Regresa Loquillo por discos, libros, mar y aire, con lo que él llama “legado o aquí estoy y punto”, en cierto modo final de algo y trampolín a lo que venga. Un disco de duetos –titularro loureediano: Corazones legendarios – con lo mejor del rock y pop patrio de las últimas décadas (Manolo García, Bunbury, Jota, Miguel Poveda…) que saldrá en septiembre –aunque el Feo, fuerte y formal con Dani Martin salió el viernes–, Europa, uno de sus proyectos suicidas que le sirven para arruinarse económicamente y reventar la banca emocional y cultural: poemas de Julio Martínez Mesanza que musica Gabriel Sopeña y además un cierre libresco: la reedición de Memoria de jóvenes airados y nuevo libro, Paseo de gracia (Roca).
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"Aquí, a la hora de reivindicar, hay algo más que nova cançó y la rumba catalana”
Me dijeron que le preguntan de todo menos si es feliz.
Estoy aprendiendo a serlo. A disfrutar, después de unos años muy duros a todos los niveles. Y a tomármelo con tranquilidad. Nadie me cree, pero a mí siempre me ha salvado la música, agarrarme a un nuevo proyecto. Recuerdo algo que me dijo Johnny Hallyday: “Nunca pierdas la capacidad de aprender”.
Vuelve al mismo tiempo en todas partes: libro nuevo, reediciones, dos discos y eso nos permite una visión panorámica de su proyecto artístico: hay un plan…
Lo ha habido siempre. Cuando empezamos Sopeña y yo a musicar poetas contemporáneos, el documental con Susana Koska, Mujeres en pie de guerra , el disco con Luis Alberto de Cuenca y ahora Martínez Mestanza, o el disco con artistas que están en Corazones legendarios . Todo tiene un sentido. En este disco, por ejemplo, no hay artistas ficticios, todos tienen algún vínculo conmigo, pertenecen a mi historia y yo he hecho lo que mejor se me da: gestionar talentos y he elegido el mejor guion para cada actor.
El título del nuevo libro, Paseo de gracia . Es la calle pero también su carrera, tocada por una cierta sensación de destino, gracia.
Sí, es lo que dije cuando actuamos en el Liceu. Que había tardado 40 años en cubrir los 220 pasos desde la Sala Tabú donde empecé y el Liceu. Con 64 años, familia de rojos y trabajadores, nadie me ha regalado nada. Soy también hijo de una Barcelona libertaria y underground , la que explica Pepe Ribas en sus memorias. Yo soy barcelonés como otros son parisinos o neoyorquinos. Soy ADN Barcelona. No hay ningún artista barcelonés que tenga más canciones sobre Barcelona que yo pero aún no me han dedicado un piromusical en Montjuïc.
Se fue de Barna pero siempre fue Barna.
Cuando me fui en el 2007 una manera de entender y vivir Barcelona se fue conmigo, pero siempre recuerdo lo que me dijo Montserrat Roig: las raíces sirven para empaquetarlas y llevártelas.
El matiz es que defiende la memoria pero no la nostalgia, reivindica la tradición cultural barcelonesa en un sentido amplio.
Lo de los distintos consistorios de Barcelona es un caso de amnesia cultural. Aquí, a la hora de reivindicar hay algo más que nova cançó y rumba catalana. Está desde Raquel Meller o Carlos Gardel actuando y grabando en Barcelona a Los Salvajes, Lone Star, los Sirex. Por no hablar de Rebeldes, Brighton 64 y cien más. ¿Qué pasa? Es impensable que Berlín o Londres omitieran este bagaje cultural.
Tiene una biografía pero sus libros también conforman una suerte de autobiografía.
En esto citaré a uno de mis mentores, Gay Mercader: cuenta tu vida antes de que la cuenten otros.
Su estilo es muy directo.
Paseo de gracia empezó siendo un guion. De hecho, tanto el disco Europa como este libro nacen en 2014. Me propusieron escribir una historia golfa sobre mis andanzas en la Barcelona de los 80, pero el proyecto de cine no salió. Pasó de todo, la pandemia, la suspensión de giras, el salir a la carretera para defender la profesión en circunstancias muy complicadas, mis problemas de tiroides, el susto con el corazón, una presión emocional bestial y, al final, vi que debía continuar con Europa y con el libro. Lo tomaba, lo dejaba hasta que supe que debía terminarlo para cerrar una etapa. Todo, los discos y los libros, pertenecen a mi vida anterior.

Loquillo, en una imagen del libro
El recuerdo inventa. La ficción interviene al recordar. ¿Lo asume?
Por supuesto. Ya sabes lo de Liberty Valance: en caso de duda, imprime la leyenda. Tengo claro que la vida es un espectáculo.
Después de todos estos años y tanto empujón a todo y a todos, ¿tiene la sensación de que la gente le entiende o que le aprecia?
Si te refieres a las instituciones ya te digo que no. Me he arruinado varias veces. Siempre hemos funcionado sin ayudas ni subvenciones de nadie. Ni Instituto Cervantes, ni SGAE ni Ministerio de Cultura y ya no hablemos de la Gene . Pero de la gente, ya no hablo solo de mi público, de la gente, sí que noto respeto y cariño. Quizás porque siempre he ido de cara.
La crítica hace años que le perdonó la vida.
Esta es la ciudad donde son más famosos los críticos de rock que los músicos de rock. ¿Has visto la peli de Dylan? ¿No? Ves a verla con tu hijo, que los chavales aprendan. Yo la he visto dos veces.
Para terminar, ¿cómo se levanta un proyecto musicando a Martínez Mestanza?
Haciendo caso a la terquedad de Luis Alberto de Cuenca, trabajando mucho, que la gente lo haga por lealtad, por Sopeña, por querer hacer ese rollo Lou Reed de cómic, poesía, teatro, por la pasta que en un momento determinado puso mi mánager, por Warner que apostó por sacarlo. Doce años para levantarlo pero ahí está el número 2 en ventas de vinilo, por debajo de Lady Gaga.
¿Tocaran por la Mercè?
De nosotros no depende.
Acabamos.
Vale, espero que esté contento tu jefe con la entrevista.
Se lo diré en plan Loquillo: yo no tengo jefe.
Jojojo: cuídate.