Ya es hora de que se haga justicia con De Jong. Los 13 últimos minutos que disputó contra el Las Palmas son de manual, de lo que un entrenador le pide a un centrocampista. A lo largo de ese escaso tiempo, en el que se vio seriamente amenazada la victoria que le otorgaba al Barça el solitario gol de Olmo, Frenkie fue capaz de darle al juego un control del que había carecido en su ausencia, en que las imprecisiones se adueñaron de los centrocampistas, Pedri incluido. La estadística de 16 pases acertados en el mismo número de intentos explican el por qué de la discutida titularidad que Flick le había otorgado al neerlandés en los tres anteriores partidos, en detrimento de Casadó, relegado a la suplencia. En los que cabe recordar, se sumaron los nueve puntos.
En el partido anterior contra el Rayo la afición barcelonista convirtió en un plebiscito el momento de la sustitución del ex del Ajax por el canterano. Los tímidos aplausos con los que fue despedido Frenkie se convirtieron en una potente ovación de recibimiento para Marc. No cabe duda de que este se ha ganado el reconocimiento por sus buenos servicios prestados sosteniendo el centro del campo cuando se vió afectado por las bajas prolongadas del mismo De Jong, como de Bernal, víctima de una grave lesión en una rodilla. Las buenas prestaciones del de Sant Pere de Vilamajor le llevaron hasta la internacionalidad después de brillar en partidos de alto voltaje, como los de las goleadas contra el Madrid en el Bernabéu en Liga y el Bayern en su visita en la Champions a Montjuïc.
Mientras tanto el holandés se recuperaba lentamente de los efectos de más de cinco meses de lenta recuperación de una lesión en el tobillo, fruto de un duro choque con el madridista Valverde en una pelota dividida. Los fantasmas de que se reprodujeran los dolores rondaron más de los debido en la cabeza del jugador, víctima al mismo tiempo de una campaña de desprestigio mediático. Todo ello como consecuencia de la elevada cuantía de las últimas temporadas de un contrato creciente de carácter diferido para paliar los efectos de la falta de ingresos del club durante la pandemia. Ajeno a polémicas internas. Flick se marcó el objetivo de recuperar la mejor versión de De Jong, aquella que a primeros del 2019 le llevó a fichar por el Barça en dura competencia con el PSG y el City. El entrenador alemán tenía claro que de lograrlo podría disponer de uno de los más completos centros del campo del fútbol europeo. Si se le suma el talento incuestionable de Pedri, con la brega incansable de Gavi, el desequilibrio de Olmo, la ambición de Fermín y el orden de Casadó. Porque si se quiere aspirar a un nuevo triplete, la aportación de todos será necesaria. De Jong, incluido.