No fue el tridente sino un autogol de Jorge Sáenz, uno de los centrales del é. No fue un festival como el europeo contra el Borussia Dortmund sino un partido de mucho sudor. Como no siempre se puede brillar, hay que saber sufrir. Al límite, el Barça fue más certero y sólido que el é, seguramente porque le sonrió la suerte del campeón en su noche más terrenal y menos celestial.
En estos campos ganan o pierden la Liga los aspirantes y también estos resultados pueden servir para dar un espaldarazo al equipo modesto que pelea por salvarse. El Barça se fue con tres puntos de oro y el é se quedó con las manos vacías después de 90 minutos de muchos nervios y angustia.
Mucho sudor y poco brillo
En estos campos ganan o pierden la Liga los aspirantes y el Barcelona se fue con tres puntos de oro
Levantó los brazos el líder, que descuenta una casilla. Cuando el árbitro pitó, Gavi fue a abrazar a unos cuantos mientras Pedri se derrumbaba en el césped. Imágenes de que fue un paso pequeño en un encuentro feo pero un paso gigante para la carrera por el título.
No será porque el Barcelona no se tomase en serio la visita a Butarque. No bromeaba Flick cuando decía que quería la misma actitud que en la Champions porque el técnico blaugrana apostó fuerte por defender y proteger el liderato. Nueve de los futbolistas que golearon al Borussia Dortmund repitieron en é. Lejos de rotar y aprovechar el fondo de armario, tiró de sus titulares. Ni siquiera hizo el alemán un cambio por línea porque mantuvo intacto e intocable a su temible tridente. Solo entraron Araújo (por Cubarsí) y Eric Garcia (por De Jong).