récord de la francesa Jeanne Calment, y yo estoy seguro de que sí, que en pocos años ya ese umbral se va a superar. Últimamente, los demógrafos distinguimos una categoría nueva, los llamados supercentenarios, aquellas personas que tienen 110 años y más. El número de supercentenarios está aumentando, alguno de ellos en poco tiempo ya llegará a superar ese récord de 122 años.

Hablamos habitualmente del envejecimiento de la población, pero como usted bien explica en el libro, también podíamos hablar de super rejuvenecimiento, porque antes a los 70 o a los 80 eran viejos, pero ahora el estado de salud es mucho mejor. ¿Se tiende a ver la parte negativa?

El hecho de que cada vez más personas vivan cada vez más años y en unas condiciones cada vez mejores, permite hablar de que lo que se está produciendo realmente es un proceso de rejuvenecimiento de la población. El envejecimiento demográfico es visto por un problema, pero a mí me gusta hablar de desafío. Por el medio está el tema de las pensiones, el aumento de los gastos sanitarios, el tema de la discapacidad y de la dependencia… y nos olvidamos con frecuencia de que el envejecimiento también es una oportunidad económica tanto desde el punto de vista laboral como desde el punto de vista del consumo. Creo que tenemos que cambiar esa mentalidad.

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El primer desafío del momento demográfico actual es el de las pensiones

Rafael Puyol

De los grandes desafíos del momento demográfico, ¿cuáles destacaría?

Yo creo que tres. El primero es el de las pensiones; desde el punto de vista demográfico y con el sistema que tenemos en España de reparto, según el cual los que están cotizando pagan las pensiones de los que ya se han jubilado, vamos a tener un problema, porque habrá cada vez más pensionistas. La entrada de los baby-boomers es un ejemplo muy claro de lo que digo, y sin embargo va a haber menos cotizantes porque la caída fuerte de la natalidad está provocando una disminución clara de la población joven. Habrá que pensar en sistemas mixtos que combinen el reparto con la capitalización, si queremos que la gente mayor cobre una pensión digna

¿En segundo lugar?

El segundo es el aumento de los gastos sanitarios. Cuando se acumula un número elevado de personas en las edades altas de la pirámide, los gastos de atención médica, de hospitalización, de consumo farmacéutico, etc. aumentan, porque hay muchas enfermedades que se cronifican y que exigen una atención cuidadosa de los enfermos mayores.

Habrá que favorecer que más personas mayores se mantengan durante más tiempo en el mercado de trabajo

Rafael Puyol

¿Y por último, en tercer lugar?

Yo citaría el tema de la discapacidad y de la dependencia. La salud va a mejorar y de hecho eso es algo que se está comprobando, pero el aumento tan significativo de personas mayores va a hacer que haya un porcentaje mayor que en la actualidad entre en situación de discapacidad y de dependencia, y habrá que atenderlo.

Las oportunidades, la parte positiva, ¿cuáles serían?

Son dos. En una situación en la que el mercado de trabajo va a tener menos jóvenes como consecuencia de la fuerte caída de la natalidad, si no queremos que la población activa disminuya en términos absolutos y el mercado de trabajo no tenga la disponibilidad necesaria para mantenerse, habrá que recurrir a las personas seniors. Habrá que favorecer que más personas mayores se mantengan durante más tiempo en el mercado de trabajo. Eso es una oportunidad que habrá que aprovechar. Claro, eso exige que haya una interlocución entre los agentes que intervienen en el mercado laboral, es decir, la administración, los sindicatos, las empresas y los propios trabajadores.

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Jubilarse no debería de ser una obligación

Rafael Puyol

Este mensaje no es muy popular… ¿La edad de jubilación se irá prolongando cada vez más?

Yo soy de los que piensa que la jubilación es un derecho, pero que también no debería ser una obligación. Jubilarse no debería de ser una obligación, aquellas personas que se sintiesen bien de salud, tanto física como mental, que además tuvieran ganas de trabajar y que hubiera empleadores que los considerasen valiosos y les ofrecieran una oportunidad de continuar, ¿por qué no han de continuar? Ahí tenemos un nicho de trabajo potencial importante que habrá que utilizar en el futuro.

¿Nos estamos refiriendo a ampliar esta voluntariedad a todos los sectores laborales y a las empresas, no solo a médicos, profesores, arquitectos…?

