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Daniel Ortega, un rebelde en el patio trasero de Estados Unidos

Grandes discursos del siglo XX

El dirigente del Frente Sandinista se convirti贸 en una pesadilla para la Administraci贸n Reagan, que trat贸 de ahogar econ贸micamente a Nicaragua y financi贸 ilegalmente a grupos paramilitares hasta que estall贸 el esc谩ndalo Ir谩n-Contra

De Somoza a Ortega, las claves de los 40 a帽os de la revoluci贸n sandinista

Daniel Ortega, tras el triunfo del Frente Sandinista de Liberaci贸n Popular

Daniel Ortega, tras el triunfo del Frente Sandinista de Liberaci贸n Popular听

El contexto

Las guerras de independencia que se sucedieron a lo largo de todo el continente americano a principios del siglo XIX 鈥揵谩sicamente en las colonias espa帽olas y portuguesas鈥 alent贸 lo que se dio el llamar doctrina Monroe, impulsada por el presidente estadounidense James Monroe. Fue el primer movimiento de un pa铆s que en la promulgaci贸n de las primeras medidas de apoyo a los nuevos estados y movimientos independentistas, a partir de 1823, apenas ten铆a medio siglo de historia, pero que ya decidi贸 ejercer un claro liderazgo pol铆tico sobre la regi贸n para acabar con el dominio de las potencias europeas.

Esta doctrina marc贸 definitivamente la pol铆tica internacional estadounidense en lo que pronto se consider贸 鈥揺videnciando su temprano dominio鈥 como su zona de influencia, su periferia o, popularmente, su patio trasero, un concepto acu帽ado ya en el siglo XX coincidiendo con la prosperidad de la clase media norteamericana y el auge de las casas con jard铆n y zona de recreo con barbacoa. En ese momento, el patio trasero de Estados Unidos lo constitu铆an los estados centroamericanos y pa铆ses del Caribe, donde desde principios de siglo los intereses estadounidenses no eran s贸lo pol铆ticos, sino comerciales, con la empresa bananera Union Fruit como m谩ximo exponente.

El control de la regi贸n llev贸 a varias administraciones estadounidenses a ejercer un f茅rreo control sobre todos estos pa铆ses, con el apoyo encubierto a movimientos facciosos y reg铆menes dictatoriales all铆 donde los intereses comerciales o pol铆ticos del pa铆s pudiesen estar en riesgo, o bien abiertamente, con invasiones e intervenciones armadas. En particular, tras la independencia de Cuba y Puerto Rico, tambi茅n alentada desde Washington mediante diversas tramas. La amenaza del socialismo a trav茅s de diversos conatos y, en particular, de la victoria de la Revoluci贸n cubana reforz贸 estas pol铆ticas.

Daniel Ortega, con guerrilleros del Frente Sandinista

Daniel Ortega, con guerrilleros del Frente Sandinista听

En el caso concreto de Nicaragua, Estados Unidos intervino militarmente en 1912 y en el per铆odo comprendido entre 1927 y 1933, con la oposici贸n del general nicarag眉ense Augusto Sandino. Acabar铆a fusilado por orden del tambi茅n general Augusto Somoza, que ocup贸 a partir de 1937 y durante dos periodos, tras sendos golpes de Estado, la presidencia del pa铆s, inaugurando adem谩s una saga de dictadores que siempre cont贸 con el aval de la Casa Blanca. 鈥淪er谩 un hijo de puta, pero es nuestro hijo de puta鈥, dice la legendaria sentencia sobre 茅l que se atribuye al presidente estadounidense Franklin Delano Roosevelt.

Tras d茅cadas de gobierno absolutista por parte del Partido Liberal Nacionalista de los Somoza, enfrentado militarmente a la guerrilla que acab贸 convergiendo en el Frente Sandinista de Liberaci贸n Nacional, el fracaso estadounidense en Vietnam y las nuevas pol铆ticas de no intervenci贸n de las administraciones Nixon, Ford y, especialmente, del dem贸crata Jimmy Carter desde Washington acabaron dando alas a los rebeldes, que en 1979 tomaron Managua y obligaron al 煤ltimo de los Somoza a partir al exilio.

