Cuando un actor lleva interpretando a un personaje tan marcadamente odioso como el popularísimo Antonio Recio (nada menos que 18 temporadas va cumplir la serie La que se avecina), meterse en la piel bidimensional de un cortesano que pretende usurpar el trono de su hermano en Al-Andalus ha de ser pan comido: Jordi Sánchez (Barcelona, 1964) pone voz al avieso Muthadi en La luz de Aisha, película de animación con un respaldo profesional formidable: escrita por Xavier Romero y Llorenç Español, recibió el premio al Mejor Guion de Animación en el Festival Internacional de Stuttgart (Alemania) y su director de animación, Raúl García, es el primer español que entró de Disney: suyos son el genio de Aladdin, las hienas de El rey león, el mapache de Pocahontas y los personajes de La Bella y la Bestia.
“Los personajes con fisuras me interesan más que los personajes planos. Y aunque no hago doblaje normalmente, antes de La luz de Aisha curiosamente me llamaron para poner voz a Gargamel en Los Pitufos y al malvado maestro Wu de Lego Ningajo ()”.
En mi generación ya teníamos sueños pero mi padre nació después de la guerra y de crío, el suyo era poder cenar

Sánchez dio un buen disgusto en casa cuando decidió matricularse en el Institut del Teatre.
Sánchez se diplomó en enfermería y ejerció en el hospital Vall d’Hebron, donde su madre trabajaba como administrativa. En casa hubo un serio disgusto cuando comunicó que dejaba su plaza todo para ser artista. “Soy de una generación que ya tenía sueños y deseos. Mi padre, para entendernos, nació después de la guerra y su sueño de crío era poder cenar. En cambio, yo tenía regalos de reyes, a mis abuelos, un plato en la mesa y podía dedicarme a soñar con ser actor. Pero entendía a mi padre y por eso estudié enfermería. Y me sentí muy cómodo trabajando pero no era mi deseo. Llegó el día en que me ofrecieron la plaza fija, me hablaron de sus ventajas, de la jubilación… Me acojoné y me dije que aquello no era para mí”. Jordi juntó sus ahorros, 6.000 euros al cambio actual, y se matriculó en el Insitut del Teatre dejando a sus padres entre frustrados e incrédulos.
Me ofrecieron la plaza fija, me hablaron de sus ventajas, de la jubilación… Me acojoné y me dije que aquello no era para mí

Además de actor, es dramaturgo y guionista.
“Ya tenemos al niño colocado, ya no tenemos que sufrir y ahora se va a hacer teatro como un tarao, una cosa que no te asegura el pan ni te asegura nada, madre mía, este chaval, qué horror. Y los entiendo, ¿eh? bueno, mira, me ha salido bien”. Desde luego: fundó las compañías Kràmpack y L’Avern, sus textos teatrales ¡泦ܲ!, á貹 y ñ han sido estrenados en cine, su adaptación de El eunuco es récord de asistencia media del Festival de Teatro Clásico de Mérida, tiene un Ondas y un Max de Artes Escénicas, acaba de rodar Pioneras: solo querían jugar y a lo largo de este año estrenará tres películas: Las irresponsables, Mallorca Confidencial y Frontera.
Un Ondas y un Max de Artes Escénicas
Fundó dos compañías, tres obras de teatro suyas se han llevado al cine y su adaptación de 'El eunuco' es récord del Festival de Teatro Clásico de Mérida

SERIE DE TELEVISIÓN “PLATS BRUTS”, DE TV3.
Con Lopes fue la primera vez que sentí que me conocía todo el mundo al salir a caminar por la calle
Su primer personaje protagonista televisivo le proporcionó la fama de modo inmediato. Era ‘Lopes’, de Plats bruts (2002), serie que escribió junto a Joel Joan y que tardaron dos años en colocar en TV3. Y lo lograron gracias a asociarse con Andreu Buenafuente, que creyó en ella y la impulsó desde El Terrat. “Fue la primera vez que sentí que me conocía todo el mundo al salir a caminar por la calle. Por entonces teníamos una productora, hacíamos teatro y lo pagábamos como podíamos. Gracias a la serie nos financiamos diez años. Le debo mucho a ese personaje que inventé. Joel y yo nos los hicimos a medida ()”.
A Recio le metimos cariño para hacerlo un perdedor, un pobre hombre... como un niño malo
Su siguiente gran acierto en ٱ𱹾ó es, naturalmente, Antonio Recio quien le ha permitido acceder a muchísimos otros proyectos. Mérito suyo es lograr que un personaje tan zafio y de ideología abominable sea el preferido para la mayoría de los espectadores. “Le metimos cariño para hacerlo un perdedor, un pobre hombre... como un niño malo. Si no eres así, te ríes con él. Los personajes no tienen por qué ser políticamente correctos cuando el ser humano no lo es. Debe haber personajes así o asesinos o nazis, porque desgraciadamente la vida es así; el día en que no exista gente homófoba, xenófoba y fascista habremos solucionado un tema muy importante en este mundo y Recio no hará ninguna gracia”.