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'Las Lanzas' o 'La rendici贸n de Breda': la tramposa versi贸n de 痴别濒谩锄辩耻别锄

Arte

En plena guerra de los Treinta A帽os, los tercios espa帽oles conquistaron la ciudad holandesa de Breda. Fue una gran victoria que 痴别濒谩锄辩耻别锄 recre贸 en un lienzo magistral

Las 6 claves de 'Las meninas' de 痴别濒谩锄辩耻别锄听|听'Las hilanderas', el genial secreto de 痴别濒谩锄辩耻别锄

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'La rendici贸n de Breda', de 痴别濒谩锄辩耻别锄.听

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痴别濒谩锄辩耻别锄 nunca estuvo all铆. Y lo que es m谩s: nunca tuvo intenci贸n de plasmar exactamente c贸mo sucedi贸. La rendici贸n de Breda fue un cuadro que conmemoraba un suceso real: la capitulaci贸n de la ciudad holandesa de Breda ante el sitio de las tropas espa帽olas en 1625. Pero m谩s que documentar el hecho fidedignamente, la pretensi贸n del lienzo era captar una esencia.

Esa esencia era la de la Espa帽a de los reyes de la casa de Austria: un imperio que vence pero que jam谩s humilla. El imperio de los caballeros hidalgos. O como lo materializ贸 痴别濒谩锄辩耻别锄: un general victorioso al servicio de la Corona que posa su mano sobre el holand茅s vencido para impedir que se postre ante 茅l durante la entrega de las llaves de la ciudad. Solo que esta ofrenda, en realidad, jam谩s ocurri贸.

Entre la historia y el teatro

Cuando 痴别濒谩锄辩耻别锄 encar贸 el lienzo en blanco (lo pint贸 entre 1634 y 1635) ya hab铆an transcurrido unos diez a帽os desde el suceso, y leyenda popular y obras de ficci贸n lo hab铆an distorsionado ya. El pintor, un investigador nato para sus composiciones, busc贸 para su cuadro una amalgama de todo ello.

La historia real se inicia en agosto de 1624, cuando el general Ambrosio Sp铆nola, al mando de los tercios de Flandes, cerca por sorpresa Breda. La ciudad estaba en aquel momento dentro de las fronteras de las Provincias Unidas (actual Holanda), la zona protestante de los Pa铆ses Bajos que a finales del siglo XVI se libr贸 del yugo de los Austrias y que se hab铆a convertido en la pesadilla de la monarqu铆a espa帽ola: los holandeses se alzaban como unos serios competidores navales y comerciales para el Imperio.

La acci贸n de Sp铆nola supon铆a tanto un correctivo a la insolencia flamenca como una acci贸n para recuperar un punto fronterizo estrat茅gico. Era, en cualquier caso, un hecho de armas m谩s en el marco de las trifulcas entre cat贸licos y protestantes 鈥揳grupadas bajo la guerra de los Treinta A帽os鈥 que surcaban la Europa de la 茅poca.

Marqu茅s Ambrosio Sp铆nola, Rubens (h. 1630).

Ambrosio Sp铆nola, Rubens (c. 1630).

Dominio p煤blico

El 2 de junio de 1625, tras nueve meses de agotador aislamiento, el gobernador de Breda, Justino de Nassau, se rend铆a, y la noticia provocaba una explosi贸n de j煤bilo en toda Espa帽a. Fue, adem谩s, un gran acontecimiento en Europa, pues caballeros de todos los rincones hab铆an acudido en alguna ocasi贸n a contemplar las entonces famos铆simas t谩cticas militares de Sp铆nola.

Tres d铆as despu茅s se produc铆a el acto formal de capitulaci贸n. La magnanimidad de Sp铆nola se hizo legendaria: prohibi贸 cualquier agresi贸n a las tropas holandesas que abandonaban la ciudad, no impuso demasiadas presiones para que los habitantes de Breda renunciaran a su fe protestante e, incluso, alab贸 el valor de sus oponentes.

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Pero ning煤n testigo de la 茅poca dej贸 escrito que Nassau le hiciese entrega de las llaves de la ciudad. Esta escena fue una invenci贸n de Pedro Calder贸n de la Barca para su obra de teatro El sitio de Bred谩, escrita hacia 1626. Y esa es la fuente de la escena central del cuadro de 痴别濒谩锄辩耻别锄: el teatro.

El pintor nunca escondi贸 el origen teatral del lienzo: Sp铆nola y Nassau parecen realmente estar representando una escena con un decorado de fondo. Basta con mirar a Sp铆nola e imaginar las palabras que Calder贸n puso en su boca en aquel instante: 鈥淛ustino, yo las recibo [las llaves] y conozco que valiente sois, que el valor del vencido hace famoso al que vence鈥. Un gesto que ejemplifica el valor espa帽ol m谩s universal de la 茅poca: la hidalgu铆a, la gran idea que subyace en el cuadro.