Pese a que el Frente Sandinista se hab铆a dividido en diversas facciones, tras controlar el pa铆s y formar un gobierno provisional revolucionario, Nicaragua no dud贸 de echarse en brazos de Cuba.

Fidel Castro y Daniel Ortega

Fidel Castro y Daniel Ortega, ya como presidente de Nicaragua听

Fue un momento oportuno y determinante, ya que la victoria un a帽o despu茅s de Ronald Reagan supuso un nuevo giro en la pol铆tica de Estados Unidos sobre la regi贸n, adem谩s del ahogo financiero del nuevo Gobierno nicarag眉ense mediante un duro embargo y el apoyo de Washington a la contrainsurgencia que empez贸 a actuar militarmente en el pa铆s, llegando a financiarse, con el conocimiento de la CIA, del narcotr谩fico.

As铆 lo denunci贸 Daniel Ortega, miembro del Frente Sandinista y de la Junta de Gobierno de Reconstrucci贸n Nacional desde 1980 y presidente electo de Nicaragua desde 1984, en este discurso que pronunci贸 ante la Asamblea General de las Naciones Unidas en 21 de octubre de 1985 con motivo del cuadrag茅simo aniversario de la instituci贸n y que ofrecemos extractado.

Ni las iniciativas diplom谩ticas para poner paz en la zona, como el Grupo Contadora, promovido entre otros por el primer ministro sueco Olof Palme y el premio Nobel de Literatura Gabriel Garc铆a M谩rquez, ni los tratados o dict谩menes de organismos internacionales, ni siquiera la justicia internacional, sirvieron para el Washington modificase de nuevo su incisiva pol铆tica sobre Centroam茅rica en una agresiva reinterpretaci贸n de la doctrina Monroe que culmin贸 con el esc谩ndalo Ir谩n-Contra.

El discurso

鈥淗ace 40 a帽os, precedida por los horrores de la guerra, surge la Organizaci贸n de las Naciones Unidas. Los anhelos, sue帽os y esperanzas de la humanidad de alcanzar una paz duradera son asumidos por la Organizaci贸n.

鈥滷rescas estaban entonces las huellas de la brutalidad del fascismo, fresca estaba la sangre de los millones de civiles y soldados, v铆ctimas de la guerra que el fascismo impuso a la humanidad. Entonces, el llanto, el dolor, el sufrimiento y la indignaci贸n conmov铆an al mundo, que juraba, a trav茅s de sus gobernantes en octubre de 1945 el compromiso solerme de abstenerse de recurrir a la amenaza o al uso de la fuerza contra otro estado; de no intervenir en los asuntos internos que son de la incumbencia nacional de cualquier estado y de resolver las controversias internacionales por medios pac铆ficos y sin poner en peligro la paz, la seguridad y la justicia. Bajo esos principios rurales y jur铆dicos se firm贸 la Carta de la Organizaci贸n, que entr贸 en vigencia en octubre de 1945.

鈥滾a paz mundial pasa necesariamente por la soluci贸n pac铆fica de los conflictos que hoy son atizados en diferentes regiones de la Tierra. No podr谩 haber paz en la Tierra mientras el pueblo sea oprimido por la pol铆tica brutal del apartheid en Sud谩frica. No habr谩 paz mientras existan el colonialismo, el neocolonialismo, el imperialismo, el racismo y cualquier forma de explotaci贸n y dominaci贸n sobre la Tierra, y mientras se trate de legitimar la pr谩ctica del terrorismo de Estado.

鈥滱l rese帽ar en este cuadrag茅simo aniversario los principios fundamentales de la Carta Constitutiva de las Naciones Unidas, ratificamos nuestra adhesi贸n a dichos principios, que hoy est谩n siendo sistem谩ticamente violados y desconocidos en diferentes regiones de la Tierra por los actuales gobernantes norteamericanos.

