En muchas parejas, las diferencias en el deseo sexual son comunes y, cuando no se gestionan adecuadamente, generan dinámicas frustrantes que afectan el vínculo afectivo. Esta situación, conocida popularmente como el ‘juego del gato y el ratón’, describe un ciclo donde una parte de la pareja persigue insistentemente, mientras que la otra se siente presionada, lo que provoca el distanciamiento.
Según la psicóloga , autora de ‘Parejas Mejores’ y experta en relaciones, este tipo de patrón se origina cuando no se entienden las diferencias en el deseo sexual de cada persona. El gato, que tiene un deseo más espontáneo y activo, puede sentirse poco deseado o frustrado al no recibir la respuesta esperada. Por otro lado, el ratón, con un deseo menos intenso puede sentir culpa, estrés o incluso incomodidad ante la presión de satisfacer a su pareja. Esta falta de sincronización puede convertirse en un círculo vicioso: cuanto más insiste el gato, más se retrae el ratón; cuanto más se retrae el ratón, más inseguro y frustrado se vuelve el gato.
Cómo romper el ciclo y reconstruir la conexión
1Dejar de perseguir: el gato necesita abandonar la mentalidad de cazar constantemente al ratón. Es un cambio incómodo al principio, pero necesario. En este proceso, el gato debe soltar la presión y permitir que el deseo del ratón resurja de forma natural. Debe entender que el deseo no siempre surge de inmediato, y que cada persona necesita estímulos diferentes.
2Eliminar las señales de presión: pequeños gestos, como un beso o una caricia, a menudo se interpretan por el ratón como preludio de una relación sexual, generando tensión en lugar de intimidad. Los gestos de afecto, como abrazos o palabras de apoyo, fortalecen el vínculo sin que el otro sienta presión.
3Identificar aceleradores y frenos: según el modelo de ‘aceleradores y frenos’ que González detalla en su libro, es esencial entender qué estímulos aumentan el deseo (aceleradores) y cuáles lo inhiben (frenos) en cada miembro de la pareja. Este ejercicio permite personalizar las soluciones y construir un terreno de confianza.
4Fomentar la comunicación honesta: hablar abiertamente sobre necesidades, límites y expectativas disminuye la carga emocional del tema y evita que los problemas se enquisten. La culpa sólo refuerza la distancia emocional; en su lugar, prioriza un enfoque colaborativo.
Estas estrategias requieren paciencia y compromiso, pero los resultados son significativos y duraderos. La libido es el deseo sexual, tal como apunta la , especializada en urología desde hace más de 30 años, de una persona y está influenciada por factores físicos, hormonales, emocionales y psicológicos. Puede variar a lo largo de la vida debido a cambios hormonales, estrés, fatiga, problemas de pareja o condiciones médicas. Mantener un estilo de vida saludable, una comunicación abierta con la pareja y, en algunos casos, buscar asesoramiento profesional, puede ayudar a equilibrarla y mejorar la satisfacción sexual.