Escenario de postín, donde Jesse Owens humilló a Adolf Hitler en 1936 o, en otra dimensión, donde el Barça levantó su última Champions (2015), el Olímpico de Berlín también suma a su lista el brillante estreno de España en la Eurocopa. No se aleja mucho de la verdad aseverar que aterrizaba la roja en Alemania casi por la puerta de atrás, alejada de los focos a pesar de ser la vigente campeona de la Nations, como reivindicaba Dani Olmo el otro día. Tras golear a Croacia, de nuevo rival, abandonan los de De la Fuente la discreción y ahora les toca volver a entrar por la puerta principal. La victoria y la manera de fabricarla hace que situarla entre las favoritas sea de obligado cumplimiento.
Eso sí, a nadie se le han olvidado los siete goles a Costa Rica en el estreno del pasado Mundial y cómo el resto del camino fue casi una tortura hasta caer en octavos ante Marruecos. Toca aprender de los errores y no bajar la guardia.
El protagonista
Fabián se erigió en el invitado inesperado, asistiendo a Morata y marcando el segundo en tres minutos locos
Poco anticipaba el inicio del encuentro lo que iba a suceder más tarde. Le costó carburar al duelo a pesar de que españoles y croatas tomaron posiciones rápidamente. Los unos, fieles a su estilo, amasando el balón y buscando robar la pelota desde la mismísima área de Livakovic. Los otros, igualmente fieles a lo suyo, esperando e invitando al rival a adelantar las líneas y buscar la sorpresa con alguna jugada rápida.
Se anotaba Morata el primer disparo de la tarde en el Olímpico, absolutamente invadido por seguidores croatas hasta tal punto que, si un marciano hubiera aterrizado en el verde y le hubieran dicho que estaba en Zagreb, se lo hubiera creído. En la presión sobresalía un Pedri que sumaba metros y metros, incansable en el trabajo defensivo, aparcando definitivamente sus problemas físicos. Conectaba con Yamal el canario, pero no definía bien la perla del Barça, brillante y tranquilo en un partido que le convertía en el más joven en jugar una Eurocopa de la historia. Una marca más para el de Mataró, al que ya no le caben ni en la Wikipedia tantos récords.