Raphinha es un jugador temperamental, de sangre caliente. Pero al término del Barça-Betis (1-1)del sábado por la noche en Montjuïc se le fue la mano con la vehemencia en una reacción de enfado e indignación que le podría haber costado caro. Por suerte para él y para el Barça, el acta arbitral no recogió nada del incidente que se vivió.
El jugador brasileño, fuera de sí, tuvo que ser frenado por su entrenador, Hansi Flick, y por el portero Ter Stegen, para evitar que sus protestas pasaran a mayores.