Como cada 16 de enero desde hace diez años, hoy se celebra el Día Internacional de la Croqueta. Esta efeméride reivindica las bondades de un bocado suculento y universal, que encontramos tanto en los bares de siempre como en restaurantes de alta gastronomía. Fue la periodista Cristina Barbero, directora de la agencia de comunicación Ideas bien contadas, en Madrid, quien hace años se inventó este día para dar visibilidad a un cliente, sin intención alguna de crear una tendencia. “Tenía un cliente especializado en croquetas, un restaurante que ya no existe llamado La Croquetta, y para dar salida a su propuesta decidí enviar una nota de prensa explicando que había sido precisamente un 16 de enero cuando se había servido la primera croqueta, concretamente en una cena de gala en 1817”, explica Barbero.
Enseguida empezó el revuelo. A raíz de ahí, tanto medios de comunicación como restauradores se hicieron eco de esta fecha y, sin comerlo ni beberlo, nació el Día Internacional de la Croqueta. “Mi intención no era crear esta efeméride: yo soy la primera sorprendida”, afirma Barbero, a quien todos los años entrevistan también incluso desde medios internacionales. Para celebrar el Día Internacional de la Croqueta, repasamos algunas de las más originales del mercado, que demuestran que hay vida más allá de las clásicas de cocido, pollo o ibérico. ¡Las hay hasta de Oreo!

Casa Gerardo (AS-19, km 9, 33438 Prendes. Asturias)
Croqueta de compango de la fabada
Quienes amen la fabada y adoren las croquetas, deben ir a Casa Gerardo, en Prendes (Asturias). Sus croquetas de compango (el acompañamiento cárnico de la fabada) se han convertido en un clásico del local, pues aúnan en un solo bocado la persistencia y el sabor de la tradicional fabada con el toque crujiente y tostado de las croquetas. Ya que se ocupa mesa en este restaurante, que cuenta con una estrella Michelin, conviene probar su icónica fabada. Un clásico.

Croq & Roll (Travessera de Gràcia, 233. Barcelona)
Croqueta de mascarpone con nutella
Este establecimiento del barrio de Gràcia, en Barcelona, es un templo de la croqueta en el que conviven las clásicas con algunas la mar de innovadoras. Rubén Hernando, creador de la guía de Instagram @donacroquetabcn, recomienda las de chocolate blanco, que define como “imaginativas, originales y mejor elaboradas” y celebra que las croquetas dulces hayan llegado a nuestras vidas. En Croq & Roll se atreven con todo esto y más: de turrón de Jijona con almendras caramelizadas; de Kinder Bueno con salsa de chocolate blanco; de crema de dónut con Oreo; de plátano con dulce de leche y cacahuetes garrapiñados… Los sabores van cambiando, así que cada visita es una sorpresa.

StreetXO (El Corte Inglés. Serrano, 47. Madrid)
Las croquetas de la Pedroche
Las croquetas que el chef David Muñoz creó en homenaje a su mujer Cristina Pedroche han resultado ser, más allá de su marketiniano nombre, una explosión de sabor que combina con inteligencia técnica y osadía. La Pedroche es una croqueta con kimchi, leche de oveja, sashimi de atún y té Lapsang Souchong. Pese a que la combinación de sabores e ingredientes pueda resultar aparentemente enrevesada (¿sashimi con kimchi?) acaba siendo, como ocurre siempre en la cocina de Muñoz, pura genialidad.

Batea (Gran Vía de les Corts Catalanes, 605. Barcelona)
Croqueta de bacalao y chorizo gallego
Del mismo modo que Batea propone una renovación de la marisquería convencional, sus croquetas también son poco ortodoxas. En su carta encontramos un mar y montaña al estilo gallego que fusiona el bacalao y el chorizo de Galicia para dar lugar a una croqueta de personalidad intensa y textura sedosa, ideal para abrir boca antes del festín de marisco fresco.

Doña Casta (Estébanes, 6. Zaragoza)
Croqueta de arroz negro con alioli
Hay que viajar hasta el corazón de Zaragoza para plantarse ante unas croquetas de arroz negro con alioli, auténticas bombas de relojería de intenso sabor marino y crujientes a más no poder. Pero no son las únicas croquetas inusuales que encontramos en la carta de este local singular. También las hay de gallina con chocolate, cabrales con manzana o la deliciosa croqueta de boletus y foie, puro mimo para el paladar.

Per Se Bistró (Augusto Figueroa, 32 . Madrid).
Croqueta de camarón rojo y chipotle ahumado
La mejor muestra de que la croqueta es una receta universal es la gran cantidad de variaciones que encontramos. Desde los arancini italianos hasta las coizinhas brasileñas, existen diferentes expresiones de lo mismo: una bola deliciosa y frita rellena de los más diversos ingredientes. Además, son muchos los cocineros que realizan adaptaciones de la croqueta con ingredientes de otros países, dando lugar a combinaciones tan apetitosas como originales. Es el caso de Andrés Madrigal, de Per Se Bistró, en Madrid, que prepara una croqueta perfectamente sellada de camarón rojo, cuyo intenso sabor queda matizado y reforzado por el toque ahumado y picante del chipotle.

