De la mano de Lady Gaga, Billie Eilish, Sabrina Carpenter, Chapelle Roan, Charli XCX, Guns N'Roses, Kendrick Lamar, SZA o Post Malone, Barcelona vuelve a ser este año una referencia mundial de los conciertos de gran formato y de los festivales. Todas estas serán actuaciones exclusivas en España. Otras, como las de Imagine Dragons o Jennifer López, tendrán su réplica en otras ciudades.
De no haber desprogramado su concierto los Rolling Stones, que iban a empezar gira en Barcelona, el cartel de la ciudad hubiera sido aún más deslumbrante. De Mick Jagger a la autora de Bad guy : la historia misma de la música popular.
Festivales aparte, todos estos conciertos tienen como escenario la montaña de Montjuïc, un regalo para la música en vivo por su aislamiento (relativo) de los vecindarios. El Estadi Olímpic, gestionado por BSM, vivirá un verano esplendoroso después de que el estreno del nuevo Bernabéu amenazara su supremacía como foro de grandes conciertos.
El Real Madrid entró en este negocio con el ímpetu de un guitarrista de trash metal en un recital de lied. De su descalabro se han beneficiado tanto el Metropolitano como el Lluís Companys, si bien es cierto que la victoria justa de los vecinos madrileños ha empoderado a los de toda España, tengan o no razón en su activismo contra la música en vivo.
Dejó de sonar en 1974; sus 11.171 tubos languidecen a la espera de la restauración...
Está por ver qué impacto tiene la prolongación de las obras del Camp Nou en la actividad musical del Estadi. Por ahora, el único concierto anunciado para la nueva temporada, el de Post Malone del 12 de septiembre, no interfiere con la actividad del Barça. Pero son poco de fiar los plazos que da el club para el regreso a casa.
El otro gran recinto de la montaña con uso musical, el Sant Jordi, funciona a pleno rendimiento. En medios de la industria se interpreta que, por tradición, Barcelona sigue siendo el destino prioritario de los músicos extranjeros que visitan el país. Pero añaden que la creciente especialización del Movistar Arena madrileño en artistas españoles y latinoamericanos brinda aún más oportunidades al Sant Jordi.
En este contexto, la anunciada ampliación del Sant Jordi Club para que acoja a hasta unos 8.000 espectadores se valora no solo como la guinda de la montaña, sino también como una incorporación clave al sistema de salas de la ciudad, muy necesitado de un espacio con un aforo de tipo medio. Desde el Ayuntamiento se ha contactado ya con los operadores musicales para que aconsejen cómo reconvertir el recinto en un referente europeo.

Billie Eilish ofrecerá este verano dos conciertos en el Palau Sant Jordi
Esta obra se inscribe en el relanzamiento de la montaña de Montjuïc como un espacio para la cultura y el deporte en el horizonte de 2029, cuando se celebra el centenario de la Exposición Internacional. El proyecto es ambicioso y, de la mano del Ayuntamiento y la Fira, promete reactivar espacios en desuso y articular nuevos circuitos para la cultura y el ocio. Pero todo apunta a que quedará una recuperación pendiente, muy acotada en el espacio pero llamada convertirse –algún día– en una gran operación de ciudad.
Basta levantar la vista a la derecha, cuando se accede a la Sala Oval del Palau Nacional, para descubrir allí un imponente órgano (un auténtico edificio secreto de varios pisos) cuyos 11.171 tubos dejaron de sonar en 1974. ¿Para siempre? Ojalá no.
Sobre la mesa hay un excitante proyecto de restauración que en su día impulsaron personalidades de la escena musical –entre ellos, el codirector del Sónar Ricard Robles o el organista Juan de la Rubia– y que permitía no solo insuflar vida al viejo instrumento, sino convertir su reconstrucción en un proceso que implicaba a artesanos y a miembros de la comunidad tecno-artística local, haciendo de la operación un acontecimiento de proyección internacional abierto a las escuelas de la ciudad.

La Sala Oval del MNAC, con el órgano al fondo
¿El problema? Su elevado coste: hace años se cifraba ya en unos 6 millones de euros, si bien es cierto que se confiaba en empezar a rentabilizarlo de inmediato con la visita a los trabajos de restauración.
Por ahora, el órgano no ha sido invitado al festival de inversiones del centenario de Montjuïc. Pero algún día habrá que resucitarlo, aunque para ello tenga que enamorarse de él un patrocinador que le ponga su apellido. Bienvenido será.
El peaje
Fórmula 1 y con la música a otra parte
Construir un circuito urbano de Formula 1 en un país democrático no es asunto fácil, como ya comprueban los promotores del futuro Gran Premio de España en Madrid. Ni pueden borrarse barrios para construir curvas de fantasía ni se puede ignorar a los vecinos. Víctimas de los preparativos han sido los conciertos al aire libre programados en Ifema, que se trasladarán al interior de la feria para no calentar antes de hora los ánimos de unos vecinos que tendrán que soportar el rugido atronador de los monoplazas.
Los festivales
Rumbo a Montmeló
El Afterlife Festival, que se celebrará en junio, ha cambiado su sede del Fórum por el Circuit de Barcelona-Catalunya, gestionado por la Fira. Si se acaba construyendo el apeadero junto al circuito, Montmeló se convertirá en un recinto muy apropiado para conciertos y festivales varios. Eso sí, eventos tan relevantes y característicos como el Primavera Sound, el Sónar o el Cruïlla, que llevan años dialogando con los vecinos de su entorno, deberían seguir encontrando acomodo en sus escenarios habituales.

Clem Burke, el primero por la izquierda en el apogeo de Blondie
El batería
Adiós a Clem Burke
De cara, la autobiografía de Debbie Harry (Libros Cúpula), no solo es un alegato de la vocalista de Blondie contra la misoginia en el rock, sino el apasionante relato del devenir de un grupo mítico. En él se explica el caótico casting en una planta industrial para dar con un buen batería. Se presentaron unos 50 y ganó Clem Burke (“Nos gustó su aspecto y sabía tocar”). Patti Smith, que se coló en el casting a modo de espía, dijo que no servía pero, por suerte, no le hicieron caso. El portentoso Burke murió el domingo 6.