Sin embargo, no todo es ficci贸n aqu铆. El paisaje tras las figuras humanas es la verdadera Breda y sus alrededores, esbozado casi como un mapa, a la manera de los pintores flamencos: un paisaje holand茅s pintado a la holandesa, uno de los gui帽os geniales de 痴别濒谩锄辩耻别锄. Asimismo, la atm贸sfera azulada es la propia de aquellas brumosas tierras del mar del Norte, captada, adem谩s, con una perfecta perspectiva a茅rea (es decir, logra mediante la gradaci贸n de los colores y las pinceladas dar la sensaci贸n de lejan铆a, de que hay aire de por medio).

Tambi茅n es verista la plasmaci贸n de Sp铆nola, a quien 痴别濒谩锄辩耻别锄 conoci贸 en una traves铆a entre Barcelona y G茅nova. El rostro de Nassau, en cambio, era ajeno al pintor y solo pudo verlo en alg煤n retrato: por ello, quiz谩, 痴别濒谩锄辩耻别锄 lo coloc贸 en escorzo.

La rendici贸n de Breda听es un inmenso espect谩culo de magia pict贸rica donde nada est谩 dejado al azar. 驴Qui茅nes son los vencedores? El grupo con armas m谩s abundantes y mejor ordenadas, el de la derecha, los espa帽oles. 驴Qui茅nes los vencidos? Los que muestran menos armas y colocadas de manera desordenada, el de la izquierda, los holandeses. Y el toque supremo, un juego con dos momentos en el tiempo: detr谩s, las humaredas dan a entender que el sitio sigue en marcha; delante, se sella la paz.

Hasta el 煤ltimo detalle

La composici贸n formal es una distribuci贸n de elementos y manchas de color que solo podr铆a darse por pura casualidad, pero que jam谩s parece falsa. Esa es la cualidad que distingue a los pintores geniales de los meros pintores. Cada personaje adopta una postura y un ropaje que le permiten destacar de los que le rodean por contraposici贸n. La horizontalidad del cielo y el paisaje choca con la verticalidad de las armas espa帽olas. Cuatro picas imperiales y su bandera se inclinan a la derecha, dos de las holandesas y su blas贸n lo hacen a la izquierda.

'El sitio de Breda', por Pieter Snayers.

'El sitio de Breda', por Pieter Snayers.

Dominio p煤blico

La entrega de llaves, s铆mbolo del poder铆o espa帽ol, es el centro del cuadro y el colof贸n de la pieza teatral de Calder贸n. Pero a ambos lados de Sp铆nola y Nassau, en una imperfecta simetr铆a, est谩n sus soldados. Podr铆an haber sido meros figurantes, pero 痴别濒谩锄辩耻别锄 (que tampoco rehuy贸 inmortalizar en otras obras a los m谩s escondidos protagonistas de la corte: los enanos y bufones) los dot贸 de rasgos propios.

Curiosamente, casi ninguno est谩 observando el solemne acto de entrega de llaves. Est谩n ensimismados en sus pensamientos, son protagonistas de su propia historia. Pero todas las caras tienen un rasgo en com煤n: cansancio, tanto las de los vencedores como las de los vencidos. Este es un detalle que se corresponde con la verdad: el sitio de Breda y las guerras holandesas en general supusieron un esfuerzo enorme para las arcas espa帽olas, y 痴别濒谩锄辩耻别锄 lo sab铆a.

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Debilitado el imperio de los Austrias, la ciudad de Breda volv铆a a manos holandesas en 1639. Su sitio y rendici贸n quiz谩 habr铆an pasado a la posteridad como un episodio m谩s del conflicto, pero 痴别濒谩锄辩耻别锄 y su pintura le otorgaron la universalidad. Una escena recreada que hizo inmortal un hecho hist贸rico.

Que el lienzo haya llegado hasta nuestros d铆as es casi un milagro: se salv贸 del incendio del Buen Retiro de 1640 y despu茅s volvi贸 a esquivar las llamas que destruyeron el Alc谩zar (la residencia real) en 1734. De ah铆 pas贸 al nuevo hogar de los monarcas espa帽oles, el Palacio Real, hasta que Fernando VII en 1819 lo don贸 como parte de la colecci贸n fundacional del Museo del Prado, donde sigue expuesto.

Este texto forma parte de un art铆culo publicado en el n煤mero 418 de la revista Historia y Vida. 驴Tienes algo que aportar? Escr铆benos a redaccionhyv@historiayvida.com.

Logo LV Este art铆culo se public贸 en bet365赔率 el 5 de junio de 2022
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