Café Barbieri (Ave María, 45. Madrid)
Croqueta de pesto y parmesano
Que la gastronomía española y la italiana se llevan de maravilla lo demuestran platos como las croquetas de pesto y parmesano que encontramos en Café Barbieri. La cocina de este establecimiento que responde a la etiqueta de ítalo-castizo es tan divertida como lo es su ambiente. Sus croquetas de pesto y parmesano son una eclosión de sabor y cremosidad en un bocado ligero y cien por cien crujiente.

Hiu (Avda. del Baix Camp, 2. Local 12, Cambrils. Tarragona)
Croqueta de pollo satay con consomé asado y cúrcuma
HIU es uno de los muchos restaurantes que demuestran que Cambrils, en la costa de Tarragona, está en plena forma gastronómicamente hablando. Este local cálido e íntimo juega con la gastronomía de Tailandia, India y Japón para fusionarla con sabores locales y dar lugar a una propuesta singular, tan creativa como solvente. Prueba de ello es la croqueta de pollo satay, una receta típica del sudeste asiático, que se combina con consomé asado y un toque de cúrcuma. Puro exotismo.

Maymanta (Grand Hyatt Barcelona, Pl. de Pius XII, 4. Barcelona)
Croqueta de pularda con cremoso de parmesano, ají amarillo y ceniza
Maymanta es un viaje gastronómico que conecta la esencia peruana con la frescura del Mediterráneo. Su propuesta, versátil y auténtica, combina la efervescencia de una picantería y cevichería peruana con productos locales de la máxima calidad. Destaca su croqueta limeña de pularda con cremoso de parmesano, ají amarillo y ceniza de cebolla, que reinterpreta con elegancia el clásico ají amarillo demostrando que la gastronomía no sabe de fronteras.

Triperito (Ayala 28, B. Madrid)
Croqueta de ají de gallina
Para la creadora del Día Internacional de la Croqueta, este plato es único por muchos motivos. “La croqueta es una receta de reaprovechamiento que admite casi cualquier cosa y que a todo el mundo le gusta. Por eso me encanta ver cómo las cocinas internacionales han incorporado las croquetas a su recetario con propuestas que funcionan de maravilla”, explica Barbero. Sirva como ejemplo la del restaurante El Triperito, en el Mercado de la Paz de Madrid, que incluye un ají tradicional de gallina típico de Perú, que se acompaña de bechamel, nuez garrapiñada y polvo de oliva deshidratado. “Es un plato curioso, creativo, que muestra la transversalidad de la croqueta y permite innovar a muchos cocineros”.

Casa Pepi (Sèquia Comtal, 7. Barcelona)
Croqueta de cecina
Cuando se trata de embutidos, en la mayoría de locales es difícil escapar de las tradicionales croquetas de jamón ibérico. En Casa Pepi, un restaurante de cocina tradicional con un punto desenfadado abierto recientemente en Barcelona, han decidido dar una vuelta de tuerca a esta receta y elaborar una croqueta de cecina que levanta pasiones. De intenso sabor y textura cremosa, en Casa Pepi han descubierto que el sabor potente de la cecina, suavizado con la cremosidad de la bechamel, es una gran combinación y una grata sorpresa para los amantes de este embutido de vaca.

Latasia (Paseo de la Castellana, 115. Madrid)
Croquetas de chipirones con salsa de chili crab y tartar de gamba
En este restaurante madrileño se celebra el Día Internacional de la Croqueta con una creación que fusiona tradición e influencias internacionales: la croqueta de chipirones con salsa de chili crab y tartar de gamba. Este bocado combina la potencia del sambal indonesio, que realza los sabores del cangrejo y los chipirones, con la frescura del tartar de gamba que corona la croqueta. El toque final es su empanado crujiente, que se logra gracias a la mezcla de panko japonés y pan rallado tradicional, que asegura una textura fina y perfecta en cada mordisco.

Malparit (Còrsega, 253, Barcelona)
Croqueta de pollo con sardina ahumada
Malparit ha abierto recientemente en Barcelona para ofrecer una versión relajada y cercana del tapeo castizo sin dejar de mirar al recetario catalán. La combinación funciona, como bien demuestra un atípico mar y montaña en forma de croqueta que primero sorprende al personal y más tarde lo enamora. La croqueta de pollo con sardina ahumada demuestra que aquí se atreven con todo y que nada mejor para acompañar el sabor delicado de un pollo guisado con esmero que la explosión final de la sardina.