Elon Musk dedicará menos tiempo a trabajar para la Casa Blanca para centrarse en Tesla, en caída libre desde que el magnate empezó a colaborar con el Gobierno de Donald Trump.
La compañía de coches eléctricos informó ayer de una pérdida en los resultados brutos y netos de sus ingresos y ganancias en el primer trimestre. Esto se debe a que los ingresos se hundieron un 20% respecto al año anterior. Y los beneficios se desplomaron un 71%, afectados por la más que negativa reacción política, como reconoció la empresa, que provocó un retroceso en las ventas. Un balance más que decepcionante para los inversores, incluso peor que el pronosticado a la baja en Wall Street.
Los analistas hablaron de inmediato de desastre. Hubo coincidencia de que estos resultados son la factura del desprestigio que Musk, máximo responsable de la pionera empresa de automoción, está cosechando como brazo ejecutor de la política de recortes de Trump. La motosierra se le ha girado a la contra en sus manos.
Reacción tras el cataclismo
Musk anunció que a partir de mayo recortará “significativamente” su tiempo en la Administración Trump
Esta situación de desplome no hizo más que recrudecer la insistencia de los inversores en que Musk deje su cargo en la administración y se centre en la labor al frente de su compañía. Tesla ha afrontado en estos primeros meses del año protestas, actos de vandalismo y llamados de los consumidores al boicot en numerosos lugares, dentro y fuera de Estados Unidos, mientras que las ventas en China, California y Alemania, sus principales mercados, han bajado drásticamente.
Así que, una vez difundidos los resultados trimestrales y nada más comenzar su conferencia con inversores, Musk anunció que a partir de mayo recortará “significativamente” su tiempo en el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) para pasar más tiempo en Tesla, a la vista del cataclismo en su negocio bandera.
Sin embargo, aseguró que continuará dando apoyo al presidente a través de ese departamento, para “asegurarnos de que el desperdicio y el fraude que hemos descubierto y detenido no vuelva a producirse”, afirmó.
De manera que pasará “uno o dos días” en Washington y dedicará el resto a Tesla. Esta promesa, en parte ya insinuada en jornadas precedentes, hizo que las acciones de la empresa se dispararán en el mercado fuera de horas. Esto no impidió que, en esa conferencia, algunos inversores reclamaran que Musk abandone totalmente su labor de gobierno

Detención de un miembro de Extinction Rebellion tras vandalizar un concesionario de Tesla en Nueva York.
Los ingresos netos de Tesla cayeron un 71% en el primer trimestre y bajó a 409 millones, desde una cifra previa de 1.390 millones, mientras la empresa tuvo dificultades para superar la presión en el extranjero y la reputación de Musk recibía un duro golpe por su labor polarizadora al lado del presidente Trump.
La compañía también reportó ganancias ajustadas por acción de 27 céntimos, en tanto que los analistas habían pronosticado que serían de 41 céntimos.
Esto es el resultado de una pérdida pronunciada de ingresos por el rechazo a la marca. Entraron unos 19.300 millones de dólares en estos tres meses (la proyección era de 21.100 millones), un 9% por debajo si se compara con la cifra lograda en el mismo periodo del año pasado. De esta manera, los ingresos del negocio de automoción registró ese desplome del 20%, en tanto que creció un 67% en el energético.
Es un inicio brutal de año para Tesla, cuyas acciones han caído un 41% en lo que va del 2025. Ha sufrido el peor trimestre desde el 2022.
En su informe a los accionistas, la empresa advirtió a los inversores que la incertidumbre en los mercados de la automoción y la energía continúa incrementándose a medida que evolucione el impacto negativo de las políticas comerciales y su efecto en las cadenas globales de suministros, así como su reflejo de coste en la estructura de Tesla.
Según la compañía, esta dinámica comercial y “el cambio de sentimiento político” podrían tener un impacto significativo a corto plazo en la demanda por sus productos. Que no deja de ser un reconocimiento explícito de la mala publicidad que Musk comporta para Tesla por su labor en la administración Trump.
Existe otra preocupación. Aunque Tesla está menos expuesta al efecto de los aranceles que otras empresas del sector, la compañía indicó que revisará la guía establecida previamente para este 2025 como consecuencia de la actual guerra comercial. A la baja, por supuesto.
“Resulta difícil de medir el impacto del cambio global de la política comercial en la automoción y en las cadenas de suministro de energía, el coste en nuestra estructura y demanda por bienes duraderos y los servicios relacionados”, señaló la empresa.