Arthur C. Brooks, experto de Harvard y los 'superpoderes' necesarios para lograr la felicidad: “Serás más empático y exitoso”
Felicidad
El problema, según el autor, es que tendemos a engañarnos a nosotros mismos.

Arthur C. Brooks, presidente del American Enterprise Institute

Arthur C. Brooks, profesor en la Universidad de Harvard y reconocido columnista en The Atlantic, asegura que la base de una vida plena y significativa no está en acumular logros ni bienes materiales, sino en algo mucho más esencial: la honestidad radical y el autoconocimiento.
“Si logras que la honestidad y el autoconocimiento sean tu superpoder, serás más feliz, más empático y más exitoso en todo lo que hagas”, afirma el investigador, cuyas ideas beben tanto de la sabiduría clásica como de la neurociencia más actual.
Una brújula para la vida
Conocerse a uno mismo. La célebre frase “conócete a ti mismo”, inscrita en el Templo de Apolo en Delfos, vuelve a cobrar fuerza en un mundo saturado de estímulos externos. Para Brooks, la felicidad y el sentido vital comienzan en el momento en que somos capaces de mirarnos con sinceridad, más allá de las máscaras o los personajes que nos creamos.

Y no se trata solo de una reflexión filosófica. Según la ciencia del comportamiento, el autoconocimiento preciso —no idealizado ni manipulado— activa regiones del cerebro que nos permiten percibir nuestras emociones, evaluar nuestras acciones y relacionarnos mejor con los demás. La corteza cingulada posterior o la ínsula cerebral desempeñan un papel crucial en esta toma de conciencia.

El peligro de ignorarse. El problema, según el autor, es que tendemos a engañarnos a nosotros mismos. Subestimamos nuestros fallos, sobrevaloramos nuestras virtudes y construimos una visión distorsionada de lo que somos. Esta desconexión tiene nombre: hipocognición, es decir, carecer del lenguaje o conocimiento necesario para entender aspectos clave de nuestra experiencia emocional.
A menudo, lo hacemos como mecanismo de defensa. “Nuestro cerebro reacciona ante una crítica como si fuera una amenaza física”, explica Brooks. Así que preferimos aferrarnos a ilusiones cómodas antes que aceptar verdades incómodas. Pero ese “autoengaño funcional” solo nos aleja del crecimiento real.

Cómo ejercitar el músculo del cambio. Arthur C. Brooks propone una práctica que él denomina “ejercicio emocional”: una rutina constante de autoevaluación honesta, acompañada de feedback real de las personas que nos rodean. Igual que un cuerpo se fortalece en el gimnasio, la mente se vuelve más sabia al enfrentarse, poco a poco, a la verdad.
Cambiar, dice, no es solo posible: es deseable. Y no requiere esperar una revelación mágica. Basta con actuar “como si” ya fuéramos la persona en la que queremos convertirnos. Este principio de la psicología conductual demuestra que la personalidad es maleable, que nuestros hábitos pueden transformarnos, y que el crecimiento personal es un camino al que todos podemos acceder.
El valor de dejar de aferrarse
Brooks reconoce que el autoconocimiento no siempre implica cambiar. A veces, simplemente, se trata de abrazar lo que uno es, aunque eso suponga renunciar a un ideal que ya no nos representa. Él mismo confiesa que asumir que nunca sería un músico profesional le permitió abrirse a nuevas pasiones y reorientar su vida con mayor sentido.
Al fin y al cabo, como recordaba óٱ, el conocimiento comienza por reconocer lo que no sabemos. Y, en palabras del propio Brooks, ese viaje hacia el interior puede no tener una meta clara, pero sí ofrece un destino noble y profundamente humano: vivir con más verdad, empatía y propósito.