
Champán para niños en un supermercado
Quedan pocos días para que los tradicionales brindis navideños resuenen en todos los hogares. Los motivos para juntar las copas son variados: amor, dinero, salud... Ni siquiera los pequeños de la casa se libran de realizar este ritual. No se les permite brindar con agua ("¡que da mala suerte!"), pero sí con refrescos e incluso bebidas sin alcohol muy similares a los espumosos, tanto en la forma como en el contenido. Estas últimas están disponibles en cualquier supermercado durante las fiestas, así que muchos las añaden al carro para no dejar a los niños al margen de la fiesta. ¿Pero es buena idea que consuman estos productos?
El tecnólogo de alimentos y autor del blog , Miguel Ángel Lurueña, explica que la venta de estos champanes para niños es una incoherencia. "Estos productos que imitan a los alcoholes típicos de las fiestas y que en sus etiquetas lucen personajes infantiles, pueden incitar el consumo de alcohol en edades muy tempranas", ha explicado a Comer. Al experto le sorprende que aún se permita su venta y más cuando los dibujos de su embalaje van dirigidos a niños de 3-6 años.
Estos productos pueden incitar el consumo de alcohol en edades muy tempranas
Aunque es cierto que no contienen alcohol y que integran más a los menores en unas celebraciones donde el champán y el cava tienen un gran protagonismo, "algunos estudios han observado que prohibir la publicidad dirigida a niños en estos productos, reduce el consumo de bebidas alcohólicas", señala Lurueña. Sucede lo mismo con los productos insanos dirigidos al público infantil, en cuyo packaging no está permitido que aparezcan influencers o personajes famosos, pero sí dibujos animados. "Esta publicidad dirigida a los más pequeños, tan común, por ejemplo, en la bollería industrial, fomenta el consumo de estos ultraprocesados entre menores".

El alcohol está muy presente en las celebraciones navideñas
El caso de los cigarrillos de chocolate
Hoy sería impensable, pero en los años 80 era habitual que a los niños españoles se les compraran cigarrillos de chocolate. Con ellos, los pequeños podían imitar a los adultos fumadores, aspirando y expulsando humo imaginario a través de un dulce de forma alargada que luego podían comerse a mordiscos. En 2005 fueron retirados del mercado con la aprobación de la Ley Antitabaco. "Se prohíbe la venta de dulces, refrigerios, juguetes y otros objetos que tengan forma de productos del tabaco y puedan resultar atractivos para los menores", dice la norma.