Sin duda alguna. Habrá profesiones que se jubilen antes por sus características. No se puede pedir a un minero de una mina de carbón que se jubile a la misma edad que un profesor universitario. La jubilación tiene que ser flexible y habrá profesiones que deban de jubilarse antes y habrá otras que podrán jubilarse después. De lo que hablo es de una realidad que ya está ahí, pero de ampliarla. Y para eso la administración tendría que dar facilidades a las empresas, los sindicatos, no poner dificultades con el mantra no probado de que los mayores quitan puestos de trabajo a los jóvenes. Eso hemos comprobado en nuestros análisis que no es así. En países como los nórdicos o Alemania, donde el porcentaje de personas mayores en el mercado laboral es más alto, comprobamos que hay menor desempleo juvenil.

Es necesaria una política de marketing, para convencer a las personas mayores que van a resultar necesarias para poder mantener el mercado de trabajo

Rafael Puyol

¿Y cómo deben enfocarlo empresas y trabajadores?

Las empresas también tendrían que establecer planes de pensiones para favorecer ese mantenimiento de las personas en el mercado de trabajo. También los propios trabajadores; no todo el mundo quiere seguir trabajando a partir de una edad. Hay gente que está aspirando a que llegue pronto la edad de jubilación para abandonar el mercado laboral. Pues también es necesaria una política de marketing, para convencer a las personas mayores que van a resultar necesarias para poder mantener el mercado de trabajo en los volúmenes necesarios en cada momento.

Quizá la clave es incentivar de alguna manera que haya flexibilidad a partir de determinada edad, a la hora de establecer los horarios y las tareas a realizar…

Efectivamente. Hasta ahora la Administración ha sido pacata en dar facilidades. La única facilidad significativa es la jubilación activa, según la cual una persona podía compaginar el cobro del 50% de su pensión con una actividad, por ejemplo, por cuenta ajena. Ahora parece que en una serie de años se va a poder cobrar la totalidad de la pensión y poder seguir trabajando. Eso será bueno para incentivar esa presencia de mayores en el mercado de trabajo, medidas de esta naturaleza que incentiven a los propios trabajadores y a las empresas que los emplean, será bueno.

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La otra oportunidad, ¿cuál sería?

La otra es que eso que llamamos la silver economy, que es esa economía dedicada a proporcionar bienes y servicios a las personas senior, se va a desarrollar, se está desarrollando ya de manera clara en sectores como el inmobiliario, el automovilístico, el de los cuidados personales, el de las nuevas tecnologías… Eso va a incentivar una rama de la economía, porque será necesario diseñar y ofrecer productos y servicios especiales para esas personas mayores, lo cual incentivará el consumo.

Usted dice en el libro que las personas de 80 años hoy en día tienen un comportamiento parecido al de los que tenían 60 comienzos de siglo.

Hoy día una persona que esté en torno a los 80 años, tiene unas condiciones de salud muy parecidas a las que podía tener una persona de 60, 60 y pocos, hace unos 20 años. Hay estudios en ese sentido que lo ponen de manifiesto. Fundamentalmente, han sido realizados en ó por la Sociedad Gerontológica japonesa, que de estas cosas sabe mucho. No solamente se han ganado años a la vida, sino que se ha ganado vida a los años. Es lo que quiero transmitir.

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“Hoy día una persona que esté en torno a los 80 años, tiene unas condiciones de salud muy parecidas a las que podía tener una persona de 60, 60 y pocos, hace unos 20 años, dice Rafael Puyol”.

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Hoy en España trabajo el 100% del tiempo, full-time y mañana me jubilo y no trabajo nada. Tendríamos que revisar esa situación e incentivar los trabajos parciales para que la gente pudiera tener un periodo intermedio e

Rafael Puyol

En ó hay un nuevo método de medir la vejez que incluso contempla medir diferentes indicadores como la velocidad de la marcha o la fuerza de agarre de la mano, más quela edad cronológica.

Efectivamente. Yo creo que la edad cronológica no debería de emplearse para definir el umbral del envejecimiento o una situación de envejecimiento. Uno es mayor o más joven según cómo se sienta y según se mantengan sus actitudes físicas y mentales. Ahora decir que una persona es mayor al cumplir los 65 años carece completamente de sentido. Yo he presidido la Organización Española de Séniores, SECOT, he visto personas que con 80 e incluso más años, 84, 85 años, encontraban en plena forma, en plenas actitudes físicas y mentales, y que seguían desarrollando una labor medida y adaptada a sus condiciones. Todo eso es lo que las empresas para sus trabajadores séniores deberían de fomentar. El trabajo parcial, por ejemplo, que puede ser un instrumento muy válido entre el trabajo full-time y la jubilación definitiva, está muy poco desarrollado en España.