Los principios de las Naciones Unidas est谩n siendo sistem谩ticamente violados por los actuales gobernantes norteamericanos鈥

鈥漃reocupa de manera especial a Nicaragua el hecho de que la potencia militar norteamericana, a trav茅s de su Gobierno y su Congreso, niegue los principios elementales de la convivencia internacional, propiciando una pol铆tica terrorista de estado contra el pueblo nicarag眉ense. Ante esta realidad, no nos queda otra alternativa que expresar lo siguiente:

鈥滵esde el a帽o 1981, el Gobierno de Estados Unidos est谩 empe帽ado en destruir el proceso democr谩tico en Nicaragua y negar la existencia de una Nicaragua no alineada en la regi贸n centroamericana. De esa manera, en el a帽o 1981, los gobernantes norteamericanos suspendieron los cr茅ditos a Nicaragua para la compra de alimentos y aprobaron un programa de 10 puntos y la financiaci贸n de 19 millones de d贸lares para establecer una fuerza mercenaria. En 1982, el Gobierno norteamericano autoriz贸 las operaciones encubiertas contra Nicaragua, vetando una resoluci贸n del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, que prohib铆a el uso de la fuerza o la intervenci贸n en asuntos de otros pa铆ses.

鈥滶n este contexto, y para frenar la tirantez en el 谩rea, que se caracteriza por la agresi贸n de Estados Unidos al pueblo nicarag眉ense, se integr贸 el Grupo de Contadora. Pero ello no fren贸 la escalada belicista ni las agresiones econ贸micas y, en 1983, el presidente Reagan denomin贸 a los terroristas como 鈥榮us hermanos鈥 y 鈥榣uchadores de la libertad鈥, y orden贸 la reducci贸n de la cuota de az煤car de Nicaragua, acto ilegal condenado por el Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio.

鈥滶se mismo a帽o, la CIA elabor贸 planes para desarrollar una fuerza terrorista de 12.000 a 15.000 mercenarios, mientras orden贸 el ataque a茅reo al aeropuerto internacional de Managua y lanz贸 ataques terroristas contra dep贸sitos de combustible en Corinto, el principal puerto de Nicaragua. En el a帽o 1984, cuando la opini贸n internacional demandaba la soluci贸n pac铆fica del conflicto, la CIA min贸 el acceso mar铆timo a todos los puertos nicarag眉enses.

El presidente Reagan ha llamado a los terroristas que operan en Nicaragua como 鈥榮us hermanos鈥 y 鈥榣uchadores de la libertad鈥欌

鈥滱nte la grave situaci贸n generada por la pol铆tica norteamericana, ese mismo a帽o, Nicaragua present贸 ante el Tribunal Internacional de Justicia la demanda en la que acusaba al Gobierno de Estados Unidos de realizar actividades militares y paramilitares contra su soberan铆a e integridad territorial, pidiendo al Tribunal que ordene a Estados Unidos poner fin a su agresi贸n y pagar a Nicaragua una indemnizaci贸n por los danos sufridos.

鈥滱tropellando el derecho, Estados Unidos comunic贸 al Tribunal que no reconoc铆a su jurisdicci贸n sobre la demanda de Nicaragua. Pero el alto tribunal emiti贸 orden provisional exigiendo el fin del minado de los puertos nicarag眉enses y de toda actividad militar y paramilitar lesiva a la independencia de Nicaragua. El Tribunal declar贸 admisible la demanda y rechaz贸 la petici贸n de Estados Unidos de borrar el turno de causa de dicha demanda.

鈥滶l Gobierno de Estados Unidos rechaz贸 la decisi贸n del Tribunal sobre las medidas cautelares de protecci贸n, en una nueva agresi贸n al orden jur铆dico internacional. Y el secretario de Estado Shultz se refiri贸 al acta revisada de Contadora del 7 de septiembre de ese a帽o como un 鈥榮imple pedazo de papel鈥.

鈥漃ero la lucha por el derecho y el orden jur铆dico internacional sigui贸 y El Tribunal Internacional de Justicia decidi贸 por unanimidad que ten铆a competencia para ver el caso y que Nicaragua ten铆a derecho de radicar su demanda por la agresi贸n norteamericana. La respuesta de Estados Unidos fue la de retirarse abrupta e inusitadamente del proceso, situ谩ndose al margen de la ley.

