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El Barça se enfanga en Getafe y no pasa del empate

Getafe, 1 - Barcelona, 1

Los blaugrana, pese a adelantarse en el minuto 10, acaban desquiciados en su quinta visita consecutiva sin ganar en el Coliseum

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Gavi y Cubarsí intentan un remate rodeados de defensas del Getafe

Dani Duch / Propias

El Coliseum engulló el buen inicio del 2025 del Barcelona. El atasco de cada año se repitió. La visita al dentista se atraganta de nuevo. Esto es la calle Teresa de Calcuta pero hay pocos regalos y obras caritativas. Los blaugrana acabaron desquiciados y sin recursos tras caer en la trampa final de los de Bordalás, con bronca constante. Fuera de sus casillas, tampoco con Flick el Barça fue capaz de ganar en Getafe. Por quinta vez se fue sin los tres puntos y la esperada reacción de campeón de la Supercopa no llega, ya que se le ha olvidado ganar en la Liga. Una victoria en ocho jornadas es insuficiente.

Ni marcando pronto el 0-1 se tiene un partido cómodo o plácido en Getafe. El Coliseum es un ladrillo al que es imposible hincarle el diente. Además, la plaza al sur de Madrid se ha convertido en un sudoku indescifrable para el Barcelona desde hace tiempo.

Especialistas en que pasen pocas cosas

Ni marcando pronto el 0-1 se puede tener un partido plácido contra los de Bordalás

El desplazamiento es de todo menos encantador y ameno. Se ha ganado a pulso el Getafe la etiqueta de fastidio oficial en la Liga, sinónimo de tener que sudar lo que no está escrito para sacarle los puntos, porque los de Bordalás son especialistas en conseguir que pasen pocas cosas en el césped, en enfangar el juego para reducir los espacios y las ocasiones.

El estilo de los azulones, en las antípodas del ritmo eléctrico y la circulación alta que le gusta al Barça de Flick, hace retorcerse en polvos pica-pica hasta el rival más zen. Y el Barcelona acabó por complicarse a pesar de adelantarse en el minuto 10. El gol fue otro ejemplo de que nada en el campo del Coliseum puede ser fácil. Ni siquiera cuando Pedri se inventa de la nada un pase en profundidad que resquebraja a toda la defensa local. Recibió como si fuera el nueve Koundé, que sorprendió con su desmarque en diagonal, pero el lateral francés no pudo regatear a David Soria. Sin embargo, el portero no pudo blocar la pelota y el defensa blaugrana, más ofensivo que nunca, supo cómo rebañarle el balón y acabar introduciéndolo en la portería.

Hacía cinco años y cuatro meses, desde el 2019, que el Barça no celebraba un gol en este escenario. Pero nadie podía cantar victoria antes de tiempo. Menos si cabe aquí. Porque no se movió un ápice el conjunto de Bordalás a pesar de verse por debajo en el marcador. Sino que el partido siguió siendo bronco y brusco, lleno de interrupciones. Como si fuera una pista de autos de choques superpoblada, en cada jugada había una obstrucción y un futbolista caía despedido. Así se embarullaba el juego y se consumían los minutos. El Getafe se frotaba las manos y más cuando Raphinha remató de cabeza al lateral de la red en la segunda oportunidad clara para los visitantes.

Insuficiente

A los de Flick se les ha olvidado ganar en la Liga, donde apenas han vencido en una de las últimas ocho jornadas

Del posible 0-2 se pasó al 1-1 en la primera aproximación de peligro del Getafe. Coba chutó con rosca e Iñaki Peña, titular en la Liga tras ser suplente en la Supercopa, se estiró para poner evitar el gol con la palma de su mano izquierda. No tuvo suerte el portero del Barcelona pues el rechace le cayó perfecto a Arambarri, que marcó a puerta vacía. Miel sobre hojuelas para los madrileños, rácanos en posesión pero prolijos en intensidad, que casi siempre ganaban los duelos y no dejaban brillar a Lamine Yamal.

El tridente del Barça, de nuevo reunido, entraba muy poco en juego porque todas las acciones eran embarulladas. Y entre un mar de piernas y cuerpos, un cabezazo de Lewandowski se fue fuera por poco sin que Koundé y Araújo pudieran desviarlo a la red.

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