En nuestro país, o trabajas al 100 % o te jubilas.

Sí, la gente pasa del 100 al 0. Es decir, hoy en España trabajo el 100% del tiempo, full-time y mañana me jubilo y no trabajo nada. Tendríamos que revisar esa situación e incentivar los trabajos parciales para que la gente pudiera tener un periodo intermedio entre su dedicación full-time a la empresa y la jubilación definitiva. Es un instrumento que se utiliza en muchos países para mantener durante más tiempo a la gente.

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También es curioso, como explica usted en el libro, que las personas se definen a sí mismas como viejas a una edad cada vez más tardía.

Hoy día considerar mayor a una persona de 65-70 años no tiene sentido, de la misma manera que jubilar a una persona a los 60 y pocos carece completamente de sentido. En algunas ocasiones puede ser que sí, una persona sometida a trabajos físicos fuertes durante mucho tiempo de su vida, hay que cuidarla antes que a una persona que no ha tenido ese desgaste. Pero como hoy la inmensa mayoría de los puestos de trabajo son del sector servicios, del sector terciario, también la inmensa mayoría de los trabajadores que llegan a edades altas llegan en mejores condiciones que hace unos años.

Cuando menciona en el libro todo el tema del edadismo, explica que vamos a ir a un escenario de gerontofobia. ¿Estamos ya en esto?

No creo que estemos en un estado de gerontofobia, como el que describen algunas obras, algunas distopías demográficas, pero sí que estamos en una situación de edadismo. Por ejemplo, edadismo laboral, basado casi siempre en falsas percepciones, de que los trabajadores mayores están poco ilusionados, de que desconocen el uso de las nuevas tecnologías, de que quitan puestos de trabajo a los más jóvenes… Todo eso no está demostrado, son mitos, prejuicios, falsas percepciones. También hay un edadismo sanitario, desgraciadamente el tiempo de la pandemia lo puso de manifiesto. Las personas mayores fueron tratadas de una manera distinta a las personas más jóvenes. Hay un edadismo sobreprotector. Y todo ese edadismo hay que combatirlo, la administración debería hacer una apuesta decidida para erradicarlo, poniendo los mecanismos necesarios, incluso, por qué no, dictando una ley anti-edadismo o una norma legal anti-edadismo que fuera de obligado cumplimiento por parte de las empresas, de las instituciones, de las fundaciones, etc.

Cuando uno se levanta por la mañana, debe saber lo que va a hacer, tener eso que los japoneses llaman ikigai

Rafael Puyol

¿Y cómo se combate de raíz el edadismo?

Con la educación y desde muy pronto, de tal manera que desde la escuela debería haber, no diré que una asignatura, pero sí unas enseñanzas en las que a los chavales se les dijera, “vamos hacia una sociedad de gente cada vez más mayor e integrada por un número cada vez más elevado de personas de edades altas”.

Habla de cuatro grandes problemas demográficos en España. ¿Cuáles son?

La baja natalidad; habría que definir políticas incentivadoras, de ayuda familiar, etc.Dos, la inmigración, la necesitamos y habría que regularla para que viniera en las mejores condiciones para nosotros y para los propios inmigrantes. Tres, el envejecimiento. Y cuatro, ese tema que es tan difícil de resolver, pero que ahí está, que es la despoblación. Tiene que funcionar un organismo público que enfrente los grandes desafíos demográficos que tiene el país, que tiene nuestra sociedad ahora y que va a tener en el futuro.

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Algún consejo o alguna reflexión para tantos seniors que nos leen de cara a cómo afrontar y cómo vivir esta etapa de la vida, porque realmente ahora es un escenario muy diferente a cómo era hace 15 o 20 años.

El que me doy a mí mismo todos los días: seguir activos en la medida de lo posible. Cuando uno se levanta por la mañana, debe saber lo que va a hacer, tener eso que los japoneses llaman ikigai, que es tener un poco claras las razones por las que una persona cada día se levanta y desarrolla su actividad. Yo creo que para tener una vejez mejor es necesaria la actividad. Y por lo tanto, yo practico con el ejemplo porque yo sigo activo y acabo de cumplir 80 años, 80 años cronológicos, pero me considero una persona que tiene la mitad de años mentales, 40.

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