Washington ha rechazado la jurisdicci贸n del Tribunal Internacional de Justicia y se ha situado al margen de la ley鈥

鈥滶l secretario de Estado, Shultz, dirigi贸 entonces una carta al presidente del Banco Interamericano de Desarrollo amenazando con represalias a dicha instituci贸n en el caso de que aprobase fondos para Nicaragua. Estados Unidos suspende unilateralmente las conversaciones que se ven铆an desarrollando en Manzanillo, el presidente norteamericano declar贸 p煤blicamente que su objetivo era derrotar al Gobierno de Nicaragua y se confirm贸 que el Manual de Operaciones Psicol贸gicas en la Guerra era un manual editado, publicado y distribuido por la CIA y en el cual se instruye a los mercenarios en asesinatos pol铆ticos y todo tipo de actividades terroristas.

鈥滶ste a帽o, el Gobierno de Estados Unidos orden贸 un embargo comercial, a la vez que aprob贸 la suma de 27 millones de d贸lares para las fuerzas mercenarias, sobrepasando en m谩s de 100 millones de d贸lares la financiaci贸n del Gobierno norteamericano a su pol铆tica terrorista contra Nicaragua. Tambi茅n dio a conocer su prop贸sito de reclutar a 30.000 mercenarios para continuar la agresi贸n contra Nicaragua. En estos cuatro a帽os llegan a 13 las maniobras militares de las tropas norteamericanas, en abierta amenaza contra la soberan铆a nicarag眉ense, y en este mes de octubre el Gobierno de Estados Unidos comenz贸 a desembolsar los 27 millones de d贸lares para la acci贸n terrorista.

鈥滺emos llevado este testimonio al m谩ximo tribunal del mundo e instancia legal de las Naciones Unidas, como es el Tribunal Internacional de Justicia de La Haya. Estados Unidos, en una admisi贸n t谩cita de su propia culpabilidad, ha declarado que no aceptar谩 su jurisdicci贸n ni acatar谩 su veredicto, mientras que nuestra presencia en el Tribunal marca un hito hist贸rico en la defensa de la soberan铆a y autodeterminaci贸n de las naciones peque帽as.

鈥漈raemos este testimonio ante esta Asamblea, preocupados por la defensa de esta Organizaci贸n que, en su cuadrag茅simo aniversario, est谩 seriamente amenazada por quienes, desconociendo el respeto a la autodeterminaci贸n y soberan铆a de los pueblos, tal como lo hicieron en la peque帽a Granada de Maurice Bishop, hoy amenazan con la destrucci贸n a Nicaragua.

El Gobierno de Estados Unidos ha desembolsado 27 millones de d贸lares para la acci贸n terrorista en Nicaragua鈥

鈥滺emos tra铆do este testimonio ante esta magna Asamblea estimulados por la comprensi贸n que hemos encontrado cuando afirmamos que ninguna soluci贸n o documento ser谩 efectivo en Centroam茅rica mientras los gobernantes norteamericanos no cesen, de manera total, las agresiones directas, indirectas, encubiertas o por otras v铆as alternas, en contra del pueblo de Nicaragua.

鈥滶l mayor y 煤nico obst谩culo contra el esfuerzo de paz de Contadora sigue siendo la pol铆tica terrorista de estado que el Gobierno de Estados Unidos alienta, dirige y financia contra Nicaragua. La gesti贸n de paz de Contadora, los llamamientos a la soluci贸n pac铆fica del conflicto hechos por la comunidad internacional, siguen siendo rechazados por el Gobierno norteamericano al incrementar la agresi贸n contra Nicaragua y negarse a una soluci贸n negociada en El Salvador. Por lo tanto, debe cesar la agresi贸n de Estados Unidos para que puedan crearse las condiciones que lleven a un arreglo pac铆fico en Centroam茅rica.

鈥漀o podemos dejar de referirnos al problema econ贸mico y al problema de la deuda, que sacuden los cimientos de un orden econ贸mico internacional injusto, que recuerda la Roma de los c茅sares obligando al tributo a los pueblos oprimidos. Nadie duda que no es posible pagar la deuda de Am茅rica Latina y que es necesario encontrar nuevas f贸rmulas en las que la deuda deje de ser el peso que frene las posibilidades de desarrollo de nuestros pueblos. Todo ello, indisolublemente unido a nuevas relaciones comerciales con los pa铆ses industrializados y audaces formas de intercambio entre los pa铆ses en desarrollo.

