España hizo los deberes y se clasificó para los cuartos de final como primera de grupo después de su triunfo (0-2) sobre Brasil en la última jornada de la fase de grupos. Su rival en cuartos será Colombia, el sábado, en Lyon.
Pero los focos estaban puestos en otro lado, en una reina. Una distinta a Alexia Putellas. A Rainha, Marta Vieira da Silva. A sus 38 años, disputando sus sextos Juegos Olímpicos, sus últimos Juegos. Y la despedida no pudo ser más cruel. Con el partido llegando al descanso, ya en el tiempo añadido, Marta trató de frenar a Olga Carmona con una acción tan incomprensible como rotunda. Elevó su pie por encima de la cabeza de la española, propinándole una patada que la dejó tendida en el suelo. El árbitro no lo dudó ni un segundo: roja directa. Y Marta se rompió. Arrodillada en el suelo lloró desconsolada consciente de que aquellos podían ser sus últimos momentos vistiendo la canarinha. Una imagen desgarradora para el fútbol femenino, que durante décadas se inspiró en la brasileña, una de las pocas referentes que tenía este deporte.