鈥滶n este contexto, Nicaragua seguir谩 defendiendo el derecho de los pueblos a sostener relaciones econ贸micas con cualquier pa铆s del mundo, independientemente de su r茅gimen pol铆tico. Desde la profunda crisis econ贸mica que nos cauca la agresi贸n de los gobernantes norteamericanos, Nicaragua ha hecho grandes sacrificios para tratar de cumplir con los compromisos financieros de la deuda que heredamos del somocismo con la banca internacional y organismos multilaterales, as铆 como los de la deuda que hemos contra铆do con gobiernos amigos desde 1979.

Debe cesar la agresi贸n de Estados Unidos para que puedan crearse las condiciones que lleven a un arreglo pac铆fico en Centroam茅rica鈥

鈥滳on sangre y sudor del pueblo de Nicaragua, en cinco a帽os hemos pagado 621 millones de d贸lares en servicio de la deuda, Es decir, que en cinco a帽os hemos invertido el total de las exportaciones de dos a帽os para cumplir con parte de nuestras obligaciones financieras. Con la prolongaci贸n de la agresi贸n del Gobierno de Estados Unidos, la situaci贸n es tan grave que cuando, seg煤n estudios del Banco Mundial, deber铆amos estar exportando 1.000 millones de d贸lares anualmente, estamos exportando s贸lo 300 millones de d贸lares.

鈥滳omo puede apreciarse, enfrentamos una situaci贸n extrema que no s贸lo limita, sino que elimina nuestra capacidad de pago. En estas dram谩ticas circunstancias, Nicaragua demanda una urgente acci贸n concertada de solidaridad internacional; un apoyo decidido de los pa铆ses con los cuales Nicaragua tiene relaciones financieras bilaterales y un cambio de actitud de las instituciones acreedoras.

鈥滶n este cuadrag茅simo aniversario de las Naciones Unidas, Nicaragua es testimonio vivo de una naci贸n peque帽a que tom贸 la decisi贸n de ser libre y que, por ello, resiste los embates de una pol铆tica irracional que trata de arrancarnos este derecho. Por medio del terrorismo de Estado practicado por los gobernantes norteamericanos jam谩s van a poner de rodillas a Nicaragua. La estrategia del terror no puede llevar a la paz y a la convivencia entre las naciones.

鈥漀icaragua no es enemiga de Estados Unidos. Estados Unidos no tiene por qu茅 considerar a Nicaragua cono un enemigo. Nicaragua es respetuosa de los principios de la Carta y deseamos vivir en paz con todas las naciones de la Tierra, inclusive con Estados Unidos. Nada de nuestro proyecto revolucionario es incompatible con una relaci贸n normal y amistosa con Estados Unidos.

Por medio del terrorismo de Estado practicado por los gobernantes norteamericanos jam谩s van a ponernos de rodillas鈥

鈥漃or ello, desde esta alta tribuna, Nicaragua lanza un llamamiento al Gobierno de Estados Unidos para que, en fiel cumplimiento de las normas de convivencia pac铆fica entre los Estados consagradas en la Carta, cese su pol铆tica de agresi贸n contra Nicaragua, manifestando durante esta misma conmemoraci贸n si est谩 dispuesto a respetar la soberan铆a y derecho a la autodeterminaci贸n de un pa铆s peque帽o; si est谩 dispuesto a acatar la orden provisional del 10 de mayo de 1984 del Tribunal Internacional de Justicia y reconocer la jurisdicci贸n de este organismo de las Naciones Unidas; si est谩 dispuesto a suspender la guerra contra Nicaragua y declarar la paz.

鈥漀o permitamos que se irrespete la Carta de las Naciones Unidas y habr谩 esperanzas de paz sobre la Tierra y el sacrificio de los que murieron en la guerra no habr谩 sido en vano: la justicia y la paz son el futuro de la humanidad. 隆Nicaragua va a sobrevivir!鈥

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